El candidato popular Fernando López Miras no pierde ocasión para reclamarle a la candidata de Ciudadanos, Isabel Franco, que diga si pactará con el socialista Diego Conesa tras el 26-M. Sostiene el todavía presidente de la Comunidad Autónoma que socialistas y naranjas tienen suscrito un pacto secreto para disuadirle de sus intenciones de seguir ocupando despacho en el palacio de San Esteban. Lo lleva diciendo desde hace semanas. Y no solo él, también la cohorte de candidatos y dirigentes del PP que, rueda de prensa tras rueda de prensa, canutazo tras canutazo, lo repiten obsesivamente.
Uno de los fundamentos que validaron ante su electorado el denominado 'pacto a la andaluza' fue desalojar del poder a un PSOE instalado desde hacía 37 años. PP, Cs y Vox argumentaron eso de “abrir ventanas y ventilar” tras casi cuatro décadas de 'régimen socialista'. En la Región de Murcia vamos para el cuarto de siglo, pero marcados con otro signo político: son 24 años de un Partido Popular que pierde votos y escaños a velocidad de crucero y al que la última encuesta del CEMOP otorga entre 13 y 14 diputados frente a los 22 obtenidos en 2015, nueve puntos menos que entonces. Sus apelaciones al voto útil y a “que vienen los rojos” denotan su preocupación ante un horizonte que hace agua.
Cuesta entender que, para algunos, en Andalucía valga ese argumentario de ventilar y aquí, no tanto. Los últimos casos de clientelismo detectados en la incorporación de personal en las contratas municipales son, acaso, la punta del iceberg de que, en política, todo lo que se eterniza termina por pudrirse y corromperse.
Volviendo al barómetro del CEMOP, que como todo en esta vida tiene sus partidarios y detractores, el PSOE sube tres puntos respecto a 2015, si bien se mantiene en sus escaños (13-14 frente a los 13 de las pasadas elecciones); Ciudadanos sube otros tres puntos y dobla su representación, por lo que pasaría de 4 a 8 diputados; Podemos-Equo baja cinco puntos y pierde dos diputados, pasando de 6 a 4 escaños, mientras Vox irrumpiría con 6 actas en la cámara legislativa y el 12,6% de votos.
Ante este panorama, de no reproducirse ese pacto a la andaluza que otorgaría mayoría a la derecha, la otra opción que se contemplaría pasaría por el acuerdo, del que abomina el PP, entre PSOE y Cs y que, de no contar con el bastante improbable apoyo explícito de Podemos-Equo, precisaría de la abstención de los morados en segunda votación. Ello, para que Conesa alcanzara la presidencia del Ejecutivo y, probablemente, Isabel Franco, la vicepresidencia. No es descartable que la formación naranja demande a sus eventuales socios, sean los populares o los socialistas, la presidencia de la Asamblea Regional, donde Juanjo Molina, el único parlamentario de Cs que repite de la anterior legislatura, podría tener serias opciones.
La encuesta de mayo del CEMOP otorga un 'empate técnico' entre el PP y el PSOE. Cuando el día anterior, el siempre agudo y punzante Ángel Montiel me invitó a participar en la porra del diario 'La Opinión' sobre posibles resultados, predije lo que al día siguiente publicaría ese sondeo que costea la propia Asamblea Regional. Yo, lo confieso, he sido el primer sorprendido. Igual he equivocado mi oficio y lo de sociólogo -o pitoniso- sería lo mío.
En fútbol, los empates en las eliminatorias de los torneos se dilucidan, consumida la prórroga, mediante penaltis. Los lanzan cinco jugadores de cada equipo contra los porteros contrarios. Pero me temo que este supuesto empate parlamentario no lo va a deshacer ningún jugador del propio equipo. En todo caso, parece que el penalti decisivo estará en las botas de Ciudadanos.
El candidato popular Fernando López Miras no pierde ocasión para reclamarle a la candidata de Ciudadanos, Isabel Franco, que diga si pactará con el socialista Diego Conesa tras el 26-M. Sostiene el todavía presidente de la Comunidad Autónoma que socialistas y naranjas tienen suscrito un pacto secreto para disuadirle de sus intenciones de seguir ocupando despacho en el palacio de San Esteban. Lo lleva diciendo desde hace semanas. Y no solo él, también la cohorte de candidatos y dirigentes del PP que, rueda de prensa tras rueda de prensa, canutazo tras canutazo, lo repiten obsesivamente.
Uno de los fundamentos que validaron ante su electorado el denominado 'pacto a la andaluza' fue desalojar del poder a un PSOE instalado desde hacía 37 años. PP, Cs y Vox argumentaron eso de “abrir ventanas y ventilar” tras casi cuatro décadas de 'régimen socialista'. En la Región de Murcia vamos para el cuarto de siglo, pero marcados con otro signo político: son 24 años de un Partido Popular que pierde votos y escaños a velocidad de crucero y al que la última encuesta del CEMOP otorga entre 13 y 14 diputados frente a los 22 obtenidos en 2015, nueve puntos menos que entonces. Sus apelaciones al voto útil y a “que vienen los rojos” denotan su preocupación ante un horizonte que hace agua.