Cuarenta semanas antes de que comience la vorágine electoral. Nueve meses antes de un parto para encauzar el ritmo de la política murciana. Un Partido Popular a la baja con un López Miras que suspende sin saber todavía si será el candidato a tenor de las declaraciones de Feijóo; un VOX tan crecido en las encuestas como mezquino fue con la medalla de oro a Ismael Galiana y eso que un 35% de sus votantes se confiesan de centro izquierda, centro derecha, ahí es nada; un Ciudadanos desaparecido que deja huérfano a setenta mil votantes en la Región de Murcia que no saben que harán.
Un PSOE al que las encuestas, por primera vez en años, le dan que gana en la única ciudad de más de trescientos mil habitantes y para celebrarlo, conjuntamente con su primer año de gobierno en ella, decide anunciar, para pasmo de todos, una estación en la zona norte, sin proyecto ni presupuesto, haciendo enfadar a todos los que todavía no han visto ni llegar el tranvía ni los proyectos de la futura estación intermodal del Carmen. Y lo que parecía un simple tiro en el pie se transforma en una bomba cuando una parte de Podemos decide abrirse en canal haciéndole oposición a su grupo municipal anunciando algo sin tener ni idea de que va el debate. Algunos parece que aquí no han venido a estudiar por jugar con el título y el argumento de Enric Juliana. Claro que cualquiera sabe que será de Podemos, tan caída esta la marca que ni IU quiere acercarse, ni sabemos que pasará con ese frente amplio que quiere formar Yolanda. Los de Podemos rezan porque vayan antes las nacionales que la regionales, para ver si así pueden negociar algo, mientras los otros prefieren ver que pasa, y algunos pueblos lo tienen claro, la marca: la nuestra, la de siempre y con Podemos ni a la esquina.
Según el CEMOP a los murcianos nos alarma el Mar Menor, pero según la encuesta vamos a votar al único partido que quiere cargárselo como sea, aunque eso si, solidarios que somos, hemos firmado para que el activismo social consiga sacar adelante una Iniciativa Legislativa Popular para el Mar Menor. En la Región nos vamos a sentar para ver si consiguen sentencias judiciales que en España llegan, mal y con condenas bajísimas por dilaciones indebidas, en vez de votar a los partidos que quieren tomar las necesarias decisiones ejecutivas que hacen falta para arreglar el Mar Menor. Nos preocupa la sanidad, pero estamos satisfechos con ella a pesar de sus carencias. Nos inquieta la educación, pero nos hemos tragado como padres que nuestros hijos fueran o bien cuatro días o bien días alternos sin rechistar, mientras las clases van a reventar, superando las ratios, y nuestros institutos y colegios son particulares, cuando llueven se mojan por dentro como un patio cualquiera mientras el amianto sigue sin quitar. Nos quedan las infraestructuras y otras tantas cosas.
A los murcianos nos falta ilusión, la ilusión de un cambio, de un proyecto para esta región. Un proyecto que no suponga que vuelvan los mismos de siempre, que por estar en el poder compran diputados o se pasan de partido, los mismos que acabaron con la financiación de la sanidad negociando a la baja las transferencias para poner a quienes ellos querían, los que nos han dejado con un aeropuerto sin aviones, un AVE por Alicante, un Mar Menor desastroso y que siguen sin invertir en esa educación o sanidad que tanto decimos los murcianos que nos preocupa, pero no para cambiar de voto. Quizás porque quien debería ofrecer un cambio en la ciudad cabecera va de charco en charco sin hacer lo que debería haber hecho ya desde el primer día, el tranvía al Carmen, la intermodal proyectada y confrontar de una vez con el gobierno regional para sacar un transporte público de calidad no solo para la ciudad sino para la Región. Cercanías a Cartagena ya, y autobuses a Archena desde Murcia mientras esperamos el estudio informativo que electrifique la vía hasta Albacete.