Normalmente llamamos amigos a personas que en realidad casi no conocemos de nada. Creemos que los conocemos porque los vemos todos los días en la escuela, en el trabajo, en el jardín... Pero en realidad, son casi verdaderos desconocidos.
La amistad es algo más que saludarte y compartir unos minutos diarios de conversación intrascendente. La amistad es amor y libertad, es sentir lo que el otro siente, ya sea una pena inmensa o la alegría infinita que da los momentos de felicidad que la vida nos brinda en ciertas ocasiones. Es sinceridad, es ser uno mismo, el amigo o amiga no se pone máscaras, y deja al otro que sea él mismo, respetándolo y dándole el espacio que necesite. El amigo es aquel que está a tu lado cuando te caes y cuando te levantas, que se apena con tus desdichas y se alegra de tus logros.
Como todos hemos comprobado con nuestras propias experiencias, tener un amigo no es tarea fácil en el mundo en el que vivimos, por ello cuando lo tienes has de conservarlo como oro en paño, porque tener un amigo es tener un tesoro. Hago esta reflexión sobre la amistad porque la considero una necesidad de la sociedad que se está extinguiendo a pasos agigantados. Hoy en día la amistad está siendo sustituida por relaciones de interés, de intercambios de necesidades y egoísmos encontrados. Hoy el amigo es el que simplemente te da lo que necesitas en un momento dado, y si luego no se acuerda de ti, pues nada, ya vendrá otro que me ayude a sacarme las castañas del fuego.
Hago un llamamiento de socorro para recuperar la amistad, esa que te ayuda y te facilita el camino de la vida, tan difícil y arduo de transitar. Intentemos ser sinceros con nosotros mismos y con los demás. Dediquemos tiempo a esas personas que merecen la pena, porque lo único que vas a tener en esta vida es lo que tú hayas sido capaz de dar a los demás.
Disfruta de los momentos que compartes con esas personas afines a ti, porque nunca sabes cuándo será la última vez que vuelvas a estar con esa persona. La vida es demasiado, pero demasiado corta como para perder el tiempo. Hemos de aprender a priorizar y saber qué es lo que verdaderamente es importante en la vida y lo que merece la pena.
Perdemos mucho tiempo pensando en el pasado y teniendo ansiedad por el futuro, y mientras el presente se nos escurre entre los dedos de las manos, como el agua. Vivamos el presente de la mejor manera que podamos y haciendo todo lo que esté en nuestras manos hacer, con las cartas que nos ha tocado en suerte. Y cuidemos de nuestras familias y amigos porque ellos son lo único que merece la pena en esta vida.
In Memoriam María José
Normalmente llamamos amigos a personas que en realidad casi no conocemos de nada. Creemos que los conocemos porque los vemos todos los días en la escuela, en el trabajo, en el jardín... Pero en realidad, son casi verdaderos desconocidos.
La amistad es algo más que saludarte y compartir unos minutos diarios de conversación intrascendente. La amistad es amor y libertad, es sentir lo que el otro siente, ya sea una pena inmensa o la alegría infinita que da los momentos de felicidad que la vida nos brinda en ciertas ocasiones. Es sinceridad, es ser uno mismo, el amigo o amiga no se pone máscaras, y deja al otro que sea él mismo, respetándolo y dándole el espacio que necesite. El amigo es aquel que está a tu lado cuando te caes y cuando te levantas, que se apena con tus desdichas y se alegra de tus logros.