Tras la multimillonaria inversión ferroviaria de la alta velocidad de Madrid a Murcia que se ha hecho esperar 20 años, los ciudadanos de Cartagena hemos podido verificar un progreso evidente e indiscutible: tardar la friolera cantidad de 4 minutos menos en un viaje ferroviario de 5 horas de Cartagena a Madrid/Atocha.
El asunto es que hasta hace un año tú te montabas en un talgo de aquellos antiguos y aburridos en los que, sin transbordo alguno y viajando a lo largo de ese viejo y sabio invento llamado línea recta desde el punto A (Cartagena) hasta el punto B (Madrid Atocha), lo cogías en la estación de Cartagena a las 05:30 de la madrugada y sin bajarte del tren te depositaba en la estación de Atocha en Madrid a las 10:15 de la mañana. Era una pesadez. Tardabas 4 horas y 45 minutos. Una pasada.
Ahora, en 2024, con la remodelación ferroviaria moderna a lomos del AVE (que, por cierto, ha llegado a Murcia, pero a Cartagena no), ya no te aburres tanto. Llegar de Cartagena a Madrid/Atocha ahora es más rápido (4 minutos de ahorro) y hay que coger tres trenes que además no conectan el punto A y el punto B en línea recta, sino que se dan una vuelta por el este valenciano, luego van al norte de Madrid (estación de Chamartín) y luego al sur de Madrid (estación de Atocha). Ya no son 4 horas y 45 minutos. Ahora son menos, son 4 horas y 41 minutos.
También madrugamos un poquillo más: nuestra odisea homérica empieza ahora las 05:09 en Cartagena en un tren anunciado como intercity aunque en realidad parece un tren ruidoso de aquellos del far west pero sin humo de vapor, que con una velocidad decimonónica y febril de 41.7 km/hora durante los 43 km que separan ambas ciudades, propia de los entrañables tiempos de Isabel II, te deja en Murcia las 06:15; te bajas y cruzas la estación de lado a lado por un viaducto elevado (paliza para abuelos e impedidos) para acabar al otro extremo en la vía 4 donde un reluciente AVE te sacará de Murcia a las 06:30 rumbo a Madrid, pero no en línea recta, sino girando a la derecha para recoger ciudadanos de la Comunidad Valenciana de Orihuela y Elche (Alicante); y luego volver a tirar para la estación de Chamartín, cruzando el subsuelo de Madrid de sur a norte a las 09:15. Y para volver a Atocha, la estación ferroviaria del sur de la ciudad de Madrid y la más cercana al centro y a todo, donde toda la vida de Dios te habías bajado pero donde ahora mentes preclaras han decidido que los trenes procedentes de Murcia y Valencia no paren, pues hay que coger la línea 1 del metro y desandar el camino, y después de 16 estaciones y 35 minutos más cruzando Madrid de arriba abajo otra vez, te deja en la calle de Alfonso XII a las 09:50.
Total: 4 horas y 41 minutos, un considerable ahorro de 4 minutos en 2024 y 30 años y no sé cuántos millones de euros después con respecto al no tan lejano pasado donde tardábamos 4 horas y 45 minutos en llegar a Atocha en un tren directo sin dar tantos tumbos por esas estaciones del suelo patrio.
Ah, y el regreso también es un desastre. Hay un AVE de Chamartín a Murcia que tarda tres horas. Pero luego hay que esperar otra hora en la estación de Murcia para enganchar de nuevo la cafetera ruidosa y lenta que también tardará otra hora en llegar a Cartagena. Antes teníamos un regreso directo Madrid-Cartagena que tardaba cinco horas. Y ahora, con el AVE se gana una hora que se pierde luego en la espera del enlace y con ello el viaje de vuelta acaba durando las mismas cinco horas que cuando no había AVE a Murcia, y además ahora con dos trenes y un transbordo.
Mientras, ciudades de la costa tan lejanas en kilómetros a Madrid como nosotros (Málaga, Alicante, Valencia, la misma Barcelona que está aún más lejos del centro que nosotros) pues tardan menos de tres horas en ir y volver de Madrid en su AVE directo y sin desvíos incomprensibles ni transbordos cansinos.
Para los usuarios de Cartagena, un AVE que al final solo ahorra cuatro minutos en la ida y ningún minuto en la vuelta y que da peor servicio es una absoluta estafa. ¿Cómo quieren que no estemos enfadados?
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