Cuando por defender el sistema se te tacha de antisistema en algo nos estamos equivocando porque lo que subyace es que existe un teoÌrico Estado de Derecho visible y otro oculto. Este estado ni existe tanto en las cloacas, que también, sino más bien a través de un complejo entramado de cadena de favores, intereses, y eÌtica de dudoso valor en los grandes poderes fácticos.
Un claro ejemplo lo tenemos en los funcionarios interinos con abuso de la temporalidad, abuso reconocido por el Tribunal Europeo, que viene a poner luz sobre el incumplimiento del Estado EspanÌol de sus propias leyes, abusando de los que sustentan el propio Estado como son los trabajadores puÌblicos.
La corrupcioÌn no solo se ha disparado, siempre ha existido, pero lo importante es el índice de corrupcioÌn: lo que diferencia a Nigeria, EspanÌa y Alemania. En Nigeria te para la policiÌa le das dos cartones de vino y prosigues viaje, en EspanÌa se busca a ver si alguÌn amigo te quita la multa y en Alemania la pagan. QuizaÌs sea injusta la comparativa, pero podriÌa suponer una manera de pensar muy latina, acaso no hemos escuchado nunca frases como “Se las ha llevado, yo hariÌa lo mismo” o “¿Quien ha ido a la caÌrcel por corrupcioÌn en Murcia?”
En Europa han tenido que implementar una fiscaliÌa y una directiva que protege a quien denuncia incluso de su propio Estado. Esto nos da una idea de donde estamos.
La solucioÌn no es una solucioÌn poliÌtica, ya que no hacen falta miles de poliÌticos y asesores para cambiar las leyes, solo hace falta que las leyes que tenemos se cumplan. El cumplimiento de las leyes pasa por una Justicia con verdadera independencia del poder poliÌtico, que fuera universal y gratuita, pues lo contrario solo genera una justicia para poderosos y ricos, y otra justicia o mas bien la falta de ella para pobres.
Esos pobres, cada diÌa lo son maÌs, ya que la deÌbil clase media EspanÌola, cada vez esta maÌs cerca de la economiÌa de subsistencia y sienten esa falta de Justicia. Al final se genera la “paguica” para evitar el estallido social, esa “paguica” lo que hace es generar una dependencia de quien la otorga, la verdadera libertad es poder elegir “el trabajo en condiciones de seguridad y con justiprecio”, es lo que nos da la libertad y hace grande a un paiÌs.
Necesitamos mas ética y menos esteÌtica, mas justicia y menos caridad, el potencial existe, lo hemos visto en aquellos que con generosidad han puesto en riesgo su seguridad a cara descubierta por la negligencia en la gestioÌn. Solo espero que exista para ellos el derecho a un trabajo digno y estable.
Cuando por defender el sistema se te tacha de antisistema en algo nos estamos equivocando porque lo que subyace es que existe un teoÌrico Estado de Derecho visible y otro oculto. Este estado ni existe tanto en las cloacas, que también, sino más bien a través de un complejo entramado de cadena de favores, intereses, y eÌtica de dudoso valor en los grandes poderes fácticos.
Un claro ejemplo lo tenemos en los funcionarios interinos con abuso de la temporalidad, abuso reconocido por el Tribunal Europeo, que viene a poner luz sobre el incumplimiento del Estado EspanÌol de sus propias leyes, abusando de los que sustentan el propio Estado como son los trabajadores puÌblicos.