Con tristeza, preocupación e indignación he visto como una de tus primeras actuaciones ha sido entorpecer, desarticular y diluir todo lo referente a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y a la lucha contra la violencia machista en tu pueblo que tiene un perfil muy definido. En nuestro país hay ciento de muertes y de situaciones de agresión por hombres que entienden que su pareja le pertenece y que si intenta separarse o se separa surge esa concepción terrible de “o para mí o para nadie”; una amenaza que se cumple con frecuencia.
Muchas mujeres mueren en países como Irán o Arabia Saudí luchando por su libertad; el feminismo es la bandera de libertad y la justicia. Lo que llama la atención es que en nuestro país, en nuestra querida España, muchas mujeres que han tomado el camino de la libertad, de su libertad y la búsqueda de la felicidad han encontrado la muerte porque ese hombre que dice que la ama, y que ella ha dejado de amarlo, siente esa necesidad de arrebatarle la vida o agredirla porque no acepta su dominio y ella ha decidido tomar las riendas de su propio camino. ¿No llegas a entender esto, José Ángel? Porque esta decisión que habéis tomado es ponerte del lado de los verdugos, no de las víctimas y no quieras taparlo con decir que vas a poner folletos de esta materia en todas las dependencias municipales. No se combate la lucha contra los delitos de robo, por ejemplo, diluyendo los cuerpos de seguridad, porque además de ser incomprensible, sería ponerte de parte de los que delinquen.
Te voy a poner dos situaciones paralelas. La violencia machista es un problema con un perfil muy definido que exige un tratamiento específico, igual que existen servicios para tratar problemas concretos. Sin ir más lejos, vosotros consideráis que la okupación es un problema muy grave y que necesita una respuesta concreta y específica y por eso hay que crear un canal de denuncia y otros recursos y leyes ¿o no? En cambio la igualdad entre hombre y mujeres y la violencia machista se puede diluir perfectamente en un concepto tan amplio como el de la “familia”. Otra situación paralela era cuando ETA asesinaba -en pasado porque fue derrotada hace doce años- y se luchaba contra ella creando todos los recursos necesarios. ¿Te imaginas, José Ángel, que alguien hubiera dicho que no había que especificar los asesinatos de ETA porque había que considerarlos como asesinatos en general? El problema era que sí había gente que defendía esto y eran los que legitimaban a ETA.
Desde la fe defendemos la igualdad entre hombres y mujeres, aunque aún tenemos esa contradicción de no aceptar que la mujer pueda acceder a los ministerios por ser mujer, y que la violencia contra las mujeres exige por parte de las administraciones públicas y de toda la sociedad una respuesta contundente, directa y clara y hay que denunciar cualquier complicidad y esto exige una reflexión y una conversión por vuestra parte.
Esto no quita, por ejemplo, que ponga el valor ese proyecto de combatir la soledad de los mayores que has anunciado. Y, dicho esto, si quieres pasar como un buen alcalde sin duda alguna tienes que intentar erradicar la lacra de la desigualdad y la lucha contra la violencia machista desde una política bien definida, como una señal de identidad, y no vale el escaparate de “la familia”, porque es una manera muy burda y dolorosa de diluir la lucha contra la violencia machista y es facilitarle las condiciones para la agresión de esos hombres que consideran a su pareja como una propiedad de o está conmigo o con nadie.
Esperamos una reflexión, una rectificación y una conversión profunda.
Con tristeza, preocupación e indignación he visto como una de tus primeras actuaciones ha sido entorpecer, desarticular y diluir todo lo referente a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y a la lucha contra la violencia machista en tu pueblo que tiene un perfil muy definido. En nuestro país hay ciento de muertes y de situaciones de agresión por hombres que entienden que su pareja le pertenece y que si intenta separarse o se separa surge esa concepción terrible de “o para mí o para nadie”; una amenaza que se cumple con frecuencia.
Muchas mujeres mueren en países como Irán o Arabia Saudí luchando por su libertad; el feminismo es la bandera de libertad y la justicia. Lo que llama la atención es que en nuestro país, en nuestra querida España, muchas mujeres que han tomado el camino de la libertad, de su libertad y la búsqueda de la felicidad han encontrado la muerte porque ese hombre que dice que la ama, y que ella ha dejado de amarlo, siente esa necesidad de arrebatarle la vida o agredirla porque no acepta su dominio y ella ha decidido tomar las riendas de su propio camino. ¿No llegas a entender esto, José Ángel? Porque esta decisión que habéis tomado es ponerte del lado de los verdugos, no de las víctimas y no quieras taparlo con decir que vas a poner folletos de esta materia en todas las dependencias municipales. No se combate la lucha contra los delitos de robo, por ejemplo, diluyendo los cuerpos de seguridad, porque además de ser incomprensible, sería ponerte de parte de los que delinquen.