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Murcia, una de las ciudades más sucias de España

No sé yo si en tu pueblo pasará lo mismo, que me temo que va a ser que sí, pero Murcia está sucia, muy sucia, y lo primero que hay que hacer para atajar este problema es, sin duda, reconocerlo. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia, allá por el año 2010, adjudicaba a Cespa, filial de servicios urbanos y medioambientales de Ferrovial, la gestión de la limpieza viaria y recogida y tratamiento de residuos de la ciudad. La cuantía de este contrato, que tiene una duración de 20 años, asciende a unos 50 millones de euros anuales, lo que supone un total de unos 1.000 millones de euros.

Según un informe de fiscalización del sector público local de 2011 elaborado por el Tribunal de Cuentas, la gestión privada mediante concesiones, habitual en las grandes ciudades, resulta menos eficiente y su coste sale un 71% más caro que si fuera prestado directamente por el Ayuntamiento. La diferencia más acusada se observa en los municipios de mayor población, en los que el servicio puede alcanzar los 31,19 € por habitante en la concesión privada, frente a los 19,07 € de la gestión directa municipal.

Organizaciones de consumidores como la OCU han denunciado que la limpieza urbana ha empeorado en la mayoría de ciudades en los últimos cuatro años, y las ciudades donde más ha empeorado la limpieza han sido precisamente Granada, Murcia, Madrid, Alicante, Elche y, especialmente, Valencia. Tanto es así, que al Ayuntamiento de Murcia recurrió a un eslogan vergonzoso ´No seas marrano´.

Con dotación de unas brigadas especiales que iban a perseguir a los que consideraron responsables, sucios, guarros, inmundos, adanes, desaseados, puercos, asquerosos e incívicos. Pero ´marranos´ sube algunos puntos en el escalafón de calificativos que se les puede aplicar. Y quizás no haya otras fórmulas más eficaces para cambiar el comportamiento de muchos porque, además, ya se ha probado en otras ciudades españolas. La vergüenza social que implica debería reconducir actitudes, más después de haber probado con campañas más amables que no han conseguido los resultados esperados.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, mostraba su preocupación por los contratos de limpieza en la ciudad. “Me planteo remunicipalizar el servicio si no conseguimos que esté limpia la ciudad, con lo que se está pagando ahora, el Ayuntamiento podría hacer el mismo servicio o mejor” llegó a sentenciar. Ya nos gustaría a los vecinos de Murcia tener una alcaldesa como ella.

Aquella contratación con Cespa fue sin duda un gran error. Si se contase, y ahora reivindico, con estudios de satisfacción, daría como resultado probable muy por debajo de lo razonable. Por tanto, me quiero dirigir al Pleno del Ayuntamiento y a todos los grupos políticos desde estas líneas para que se revise el contrato y se le exija a la empresa concesionaria mejores procesos hasta conseguir un índice de satisfacción pública aceptable.

El problema es que no se hagan las cosas bien. En la gestión privada, no hacer las cosas bien se traduce en una menor calidad de servicio o incluso la carencia de este, por no ejercerse el necesario control. En la gestión pública no hacer las cosas bien se traduce, bien en una menor calidad de servicio o bien en mayores costes. La cuestión a contestar por consiguiente es: ¿de qué o de quién depende que las cosas se hagan bien? Es evidente que de los políticos responsables, ya que son ellos, en ambos casos, los que deben ejercer el necesario control.

Algún ayuntamiento ha recuperado la titularidad municipal de los servicios de limpieza viaria y de recogida de basuras, con un ahorro considerable y, claro que sí, mayor eficacia y grado de satisfacción entre los vecinos. En mi opinión es que si no hubiera un cambio de actitud, habría que ir a una actuación contractual que permita limpiar al propio ayuntamiento. Hay que señalar que son muchas ciudades del mundo las que tienen su empresa propia de limpieza y estoy seguro de que el ayuntamiento lo podría realizar. Luego, en otros artículos, hablaremos si lo prefieren de la gestión, liquidación, recaudación e inspección de los tributos municipales o incluso de la gestión del transporte urbano de pasajeros.

No sé yo si en tu pueblo pasará lo mismo, que me temo que va a ser que sí, pero Murcia está sucia, muy sucia, y lo primero que hay que hacer para atajar este problema es, sin duda, reconocerlo. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia, allá por el año 2010, adjudicaba a Cespa, filial de servicios urbanos y medioambientales de Ferrovial, la gestión de la limpieza viaria y recogida y tratamiento de residuos de la ciudad. La cuantía de este contrato, que tiene una duración de 20 años, asciende a unos 50 millones de euros anuales, lo que supone un total de unos 1.000 millones de euros.

Según un informe de fiscalización del sector público local de 2011 elaborado por el Tribunal de Cuentas, la gestión privada mediante concesiones, habitual en las grandes ciudades, resulta menos eficiente y su coste sale un 71% más caro que si fuera prestado directamente por el Ayuntamiento. La diferencia más acusada se observa en los municipios de mayor población, en los que el servicio puede alcanzar los 31,19 € por habitante en la concesión privada, frente a los 19,07 € de la gestión directa municipal.