'Realismo capitalista': aproximación (excitada y trastornada) a las palabras de Mark Fisher

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Leo a Mark Fisher: “Realismo capitalista” (Caja Negra, 2018). 

Leo a Mark Fisher durante el confinamiento (esa suerte de enclaustramiento teledirigido). Entiendo (en esos momentos: en marzo/abril: encerrado en casa: enganchado a mis pantallas) que la lucidez de Fisher ayuda a clarificar los pensamientos: sus palabras purgan y esclarecen (siempre lo hacen) las ideas que rebotan dentro de mi cabeza (durante aquellas semanas) y que son como liendres o piojos que pican e importunan (pensamientos que, a veces, no parecen ser tuyos y que son inoculados de forma industrial a través de medios de comunicación y redes sociales). 

Sí, la lectura de Fisher siempre ilumina desde su sencillez: una sencillez que no evita la realidad de un mundo complejo (y puto, nauseabundo por momentos: tal y como lo experimentamos desde hace tiempo, ahora mismo, sin opción de fuga por lo que parece). El ensayista inglés tiene la capacidad de llevarte de la mano cuando reflexiona en torno a temas como la privatización de los problemas relacionados con la salud mental, la fractura de “la vieja segmentación disciplinaria del tiempo” o las tecnologías de control “con sus sistemas de consumo perpetuo”

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Querido lector (querido y tristemente maltratado por la violencia semiótica del sistema, su codicia y la hipernormalización):

Durante el tiempo que leo 'Realismo capitalista', tomo notas (no puedo evitarlo: es esencial hacerlo: siempre). Son (algunas de ellas) cosas que, con frecuencia, tienen que ver con la cultura pop (o de masas) de nuestra sociedad. Copio incluso frases de canciones sobre las que habla Fisher. Por ejemplo una de 4Hero:

…will she protect me or she neglect me?

(Re)leo esa frase y llego incluso a aplicarla a mis propias circunstancias (a las cosas que suceden, a las perturbaciones mentales que vienen y van a modo de montaña rusa: Fisher habla de eso, de esa inestabilidad emocional que sufrimos como individuos dentro de un sistema que nos devora a cada paso y que no nos da tregua). 

Copio (también) el fragmento de alguna canción de Tricky a la que Fisher hace referencia (Fisher hace de la música una suerte de metáfora de la realidad: algo que nos permite analizar lo que nos rodea):

Can you fly as fast as you can to be with Jesus?

La lectura de 'Realismo capitalista' resulta tan próxima (en tanto en cuanto refleja el modo de vida en el que nos hallamos inmersos) que parece que te habla (cara a cara) sobre tu vida, sobre el delirio al que asistes, sobre la narcotización del individuo que se aísla dentro de sutiles (y digitales) burbujas que fracturan la viabilidad de ese horizonte de posibilidades que, de forma colectiva, podemos hacer real y sobre el que reflexiona Franco Bifo Berardi en ensayos como 'Futurabilidad'. Fisher (te) habla de la indefensión del individuo contemporáneo ante la maquinaria letal del capitalismo. Tú dejas que él (Fisher) lo haga: dejas que te mire directamente a los ojos. 

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Durante el enclaustramiento (en la matriz aparentemente confortable de mi búnker doméstico: acompañado de latas de tomate frito marca Sandoval, sopas instantáneas Knorr o patatas baby en envase de cristal y galletas Gullón) tomé notas para un posible artículo en torno a este libro de Mark Fisher. Me puse a escribir emocionado y con cierta efervescencia del ánimo que, a decir verdad, terminó decayendo (la montaña rusa, ya se sabe, sube y baja…). Ahora parece que se reconstruyen esas notas (igual que lo haría un cirujano plástico) y acaban por ver la luz en este texto. 

Las notas decían algo así como lo que sigue:

[MU: D05/04/2020]

Cuando lees a Mark Fisher sientes cierta urgencia: no sabes si tal urgencia tiene que ver con la intención del autor (de Mark Fisher). O si su carácter inminente tiene que ver con la sensación del lector (contigo mismo).

Mark Fisher (d)escribe nuestro mundo: hace una síntesis perfecta de la sociedad (en la) que vivimos. Traza segmentos (sobre) (de) ella y pone especial atención en determinados territorios que le sirven para hacer un análisis (sintomático) de la realidad (…), territorios como la educación (el mundo de la enseñanza, el mundo del aprendizaje) o bien acerca de las patologías emocionales, la música, el cine (…), territorios que (todos) constituyen materiales que (para M.F.) facilitan que (él) haga un análisis (disección / autopsia) del cuerpo (moribundo, impotente) de nuestra sociedad y que, con frecuencia, llega a revelar el parasitismo del liberalismo sobre la comunidad de sujetos de la que formamos parte (sobre la psique colectiva de la que somos componentes). 

Es siempre (el de M.F.) un análisis lúcido y certero (y accesible: muy digerible y estimulante) que pone de manifiesto la decadente maquinaria de un sistema que aliena al individuo y que (por lo general) siempre responsabiliza y (al fin y al cabo) culpa (a aquel individuo) sobre los problemas que nos afectan (por ejemplo) en relación con el medio ambiente, la desigualdad o los trastornos emocionales. 

Leer a M.F. constata la depresión estructural que habita el ánimo de Occidente (en sus múltiples formas): dibuja el paisaje de una inercia psicológica, cultural y política que anima los quehaceres contidianos de millones de personas que, abrumadas por las estrategias de la información y la propaganda (además del factor añadido de  la crueldad del tecnocapitalismo), se sienten incapaces de generar acciones que puedan liberarnos del cubículo en que nos hallamos confinados. No obstante, M.F. te susurra pistas: senderos que puedes tomar para escapar y establecer pautas que permitan transformar la realidad que (a todos y cada uno de nosotros) nos fagocita (en algún que otro momento):

¿No crees que hay alternativa?

Tal vez, aunque hayan pasado cuatro años de su primera edición en español, sea preciso volver a este ensayo: 

¿Te parece bien, querido (y maltratado) lector)?

“Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?”, Mark Fisher.

Caja Negra, 2018 (reedición).

160 páginas. 

15,20€