Se lo dije a López Miras el viernes pasado. Lo tuyo es apropiación indebida. Las contrataciones de docentes anunciadas para la vuelta al cole apenas suponen para la Consejería de Educación unos 15 millones de euros, siendo generosos. Mucho tienen que gastarse en lejía y gel hidroalcohólico para llegar hasta los 73,8 millones de euros que ha enviado el Gobierno central del fondo Covid para educación. ¿Dónde está nuestro dinero?
No se entiende que menos del 20% de ese fondo se destine a lo que más se necesita: más docentes, al menos un 15% más, para reducir ratios y desdoblar grupos. Contratar más personal hasta final de curso, en lugar de despedir alumnos un día a la semana y pasarle el marrón de la conciliación a las familias y los ayuntamientos.
Tampoco se entiende que a tres días del curso López Miras y Conesa negocien números de profesores como si estuvieran en una feria de ganado. No señores. La única solución para una vuelta al cole segura es que se destine íntegramente ese fondo Covid, los 73,8 millones, a contratar más profesoras y maestros. Ustedes buscan una cifra para un titular y una foto, pero la imagen que transmiten es la de dos chalanes de bazar regateando con la salud de docentes y familias. Una postal lamentable.
En la Comunidad Valenciana, con un gobierno con Podemos, las plantillas de los centros han aumentado casi un 15%. Aquí, incluso con las últimas contrataciones anunciadas, no llegamos al 8%. El reparto entre los centros apesta, además, a criterios ideológicos. De los 800 docentes anunciados, 500 corresponden a los 585 centros públicos, ni uno por centro, y 300 a los 121 centros privados concertados, casi tres por centro. Lo llevan haciendo 20 años, dar la espalda a las familias de la pública, pero jugar con la salud de nuestros hijos ya es demasiado.
Más de lo mismo sucede con los 98 millones de euros que el Gobierno central envió en julio a Murcia para reforzar el sistema sanitario. No han contratado ni un rastreador más hasta finales de agosto, cuando la situación ya se había desbordado. Ahora, con 70 rastreadores, seguimos a la cola de España junto con Andalucía. En lugar de reforzar la atención primaria han tenido cerrados 70 consultorios todo el verano, el 40% de ellos. Desde mediados de agosto faltan personal de laboratorio y reactivos y la espera para que te den el resultado de una prueba PCR ya está en 6 o 7 días.
Si no se están gastando el dinero en rastreadores, ni en los centros de salud, ni en reforzar la capacidad de hacer test, ¿en qué se lo están gastando? ¿En tapar agujeros, mientras siguen perdonándole impuestos al sector del juego?
En abril PP y Ciudadanos aprobaron unos presupuestos que habían negociado con Vox en enero, cuando el Covid no aparecía en ningún radar fuera de China. Unos presupuestos surrealistas con dinero para apoyar la caza y los toros, pero importantes recortes en material sanitario. Por eso ahora hay que tapar agujeros como sea con el dinero que nos manda el Gobierno central.
Desviar los recursos que tanto necesitamos es un fraude. López Miras nos roba, apropiándose indebidamente de los recursos que precisamos para hacer frente a este virus, a la peor crisis sanitaria de nuestra historia.
Se lo dije a López Miras el viernes pasado. Lo tuyo es apropiación indebida. Las contrataciones de docentes anunciadas para la vuelta al cole apenas suponen para la Consejería de Educación unos 15 millones de euros, siendo generosos. Mucho tienen que gastarse en lejía y gel hidroalcohólico para llegar hasta los 73,8 millones de euros que ha enviado el Gobierno central del fondo Covid para educación. ¿Dónde está nuestro dinero?
No se entiende que menos del 20% de ese fondo se destine a lo que más se necesita: más docentes, al menos un 15% más, para reducir ratios y desdoblar grupos. Contratar más personal hasta final de curso, en lugar de despedir alumnos un día a la semana y pasarle el marrón de la conciliación a las familias y los ayuntamientos.