El Consejo General de Economistas y la Cámara de Comercio de España han publicado un estudio sobre la evolución económica, social y empresarial de las comunidades autónomas en el periodo 1974-2020. Por cierto, estudio dirigido por el que fuera consejero de Hacienda del Gobierno regional de Murcia, Salvador Marín.
No tardó ni cinco minutos el consejero de Hacienda, Javier Celdrán, en agarrarse al estudio para decirnos que nuestra Región es en la que más ha crecido el Producto Interior Bruto (PIB), a una media del 2,93% anual. No explicó que ese crecimiento está vinculado a un incremento de la población del 70,25% desde el año 1975, al igual que ocurre con las comunidades autónomas de Baleares y Canarias.
Para ser objetivos hay que analizar el incremento de la riqueza (PIB) en relación a la población. El estudio nos asigna un crecimiento medio de la renta por habitante del 1,72% anual, pasando a ocupar el puesto 9 de 17. Lo que más debe preocuparnos es que la media del incremento de la riqueza por habitante en España ha crecido el 1,75%, lo que significa que en estos 45 años en vez de converger con el resto de comunidades nos seguimos distanciando. De media somos un poco más pobres o menos ricos que el resto de españoles.
Este no es el único dato negativo, hay otros. El sector que más peso pierde en este periodo es el industrial, el que genera el empleo de más calidad. La productividad por empleado crece menos que la media, el crecimiento de la productividad por hora trabajada es el más bajo del país, la deuda de nuestra comunidad es la cuarta que más crece, el gasto público en educación a penas ha crecido ( del 0,11% del PIB nacional en el año 2000 ha pasado al 0,12% en el año 2018), somos la cuarta comunidad que menos gasta por alumno universitario, el gasto en I+D+i de nuestro sector empresarial se sitúa muy por debajo de la media, ocupamos el puesto 176 de 238 regiones europeas en el ranking de innovación.
En definitiva, escarbando en los datos, no estamos para tirar cohetes. Este estudio reafirma lo que ya sabíamos, que tenemos una economía precaria, vulnerable, poco resiliente y sin una base solida para el crecimiento sostenible. Los fondos europeos que recibirá nuestra Región, deben servir para cambiar el modelo económico y social. Las políticas que se están aplicando están obsoletas. Estamos ante una oportunidad para decidir nuestro futuro, para cambiar de escenario y pasar pagina.
Necesitamos nuevas políticas basadas en tres ejes, el reforzamiento del sistema sociosanitario, el impulso al sistema educativo como motor del cambio y la reforma del modelo económico y social. Y, por supuesto, un Gobierno regional que lidere los cambios, que dé la cara y deje de esconderse detrás del Gobierno de España.
El Consejo General de Economistas y la Cámara de Comercio de España han publicado un estudio sobre la evolución económica, social y empresarial de las comunidades autónomas en el periodo 1974-2020. Por cierto, estudio dirigido por el que fuera consejero de Hacienda del Gobierno regional de Murcia, Salvador Marín.
No tardó ni cinco minutos el consejero de Hacienda, Javier Celdrán, en agarrarse al estudio para decirnos que nuestra Región es en la que más ha crecido el Producto Interior Bruto (PIB), a una media del 2,93% anual. No explicó que ese crecimiento está vinculado a un incremento de la población del 70,25% desde el año 1975, al igual que ocurre con las comunidades autónomas de Baleares y Canarias.