El ser delegado sindical en un Ayuntamiento de Murcia, con mas de 3.000 trabajadores, te permite tener una visión periférica de muchos colectivos, algunos alta e injustamente jerarquizados como la Policía Local. Y no digo Bomberos porque a día de hoy no hay ninguna bombera en la ciudad Murcia, cosa que resulta chocante cuando la mujer es capaz de desarrollar todos los trabajos que tradicionalmente se le han venido atribuyendo al hombre.
Las distintas caras del machismo se muestran, y no solo en hombres…No son pocas las veces que detecto, en las difíciles relaciones laborales, como grupos de mujeres 'amiguitas' del café 'mañanero', critican a la que es diferente, otra manera de decir que 'NO está buena'. De esta forma, establecen ellas el estereotipo que deben cumplir las mujeres, como vestir, como tienen que ser…Una actitud grupal que hace discriminar a la persona y, en este caso, a la trabajadora que se ve excluida y criticada haga lo que haga, pues está asumido en su entorno laboral que debe ser inferior por no pasar el filtro de las que deciden si está, o no, 'buena'.
En el caso del hombre se complica y mucho, porque el machismo es una hidra con cien cabezas afincada en nuestra psicología desde que somos pequeños. Ningún hombre puede sustraerse a cierta dosis de machismo, yo el primero. Ante esto hay dos tipos de actitud: los que intentamos mejorar y disminuir este nivel por considerarlo pernicioso, injusto y discriminatorio, y los que lo fomentan sin pensar el daño que esto puede hacer, y no por maldad, sino por que no entran a valorar si lo que hacen hace daño a alguien.
En el entorno laboral esto tiene dos vertientes que considero claras. Una es en la que el hombre, acostumbrado a mandar sin medida y con una autoridad que emana de su puesto, le llega una mujer con más estudios, capacidades, liderazgo, y rango laboral. Es decir, es su jefa o, por lo menos, es su superiora. Madre mía, es el acabose. Sus principios violentados, su mando puesto en cuestión.
En estos casos empieza otro tipo de acoso laboral, lo que podríamos definir como acoso machista, que tiene los mismos patrones que el estándar: desprestigio ante sus compañeros, personal y, sobre todo, profesional. Esta situación puede acabar intentando violentar a la trabajadora con su 'apabullante superioridad', con ademanes físicos de cercanía intimidatoria o haciendo valer su indiscutible mando ante los demás. Lo que no sabe que esta actitud, entre los que comparten su manera de pensar, se considera ser un COBARDE, y entre los que no, un ACOMPLEJADO.
El otro tipo es una discriminación positiva que, en realidad, es mas sangrante porque denigra aun más a la mujer trabajadora. Es el darle privilegios que no le corresponden, justificándolos con un “está buena”. Se manifiesta, por ejemplo, al asignarle un despacho a sabiendas de que no es justo, o en actitudes ante pequeñas coas que no son caballerosidad, sino machismo.
En una sociedad murciana en la que se esta más por quitarle el velo a las mujeres musulmanas para ponérselo en la cabeza a las cristianas cuando estén en la Iglesia, no parece que este tipo de actitudes cambie. Cada vez son más los hombres y mujeres que piensan: “Nena yo no friego más platos, ha ganado Vox”.
El ser delegado sindical en un Ayuntamiento de Murcia, con mas de 3.000 trabajadores, te permite tener una visión periférica de muchos colectivos, algunos alta e injustamente jerarquizados como la Policía Local. Y no digo Bomberos porque a día de hoy no hay ninguna bombera en la ciudad Murcia, cosa que resulta chocante cuando la mujer es capaz de desarrollar todos los trabajos que tradicionalmente se le han venido atribuyendo al hombre.
Las distintas caras del machismo se muestran, y no solo en hombres…No son pocas las veces que detecto, en las difíciles relaciones laborales, como grupos de mujeres 'amiguitas' del café 'mañanero', critican a la que es diferente, otra manera de decir que 'NO está buena'. De esta forma, establecen ellas el estereotipo que deben cumplir las mujeres, como vestir, como tienen que ser…Una actitud grupal que hace discriminar a la persona y, en este caso, a la trabajadora que se ve excluida y criticada haga lo que haga, pues está asumido en su entorno laboral que debe ser inferior por no pasar el filtro de las que deciden si está, o no, 'buena'.