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Independientes con pedigrí

Quiero pensar que la desafección de la ciudadanía hacia la clase política puede ser uno de los factores que está empujando a los líderes políticos a incorporar a personas de fuera para situarles como independientes en sus candidaturas. Estamos viendo que la política profesional tiene mala prensa. Se ha generado cierto clima de opinión negativo y cada vez es más habitual ver en las listas electorales fichajes “estrella” de independientes, personalidades “de reconocido prestigio”, como los suelen presentar los partidos, que provienen de fuera del mundo de la política. En todas las formaciones ha habido ejemplos. Y, ahora, ante los próximos comicios comprobamos cierto afán en cualquier ámbito de lista electoral: generales, europeas, municipales y autonómicas. Se está convirtiendo en algo recurrente. Los partidos los fichan porque tienen un perfil técnico o bien porque tienen algún contacto específico dentro del sector que les interesa. Tampoco creo que sea un fenómeno que se haya acelerado solo por la crisis política o por la aparición de las nuevas formaciones.

Cs cuenta como si fuera cualquier otra mercantil, con un departamento de recursos humanos y selecciona a sus cargos institucionales como si fuera una empresa privada, vamos, que busca talentos con imagen para sus cargos públicos.

En el PSOE somos pioneros y auténticos expertos en esta tradición que instauró Felipe González a principios de los noventa fichando a los jueces como Juan Alberto Belloch, Baltasar Garzón -ahora en la plataforma Actúa de Gaspar Llamazares- o Ventura Pérez Mariño. Del mundo de la judicatura también proviene otra independiente: la ministra de Defensa del Gobierno de Sánchez, Margarita Robles o Mariano Fernández Bermejo, que fue titular de Justicia con Rodríguez Zapatero. La lista es larga y, que quieren que les diga, no siempre salió bien.

Dos de los fichajes más recientes que dieron mucho de qué hablar fueron los de la excomandante del Ejército de Tierra, Zaida Cantera, y el de la ex-diputada de UPyD, Irene Lozano, que acaba de ser rescatada por Sánchez para dirigir la antigua oficina Marca España. La decisión de Pedro Sánchez de colocar a Lozano en la lista por Madrid provocó no pocas quejas en el partido por las críticas que había vertido sobre los socialistas en el pasado.

Digo con pedigrí porque todos los que conozco no apoyan una candidatura de manera desinteresada ocupan puestos con garantía retributiva. En mi opinión personal los fichajes de independientes me parecen mal, muy mal. La afiliación a un partido político es un compromiso. Pagas por una cuota, dedicas mucho tiempo y a veces dinero para tratar de convencer a otras personas de que hay proyectos que pueden cambiar la vida de la gente y es un esfuerzo que merece ser alabado. Nunca he conocido a alguien que venga de fuera de la política que haya conseguido un grado de reconocimiento global incuestionable. Al revés, es lo más difícil que hay. Soy funcionario de carrera, y lo soy porque tengo vocación por lo público, escribo desinteresadamente artículos de opinión y no me faltan medios que me pidan que escriba para ellos... la actividad más complicada, con mucha diferencia es la política.

La cuestión es ¿por qué si hay cantera dentro se busca fuera? El líder debe pensar que con ello ganara votos, lo cierto es que los cabezas de listas más importantes en Madrid son dos independientes, ahora falta resolver la cuadratura del círculo.

Quiero pensar que la desafección de la ciudadanía hacia la clase política puede ser uno de los factores que está empujando a los líderes políticos a incorporar a personas de fuera para situarles como independientes en sus candidaturas. Estamos viendo que la política profesional tiene mala prensa. Se ha generado cierto clima de opinión negativo y cada vez es más habitual ver en las listas electorales fichajes “estrella” de independientes, personalidades “de reconocido prestigio”, como los suelen presentar los partidos, que provienen de fuera del mundo de la política. En todas las formaciones ha habido ejemplos. Y, ahora, ante los próximos comicios comprobamos cierto afán en cualquier ámbito de lista electoral: generales, europeas, municipales y autonómicas. Se está convirtiendo en algo recurrente. Los partidos los fichan porque tienen un perfil técnico o bien porque tienen algún contacto específico dentro del sector que les interesa. Tampoco creo que sea un fenómeno que se haya acelerado solo por la crisis política o por la aparición de las nuevas formaciones.

Cs cuenta como si fuera cualquier otra mercantil, con un departamento de recursos humanos y selecciona a sus cargos institucionales como si fuera una empresa privada, vamos, que busca talentos con imagen para sus cargos públicos.