Cambiarlo todo para que nada cambie, es lo que el pasado domingo elegimos los murcianos. El arco parlamentario regional salido de las urnas da las mismas atribuciones y poderes que llevaba ostentando el Partido Popular desde la fallida moción de censura. Fernando López Miras ha evolucionado durante estos cinco años de presidente de la Región hasta convertirse en un valor seguro para los populares.
Con tan solo treinta y tres años de edad, tras la dimisión de Pedro Antonio Sánchez y un PPRM acuciado por los casos de corrupción algunos vieron en su persona la capacidad para encajar los golpes que llovían desde todos los lados. Un carácter aparentemente tranquilo junto a un discurso moderado le confería un perfil bajo. “Han tenido que buscar al único que está limpio del partido”, se decía por abril de 2017, realmente hasta entonces no era una figura pública ni tenía pasado punible.
Durante estos años ha tenido que hacer frente a diversas dificultades, catástrofes naturales, una pandemia e incluso a nivel político una moción de censura. Ya no solo aguanta los golpes que a su vez ha aprendido a esquivarlos, cualquier otro hubiera caído a la lona, pero Fernando López Miras no. Nadie puede poner en duda que transmite al electorado moderación y calma política. En el último “debate electoral” dio la sensación de presidenciable, lo que a la postre ocurrirá. Tiene por delante un futuro prometedor y más si sumamos el posible gobierno popular a nivel nacional. Cabe esperar que sin “el sanchismo” y con cuatro años por delante empecemos a ver un presidente que no solo aguanta, sino que también toma la iniciativa. Esta vez no hereda la patata caliente y las patadas hacia delante ya no valen, ahora las que tiene que resolver.
Demostrar que el Mar Menor tiene solución es su primer escalón, con la llegada del verano en ciernes los vecinos, hoteleros, veraneantes y demás queremos ver los resultados del trabajo y su gestión. Como segunda tarea, ya con Feijóo en la Moncloa, tendrá la oportunidad de asegurar un plan hidrológico nacional que nos permita seguir siendo la huerta de Europa o las infraestructuras que son tan necesarias en la Región. Como diría Fraga “ni tutelas, ni tu tías”.
En el lado opuesto la vacante de oposición está libre. Al igual que se suelen dar cien días de bula al gobierno de turno se debería hacer con la oposición. José Velez se ha quedado con el peso del contrapeso a la réplica, mal empiezan debilitándolo los propios. Hay tiempo para unir y proponer, pero atentos a sestear en la Asamblea que aparece por la esquina Sumar y es toda una incógnita.
Desear suerte, porque están en juego nuestros intereses, patrimonio cultural y forma de vida.
Cambiarlo todo para que nada cambie, es lo que el pasado domingo elegimos los murcianos. El arco parlamentario regional salido de las urnas da las mismas atribuciones y poderes que llevaba ostentando el Partido Popular desde la fallida moción de censura. Fernando López Miras ha evolucionado durante estos cinco años de presidente de la Región hasta convertirse en un valor seguro para los populares.
Con tan solo treinta y tres años de edad, tras la dimisión de Pedro Antonio Sánchez y un PPRM acuciado por los casos de corrupción algunos vieron en su persona la capacidad para encajar los golpes que llovían desde todos los lados. Un carácter aparentemente tranquilo junto a un discurso moderado le confería un perfil bajo. “Han tenido que buscar al único que está limpio del partido”, se decía por abril de 2017, realmente hasta entonces no era una figura pública ni tenía pasado punible.