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Morir por decisiones políticas, económicas y militares

21 de enero de 2023 06:00 h

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Mientras tú estás en tu casa tranquilamente, disfrutando de tu familia, viviendo la vida como puedes y sabes, alguien en un despacho, en cualquier rincón del mundo, ha decidido que tiene que destruir tu vida y la de los tuyos, causarte tu muerte y arrebatar la vida de tus hijos, porque quiere los recursos naturales de tu país, porque quiere que tu nación sea conquistada por intereses geoestratégicos o sea integrada en otro país o repartida entre los países colindantes.

Mientras tú vives la vida con intensidad, con tus miedos, incertidumbres y esperanzas, te enamoras, formas una familia, sientes una alegría inmensa por el nacimiento de tus hijos que antes no habías sentido; mientras ves pasar la vida y buscar ser feliz, y que sea una felicidad plena porque a los tuyos los ves crecer con salud, con educación y aprendiendo a respetar al otro; mientras compartes tu vida con tus vecinos, creando buena vecindad, con tus compañeros de trabajo, creando compañerismo y ayudando a los demás, creando solidaridad; mientras abrazas y te abrazan, mientras acaricias y te acarician, alguien que no conoces ni te conoce, en un despacho lujoso, ha decidido que ese país, donde tú vives, tiene que ser invadido, destruido para mantener la hegemonía mundial de una poderosa nación y sus multinacionales y por eso quiere arrebatarte lo que tu país posee, sin pedir permiso ni establecer una relación comercial amistosa y justa; simplemente considera que lo necesita y lo coge porque tiene un inmenso potencial militar y lo oculta bajo el nombre de la democracia y la seguridad nacional e internacional.

En algún lugar del mundo, en un despacho, gente bien vestida y perfumada, ha decidido que es el momento de la guerra, una guerra preparada durante años. Tú no sabes nada y hasta pensabas que no podía existir gente tan perversa, sin escrúpulos, que fueran capaces de matar, de provocar la muerte de miles de personas, de matar a tus hijos por una decisión política-económica y militar.

Alguien ha decidido que ese país señalado en el mapa tiene ser tomado militarmente, por las buenas o por las malas. Y, ese país, es el país donde tú vives, donde tus hijos van a la escuela y juegan en la calle con sus amigos, donde sonríes a tu pareja y les da un beso, donde compartes la mesa con tu familia y amigos. Alguien ha puesto el dedo en el mapa, en ese país, en tu país y tú desconoces esos planes de guerra, que te van a asumir en un infierno.

Y un buen día, las bombas empiezan a caer y el horror comienza porque alguien ha decidido que es el momento de saquear tu país y convertirlo en un punto geoestratégico por intereses económicos y militares.

Alguien ha decidido que todo tu entorno se convierta en escombros, que no haya agua ni comida ni atención médica y lo que un día fuera tu hogar se transforme en un amasijo de ladrillos y de todas tus cosas y los recuerdos queden enterrados. Alguien ha decidido que desaparezca la sonrisa, la alegría, el futuro y todo se oscurezca de angustia, miedo, dolor y muerte.

Alguien ha decidido que la vida, que tu vida se ha terminado, porque no le importas. Ha decidido que los niños no jueguen, que sufran y que posiblemente, le des el último abrazo a tu hijo, que no te puede responder con otro abrazo, porque está inerte, porque una bomba, una bala ha acabado con su preciosa vida., su sonrisa se ha apagado y sus ojos picarones y llenos de ternura se cierren para siempre.

Gritas de dolor y de impotencia y te preguntas por qué y no sabes que la respuesta es que los enriquecidos, las grandes empresas y las superpotencias necesitan la guerra, ése gran negocio, para dominar el mundo, porque no se conforman con lo que tienen, que es mucho y les sobra para vivir, pero lo quieren todo.

Es morir por decisiones políticas, económicas y militares, mientras la sociedad calla y se muestra indiferente hasta aplaude a los vencedores.

Mientras tú estás en tu casa tranquilamente, disfrutando de tu familia, viviendo la vida como puedes y sabes, alguien en un despacho, en cualquier rincón del mundo, ha decidido que tiene que destruir tu vida y la de los tuyos, causarte tu muerte y arrebatar la vida de tus hijos, porque quiere los recursos naturales de tu país, porque quiere que tu nación sea conquistada por intereses geoestratégicos o sea integrada en otro país o repartida entre los países colindantes.

Mientras tú vives la vida con intensidad, con tus miedos, incertidumbres y esperanzas, te enamoras, formas una familia, sientes una alegría inmensa por el nacimiento de tus hijos que antes no habías sentido; mientras ves pasar la vida y buscar ser feliz, y que sea una felicidad plena porque a los tuyos los ves crecer con salud, con educación y aprendiendo a respetar al otro; mientras compartes tu vida con tus vecinos, creando buena vecindad, con tus compañeros de trabajo, creando compañerismo y ayudando a los demás, creando solidaridad; mientras abrazas y te abrazan, mientras acaricias y te acarician, alguien que no conoces ni te conoce, en un despacho lujoso, ha decidido que ese país, donde tú vives, tiene que ser invadido, destruido para mantener la hegemonía mundial de una poderosa nación y sus multinacionales y por eso quiere arrebatarte lo que tu país posee, sin pedir permiso ni establecer una relación comercial amistosa y justa; simplemente considera que lo necesita y lo coge porque tiene un inmenso potencial militar y lo oculta bajo el nombre de la democracia y la seguridad nacional e internacional.