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Píldoras dispersas para aliviar la tarde

UNA.

Dijo el presidente López unos pocos días atrás que ni los murcianos, ni los gobiernos anteriores son responsables de lo que ocurre en el Servicio Murciano de Salud (SMS). Suponen esas palabras, de entrada, un reconocimiento tácito de que el citado departamento está como para refundarlo de nuevo. Si no, que le pregunten a los pacientes ciudadanos que esperan varios meses, varios, no ya para entrar en quirófano, sino simplemente para una primera cita con el especialista, o una segunda con otro galeno específico o, incluso, ven aplazada porque sí su cita el mismo día que se suponía debían pasarla porque a la eminencia hipocrática de turno en el sistema público de salud le ha surgido algún problema de resolución inaplazable: vuelva usted dentro de unas cuantas semanas. Son casos, los tres, registrados de primerísima mano por este ciudadano de a pie que escribe. En cuanto a lo de las responsabilidades inexistentes, según López, de los gobiernos anteriores habrá que pensar que la culpa la tienen los mejillones, o que el caso es que la abuela fuma. ¿O quiso decir el baranda regional que es la injusta financiación autonómica la exclusiva causante de los males malos-malísimos de la Sanidad murciana? Es una manera de decir que la gestión sanitaria ha sido impoluta desde que se hicieron las transferencias hasta la fecha, habiendo estado como está en mano de gerifaltes del PP y afines. Que venga la Marea Blanca y lo vea.

DOS.

De Garres va la cosa. El anuncio de una candidatura rival a la de López para el congreso de refundación/regeneración democrática del PP murciano fue seguido, casi sin solución de continuidad, de una serie de especies difamatorias difundidas desde el aparato extraoficial en la calle González Adalid. ¡Qué casualidad que se apellide Garre el ínclito Antonio Jesús! Su primer apellido hizo regurgitar al aparato “pepero” toda la bilis que tenía guardada y a buen recaudo ––no fuera a ser que se notara demasiado–- desde la abrupta despedida del expresidente homónimo y la creación de su nueva fuerza de más-de-lo-mismo-pero-sin-presuntos-corruptos. Estilo Ciudadanos en versión ataque de dignidad, vamos. Además, el susodicho tiene la osadía de que su madre se llame Izquierdo. Lo cual pudo provocar más regomello en las profundidades peperas, aunque luego quedó claro que la cosa no va por ahí. Por donde sí va es por la perplejidad derivada de semejantes saltos a la yugular de un atrevido precandidato a disputarle la poltrona a López el heredero, que lo seguirá siendo hasta que las urnas internas enmascaren su dedazo. ¿Y esto va de democracia interna? ¿No quedamos en que lo de “a la búlgara” era cosa de tiempos pasados? De momento, el precandidato espontáneo ya se ha quejado de que los papeles para los avales le han llegado a él una semana después que a su rival.

Y TRES.

La santísima trinidad, con minúscula (En otros andurriales dicen Santa Trinca, dicho sea entre paréntesis). Como no quiero ser tachado de blasfemo, dejo las mayúsculas para mejor ocasión. Ahora resulta que junto al tándem López-Ballesta, convocante y ejecutor del congreso de caída del caballo que arrojará nueva luz democrática sobre las huestes supuestamente populares, emerge una tercera figura que, cual apisonadora imparable, reclama cada vez más mediáticamente su sitio junto al joven presidente. Ungido por el todopoderoso Emepunto, el ya no tan nuevo delegado del Gobierno lleva desde que lo nombraron ganando protagonismo en la actualidad regional, robando plano al “buen chaval” ––Rajoy dixit en la boda murciana del año––. Por momentos, parece como si el regidor del séptimo municipio español perdiera pie. La organización del Gran Congreso pondrá a cada uno en su sitio, es la jaculatoria de los seguidores del alcalde Ballesta. Sin embargo, los inmigrantes de Archidona y los vecinos de las vías, por poner solo dos ejemplos, pueden dar fe de que la hiperactividad de Paco Bernabé no se queda en agua de borrajas ni en postureo. Su capacidad verbal resolutiva puede llegar a defender la perentoriedad de amputar rabos de perro para evitar el efecto látigo contra las piernas de los viandantes en la tribuna del Congreso, como a clamar por el puerto del Gorguel en la Trapería y estigmatizarlo en el consistorio de La Unión. Va a por todas. Hay que hacerle un hueco en lo más alto. Luego son tres, no dos. Santos o no, ya lo veremos.

UNA.

Dijo el presidente López unos pocos días atrás que ni los murcianos, ni los gobiernos anteriores son responsables de lo que ocurre en el Servicio Murciano de Salud (SMS). Suponen esas palabras, de entrada, un reconocimiento tácito de que el citado departamento está como para refundarlo de nuevo. Si no, que le pregunten a los pacientes ciudadanos que esperan varios meses, varios, no ya para entrar en quirófano, sino simplemente para una primera cita con el especialista, o una segunda con otro galeno específico o, incluso, ven aplazada porque sí su cita el mismo día que se suponía debían pasarla porque a la eminencia hipocrática de turno en el sistema público de salud le ha surgido algún problema de resolución inaplazable: vuelva usted dentro de unas cuantas semanas. Son casos, los tres, registrados de primerísima mano por este ciudadano de a pie que escribe. En cuanto a lo de las responsabilidades inexistentes, según López, de los gobiernos anteriores habrá que pensar que la culpa la tienen los mejillones, o que el caso es que la abuela fuma. ¿O quiso decir el baranda regional que es la injusta financiación autonómica la exclusiva causante de los males malos-malísimos de la Sanidad murciana? Es una manera de decir que la gestión sanitaria ha sido impoluta desde que se hicieron las transferencias hasta la fecha, habiendo estado como está en mano de gerifaltes del PP y afines. Que venga la Marea Blanca y lo vea.