Esta mañana, mientras estaba desayunando, me videollama Lady Chorima.
-Buenos días, reina...
-¡Buenos días! -responde desde su cocina- ¿Qué pasaría si todo lo que publica la prensa fuera verdad?
Me lanza la pregunta así, a quemarropa, y a continuación me lee varios titulares acerca de la subida del precio de la luz, de las muertes provocadas por la ola de frío, del último sermón de Fernando Simón y del cierre de las cuentas de Trump en las RRSS.
-Imagina -continúa ella- que en el mundo estuvieran ocurriendo todas las cosas tal y como las cuentan los medios. ¿Qué chungo, no?
-Estaríamos como el gato de Schrödinger ¿De verdad piensas que es todo falso?
-Falso, falso… No del todo, pero sí producto de los intereses de los cerebros reptilianos que manejan los medios de comunicación. Manipulan y maquillan, como cuando hay un debate entre políticos y cada uno saca a relucir los datos que más le convienen. Te voy a poner un ejemplo: las muertes de varios indigentes por culpa de la ola de frío. Tú qué crees: ¿Los mata el frío o la marginalidad en que viven?
-Ya -digo masticando una tostada.
-¡Pobreticas, Naturgy e Iberdrola... Que se aprovechan de ellas en Cañada Real!
-...
-Y lo de Trump, a buenas horas, ¿no? En cuanto a Fernando Simón, pfff, en fin, ¿Qué quieres que te diga?
-No sé si te entiendo -respondo.
-¡Pues, niña -dice en un arranque de impaciencia-, que vivimos en la era de la posverdad! Los hechos cuentan menos que las emociones de cada una. Y no solo desde la llegada de Trump y sus esbirros -continúa ella sin dejar de mover las manos-. Si las cosas son como nos convienen que sean, ya no hay nada más que discutir, ahora que no tenemos más bares abiertos ni cenas familiares, podemos pelearnos y sacarnos el pellejo en Twitter. Las cosas son como yo las veo y las siento, ésa es la gran posverdad. Y en esa línea interpreto todo lo demás.
-Oye, ¿Tú no tienes que ir a trabajar? Se nos va a hacer tarde…
-A ver, ¿Cómo le explicas a la infancia lo de la presentadora de los mini trajes de nochevieja?
-Les diría: ¡Eso es Españistán! -le suelto yo.
-¿Cómo les explicas -insiste ella- a hijos y sobrinos, a ellos y a ellas -dice subrayando esto último-, que es lógico cubrirse con lo mínimo en una de las noches más frías del año, sacarse un sueldazo con eso y ser influencer el resto del tiempo? Porque yo creo que es difícil de entender cuando los padres y los abuelos brindan con ella y el rebaño bala con ella…
-Tiene que haber algún fragmento de los Monty Python para ilustrar el caso -digo terminándome el café con leche.
-Otro ejemplo -continúa ella-, con respecto al monotema: decir que a este paso hacen falta 6 años para vacunar a toda la población y alcanzar inmunidad… ¿Qué te parece?
-De rebaño.
Lady Chorima levanta su taza y me hace un brindis. Luego añade:
-En realidad no me alarma tanto lo que se dice como lo que se calla.
-¿Qué te pasa hoy, tía? ¿Te has levantado en modo conspiranoico?
-Lo que me pasa es que mis peques han comentado la gala de nochevieja mientras desayunaban, luego me he quedado sola, pensando. ¡La sociedad española patina! ¡Somos rebaño y nos dirigen a distancia! Hoy tenía algo que decirle a la CIA y he puesto en mi estado: “Mujer y madre (según la antigua categorización), lumpen-proletaria, apestada y contagiosa.”
Me llevo las manos a la frente.
-¡Hostia! -bromeo- ¿Y eso?
-Si la categoría mujer está pasada de moda -responde-, ¡imagínate la de lesbiana!
-No, no, aclárame lo de apestada y contagiosa.
-Kate Tempest, la autora de Wasted, ahora es Kae, ¿te has enterado? Me ha removido los cimientos, esta tipa. “Las mentes más brillantes son andróginas”, o algo así, decía la Virginia Woolf, pero chica, parece que ya no basta con la mente, también hay que tunearse el género.
-Puede hacer lo que le dé la gana, Kate o Kae -respondo-. Es una crack.
-Pero ¿y si se nos convierte en un señoro?
-Chori, hablas cual posmoderna de barrio... Hoy es tendencia lo trans y mañana la moda será convertirse en cyborg -le digo mirando la hora-, el glam y la transgresión siempre han estado ahí. De todas formas, lo del binarismo sexual sí que es viejuno, ¡hace dos mil millones de años que se creó! Pero sigues sin aclararme lo de apestada…
Ella sigue a su bola, con los ojos brillantes y las mejillas coloradas:
-Me preocupan más esas lesbianas de las que poco o nada se dice: esas criaturas de los campos de Moria… Sí, ¡hay que hablar más de Lesbos! ¡Y de la gente sin casa! ¡Los tenemos a las puertas de nuestras ciudades!
-Chori, ¿Te sientes con fiebre?
Lady Chorima me pone los ojos en blanco.
-Mis síntomas son enfriamiento, decepción… ¡Estoy hasta la mucosa de todo!
Exhalo un suspiro. Mientras le caen lagrimones de los ojos, Lady Chorima continúa:
-Mira, si el mundo fuera tal y como nos lo describen los medios, a mí me daría bastante yuyu salir ahí afuera. Por ahora no me queda otra opción que creer, creer en el autoconfinamiento, prepararnos para la Tercera Ola... Entre el autoempleo y el teletrabajo transcurre mi cuarentena. Encerrada en un cuarto -concluye sonándose la nariz.
-Suerte que cuentas con un cuarto propio -murmuro.
Qué ganas de abrazarla.