Región de Murcia Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Lobato evita la humillación en el congreso del PSOE y allana el camino para Óscar López
Crónica - València, año cero: un retrato tras la hecatombe
Opinión - El bucle de la M-30. Por Neus Tomàs

Ser o no ser un buen ciudadano

La libertad del individuo termina donde comienza la del otro. Así comienzo, hablando de individuos y libertades. El ser humano, en sociedad, está sujeto a cumplir las normas establecidas en la comunidad en la que se integra y a utilizar el sentido común, que al parecer no es tan común como todos desearíamos que fuera. Y además, esa persona también debería tener una ética y una moral que guíe su comportamiento con el resto de personas con las que se relacione o simplemente se encuentre por la calle.

Al parecer, hay muchos individuos que carecen de ética, moral, sentido común, pero sí tienen toda la libertad del mundo para hacer lo que se le antoje sin mirar si al prójimo le molesta o no, o le causa perjuicio alguno. Esto para mi no es libertad, es puro libertinaje.

Todo esto viene a colación porque en el barrio en el que vivo, que presume de ser un barrio de personas bien educadas y buenos ciudadanos -una cosa es la presunción y otra la realidad-, viven algunos de estos individuos sin moral, con mucho libertinaje y muy poco cívicas. En concreto estoy pensando en una señora que vive plácidamente con dos canes de tamaño considerable, que tiene atemorizado a todo el barrio y con el que ha tenido muchos desencuentros por llevarlos sueltos.

La susodicha se limita a decir que no hacen nada, que solo quieren jugar. El último incidente tuvo lugar hace pocos días, cuando uno de sus perros tiró a un señor rompiéndole las gafas y causándole heridas que le llevaron a un hospital. Y como el cinismo no tiene límites, la susodicha se limitó a decir que le pagaba las gafas y que el perro no iba suelto, cuando había testigos que declaraban lo contrario. El caso terminó con el señor en el hospital y la señora yéndose de rositas otra vez más.

Las normas están para cumplirlas y a los animales hay que llevarlos por la calle atados, porque por mucho que los queramos, entre las que me incluyo, son animales y no podemos responder al cien por cien de ellos. Además, atándolos, no sólo protegemos al resto de personas y animales, sino también a nuestros queridos canes, ya que pueden ser atacados o agredidos por otros animales o personas que desconocemos y que no sabemos como están de salud física o mental.

Al final esto te lo dicta el sentido común y la moral que cada uno posee, si la posee, claro. Intentemos ser mejores personas y ciudadanos. Acabo recordando a Inmanuel Kant: “Obra de tal modo que la máxima de tus actos sea una ley universal”.

La libertad del individuo termina donde comienza la del otro. Así comienzo, hablando de individuos y libertades. El ser humano, en sociedad, está sujeto a cumplir las normas establecidas en la comunidad en la que se integra y a utilizar el sentido común, que al parecer no es tan común como todos desearíamos que fuera. Y además, esa persona también debería tener una ética y una moral que guíe su comportamiento con el resto de personas con las que se relacione o simplemente se encuentre por la calle.

Al parecer, hay muchos individuos que carecen de ética, moral, sentido común, pero sí tienen toda la libertad del mundo para hacer lo que se le antoje sin mirar si al prójimo le molesta o no, o le causa perjuicio alguno. Esto para mi no es libertad, es puro libertinaje.