Estimados murcianos:
Las noticias que la prensa ha publicado sobre mi persona estas últimas semanas me llevan a compartir con vosotros una serie de reflexiones que espero logren aclarar, de una vez por todas, lo que no son más que una serie de desdichados malentendidos.
En primer lugar, es necesario hacer un ejercicio sincero y sosegado de autocrítica. Bueno, para ser exactos, es necesario que lo hagáis VOSOTROS. Quiero que entendáis que, si finalmente algunas de las calumnias que se están publicando se demuestran ciertas, los únicos culpables seréis los murcianos y nada más que los murcianos. Llovía sobre mojado y aun así me votasteis. Y mucho me temo que si convocamos nuevas elecciones, volveré a ganar. Sois de lo que no hay. De verdad que a veces me dan ganas de dejarlo todo y aceptar una cátedra en la UCAM para vivir tranquilamente, sin oposición, ni fiscales. Estoy tan cansado…
Me gustaría transmitiros también mi indignación con las críticas recibidas por los repetidos robos en la casa del fiscal. Vamos a ver, ¿sabéis lo que vale un caballo?, ¿sois conscientes de lo complicado que es cortarle la cabeza a un bicho de 600 kilos? Ni con quince chicos de Nuevas Generaciones, profundamente borrachos, motivados y protaurinos conseguimos hacer un solo rasguño a una yegua vieja. Luego lo intentamos con un poni que robamos en una feria de ganado, pero tampoco hubo forma. Entenderéis que no nos quedase otra que optar por el robo de ordenadores para enviar un mensaje contundente, y oye, ni aún así. Este tío se saca una oposición a fiscal y luego no es capaz de pillar una indirecta. En fin, yo ya…
Por otro lado me entristece profundamente lo que está pasando con Ciudadanos. Entiendo que se precise de una intuición sobrehumana para prever que un partido como el mío, con doce cargos imputados por corrupción sin dimitir, luego no cumpla un pacto de regeneración política firmado. ¿Quién habría podido imaginarlo? No culpen a los de Rivera, por favor. En esta ocasión -y sólo en esta ocasión- tengo que reconocer que la culpa es mía. Uno se levanta de buen humor después de ganar unas elecciones y firma cualquier chorrada. Pero sean sinceros, ¿nunca han hecho promesas con unas copas de más?, ¿les han quitado su trabajo por ello?, ¿a que no? Y yo me pregunto: ¿qué ha sido de la empatía?, ¿y de la capacidad de perdonar? Como presidente, cada día tengo más claro que esta región no necesita transparencia ni regeneración, lo que necesita Murcia es más valores cristianos y menos hipocresía.
(Hablando de Ciudadanos, me gustaría aprovechar esta carta para dirigirme al portavoz de la formación naranja en Murcia, el señor Miguel Sánchez, que lleva dos días, con sus dos noches, sin contestarme al WhatsApp a pesar de estar todo el tiempo “en línea”. Miguel, perla: te dejaste en casa el cepillo de dientes y tu pijama de franela azul. ¿Va a durar mucho el jueguecito? Dime al menos si vendrás al pádel del viernes y recuerda que necesito YA confirmación para nuestra escapada al Vaticano en Semana Santa).
Para concluir, me gustaría pediros que dejéis de DRAMATIZAR y veáis el lado bueno de todo este injustificado revuelo. Quitando al niño de la katana, ¿cuándo habéis visto a Murcia ocupando los titulares de todos los periódicos y telediarios del país? ¿Acaso no le dan a Murcia la prevaricación y el cohecho un toque mucho más sofisticado al estilo `The Wire´ o `Los Soprano´ que una gala con Ramón García y Arévalo? ¿No queríais regeneración y modernidad? Joder, pues tomad dos tazas, que os quejáis de vicio.
Sinceramente,
Vuestro Presidente