Región de Murcia Opinión y blogs

Sobre este blog

Los graves errores de Rajoy y Rivera

0

En la política, como en la vida, hay momentos claves en los que hay que tomar decisiones importantes para resolver problemas complejos. De las decisiones que se tomen en dichos momentos va a depender para bien o para mal tu futuro. Esta situación está perfectamente captada en la película de Woddy Allen, “Match Point”. En dicho filme, el director neoyorquino explica que hay determinadas situaciones  en que la bola puede quedarse en la red o rebotar en el campo contrario y conseguir el punto, y cambiarte la vida por completo.

Pues bien, en política sucede lo mismo, los acontecimientos te arrastran a unas disyuntivas  en las que el error o acierto de tus decisiones marcarán tu futuro político. Cuando estás en determinados puestos, estas actuaciones influirán en el futuro de tu país.

El ejemplo histórico de esta situación fue cuando Julio César tomó la decisión de cruzar el río Rubicón. Desde ese momento sabía que o gobernaría en solitario la República Romana como dictador o sería condenado por traidor al haber infringido la ley sagrada que impedía a los generales romanos entrar en los límites de Roma con sus legiones sin la aprobación del Senado.

No aburriré al lector con la Historia clásica, nos centraremos en dos momentos claves de nuestra historia reciente: uno protagonizado por Rajoy y otro por Albert Rivera, los cuales han marcado la historia reciente de España y que son claves para comprender la reorganización de las fuerzas del centro derecha.

Rajoy tuvo que enfrentarse al desafío catalán. En ese momento tenía mayoría absoluta en el Senado, podía aplicar el artículo 155 con libertad y de forma enérgica. Sorprendentemente se marcó un Don Tancredo, hizo lo que solía hacer y hasta entonces le había ido bien, pensar que el problema se solucionaría sin hacer nada. Tal fue su inacción que obligó al rey Felipe VI a intervenir con el consiguiente desgate de su figura institucional en Cataluña. Al final, se vio obligado a aplicar el artículo 155 de forma bastante suave y dejando el problema separatista sin resolver. Dicha actuación defraudó a muchos españoles y, unido a la corrupción, que últimamente acompaña la gestión del PP, ha provocado que muchos españoles de centro derecha no se sientan representados por este partido, y busquen desde entonces otras opciones. Recordemos que en las elecciones catalanas inmediatas al 155 ganó Ciudadanos, y que Vox empezó a despegar electoralmente poco tiempo después, signo evidente de que  una parte del electorado de centro derecha que se sintió decepcionado con el tacticismo de Rajoy.

El error de Rivera fue más evidente y más grosero. Resulta que Albert  había vendido a todos los españoles a Ciudadanos como un partido de centro, moderno, europeo, formado por élites cualificadas y  que daba paso a una nueva generación que quería superar la dicotomía de rojos y azules. Pero, sobre todo, lo que repetían una y otra vez era que Cs, por lo menos en una primera etapa, iba a actuar como un partido bisagra que permitiera gobernar a unos y a otros sin pasar por el peaje nacionalista. Y, de repente, viene la situación soñada por casi todos los votantes y sus militantes, que es la posibilidad de gobernar en coalición con uno de los partidos mayoritarios, el PSOE. Si no se pactaba en ese momento con los socialistas no quedaba otra opción que la convocatoria de elecciones y la certeza que Pedro Sánchez tendría que entenderse con Podemos. Muchos españoles en aquel momento hubiéramos preferido ese Gobierno -que seguramente tendría como ministros a personas tan solventes como Luis Garicano, Toni Roldán o Edmundo Bal- a un gobierno del PSOE y Podemos apoyado por nacionalistas. Además, tres años antes Cs había cerrado un pacto de gobierno con los socialistas, por lo que ya estaba la mayor parte del trabajo hecho. Incompresiblemente, Albert y su camarilla, de forma infantil, se cerraron en banda a pactar con Sánchez, y ese fue el punto de inflexión por el cual Cs empezó a deshacerse electoralmente como un azucarillo. La base de centro izquierda abandonó el partido antes de la repetición electoral, como fue el caso de Toni Roldan, y la de centro derecha prefirió votar al original que a la copia. Desde ese momento Ciudadanos no levanta cabeza, deteriorándose aún más con el sainete murciano de marzo y el espectáculo lamentable de los tránsfugas.

Nunca entenderemos los motivos reales de esta decisión. Rivera pudo haber pasado a la Historia como un gran estadista y creador de un nuevo espacio político que hasta entonces no existía en España. En lugar de esto, será recordado por haber desperdiciado una oportunidad histórica y por dilapidar un capital humano de gran calidad que en ese momento apostó por el partido naranja. Los anglosajones dirían que eran leones dirigidos por corderos, “lions for lambs”,  aunque la literatura española lo supo reflejar antes este sentimiento en el Poema del Mío Cid en dónde se recoge la expresión “que buen vasallo si tuviera gran señor”.

En fin, momentos históricos complicados en los que estos dos políticos no estuvieron acertados. El problema es que estas decisiones han cambiado  el curso de la Historia española y sus nefastas consecuencias las estamos sufriendo todos los españoles. Como diría García Márquez, los políticos que cometen errores en momentos claves no tendrían una segunda oportunidad sobre la tierra. En ambos casos se ha cumplido esta profecía, ya que pagaron sus desaciertos con el abandono de la primera línea política. Que Dios les perdone y que la Historia los olvide.

En la política, como en la vida, hay momentos claves en los que hay que tomar decisiones importantes para resolver problemas complejos. De las decisiones que se tomen en dichos momentos va a depender para bien o para mal tu futuro. Esta situación está perfectamente captada en la película de Woddy Allen, “Match Point”. En dicho filme, el director neoyorquino explica que hay determinadas situaciones  en que la bola puede quedarse en la red o rebotar en el campo contrario y conseguir el punto, y cambiarte la vida por completo.

Pues bien, en política sucede lo mismo, los acontecimientos te arrastran a unas disyuntivas  en las que el error o acierto de tus decisiones marcarán tu futuro político. Cuando estás en determinados puestos, estas actuaciones influirán en el futuro de tu país.