- El secretario general del PP, el ciezano Teodoro García Egea, ya sacó pecho de la Navidad de Murcia en la presentación de las candidaturas para las próximas elecciones
El Ayuntamiento de Murcia ha aconsejado “apagar las luces innecesarias y los aparatos que no se estén utilizando, bajar la temperatura de la calefacción o aire acondicionado de las casas con el objetivo de minimizar el consumo energético” durante los días en Navidad en los que ha estado activado el protocolo de contaminación. Mientras tanto, el centro de la ciudad poco le envidia a Disneylandia en lo que respecta al despliegue de luz y color de origen eléctrico.
Es decir, en estos días de extraño helor murciano -parece decir el alcalde Ballesta- échate mejor una mantita por los hombros y enciende una vela, amén de no hacer ejercicio por la calle ni arrancar el coche para visitar a la abuela mientras que nosotros montamos mercadillos, talleres y juegos pirotécnicos, colocamos bolas gigantes luminosas en las plazas y colgamos todo el brilli brilli que alcances a imaginar para iluminar la Navidad de Murcia. Nunca se había visto una Navidad igual en el municipio, al menos en lo que respecta al centro, pero no todos los años se convocan elecciones.
Mientras la contaminación aérea normalmente no se ve, las luces sí. Pero el aire contaminado mata, hasta el punto de que el Tribunal de Cuentas Europeo acaba de publicar un informe preocupado por los costes externos relativos a la salud originados por este tipo de polución y las 400.000 muertes prematuras por esta causa en la UE.
El Ayuntamiento aprobó este protocolo de contaminación el pasado noviembre en previsión de “determinados escenarios que pudieran surgir”, como lo han hecho otras grandes ciudades del país. Y lo que surgió fue una Navidad con humo electoral.
La oposición ha recordado aquello del transporte público: en una Murcia donde el tranvía no pasa por el barrio más populoso de la ciudad, El Carmen, y la frecuencia y las rutas de los autobuses son claramente insuficientes. Por no hablar de que el carril bici se parece al Guadiana en eso de que aparece y desaparece.
Los Reyes Magos y la Oferta Pública de Empleo
Por otro lado, los Reyes Magos, además de repartir 3.000 raciones de roscón de la mano del propio Ballesta en la Glorieta, han traído una Oferta Pública de Empleo (OPE) municipal convocada en 2015 y que se ha materializado ahora. Hasta 40.000 personas han solicitado participar en estas oposiciones, la mayor oferta realizada por el consistorio. Son más de 32.000 personas procedentes de la Región, en particular, y a sus familiares y conocidos a quienes les suena la flauta del empleo.
El Ayuntamiento también concedió el pasado 26 de diciembre una subvención de casi 300.000 euros a 14 asociaciones empresariales, sociales y culturales para apoyar la creación de empleo. Para algunas de ellas era la primera vez que recibían dinero del consistorio.
¡Feliz Vida!
El secretario general del PP, el ciezano Teodoro García Egea, ya sacó pecho de la Navidad de Murcia en la presentación de las candidaturas para las elecciones regionales y autonómicas en la Región y llegó a decir que estaba por encima de “varias capitales europeas”.
“Nosotros ponemos el belén, el árbol, celebramos nuestras tradiciones y nuestra Semana Santa y nos sentimos orgullosos. Y al que no le guste que se aguante porque nosotros somos españoles”. Como si Pekín o hasta Nueva Delhi no se llenara también de árboles de Navidad y Papá Noeles en estas fechas y como si el árbol, por ejemplo, fuera una tradición española.
“Le deseo a mi madre ¡Feliz Vida! y no lo entiende, pero es que no soy religiosa”, dice una joven empleada del Corte Inglés mientras empapela un regalo. “Y es que esto es el fin del mundo”, añade mientras señala la cola, “aunque a mí me da trabajo”. Y aquí se resume por qué la izquierda no se entiende mucho con la Navidad: familia, consumismo y religión.
Y -aunque hay quienes están solos o se enfrentan a desahucios, por no hablar de quienes duermen directamente a la intemperie- la Navidad es una fiesta para salir a la calle, comprar regalos, reunirse en familia y con amigos, emborracharse, cantar villancicos y celebrar -creamos o no- el nacimiento de Jesús y la llegada de los Reyes Magos de Oriente. Cómo la izquierda se puede reconciliar con eso o cómo la derecha puede sacar músculo de la tradición sin ahogarnos ya es otro cantar. Que los Reyes Magos no nos traigan carbón ni malos humos.