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Sobre las `purgas´ en RTVE

A comienzos de septiembre de 2012, un viernes, el entonces director de informativos de TVE, Julio Somoano, me llamó por teléfono a primera hora de la tarde. Tras saludarme, indicando que sentía hacerlo “en esas circunstancias”, pues llevaba en el cargo desde julio –sustituyó a un fulminado Fran Llorente– y no habíamos intercambiado en ese periodo palabra alguna, me comunicó mi cese como director territorial de TVE en Murcia, cargo que venía desempeñando desde mediados de 2007.

En noviembre de 2011, el PP de Mariano Rajoy había ganado las elecciones generales, por lo que el nuevo presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, nombrado en el mes de junio de 2012, estaba procediendo al relevo de los responsables de la corporación. La intención de la anterior Administración de que los cargos en RTVE no estuvieran al albur del cambio de los gobiernos de turno se había ido al traste, toda vez que la mayoría absoluta del PP en el Congreso, con 186 diputados, nada más y nada menos, había revocado en abril esa norma mediante un decreto-ley. Sí, han leído bien: decreto-ley.

Tras ello, el presidente y el Consejo de Administración de RTVE ya no se elegirían por consenso de dos tercios en esa cámara, sino que era de nuevo el Ejecutivo el que proponía al máximo directivo de la corporación, que no ente público. Mientras, el consejo pasaba de 12 miembros a 9, suprimiendo la representación de los sindicatos en este órgano y contando con hasta 6 representantes propuestos por el PP, que refrendaron a González-Echenique sin problemas, algo que los votos de los diputados populares ratificaron ‘a posteriori’ en el Congreso.

Junto a mí, de una tacada, ese fin de semana fueron cesados también otros ocho directores territoriales de TVE. Previamente, en Torrespaña y Prado del Rey, se habían producido numerosos ceses y nombramientos en los servicios informativos, programas y otros departamentos, algo que, para según quien, debía estar considerado como ‘habitual’ en esas circunstancias. En algunos de los casos, dando entrada a profesionales que no pertenecían a la plantilla de RTVE, como era el caso del propio Somoano, a los que se debía considerar ‘gente de confianza’ de los recién llegados.

Refiero esta historia con tintes personales cuando leo y escucho, incesantemente, la palabra ‘purga’ a la hora de denunciar los cambios que el equipo de la Administradora Única de RTVE, Rosa María Mateo, está introduciendo en TVE y RNE desde que esta fue designada. Parece que a algunos les gustaría que todo siguiera como estaba. Es decir, que se mantuvieran en sus puestos la mayor parte de los que nos relevaron en 2012 –y otros que llegaron después–, tras la supresión por decreto, insisto, de una ley por la cual RTVE pretendía parecerse un poco más a esas otras radiotelevisiones públicas, que algunos siempre tienen en mente y se les llena la boca al citarlas como ejemplo.

Sería paradójico tirar de hemeroteca y volver la vista seis años atrás para que leyéramos la relación de ceses y nombramientos que hubo por entonces. No recuerdo que los que ahora se rasgan las vestiduras, cual ‘sepulcros blanqueaos’, hablaran en ese tiempo de `purgas´.

Hubo quien, como es mi caso, desalojó el despacho con la convicción que da el trabajo hecho y la conciencia tranquila. Ni pedí ni recibí privilegio alguno, ocupando una mesa en la redacción para seguir haciendo lo que he hecho a diario, desde que entré por oposición en esta casa, hace ya más de tres décadas. Y confieso que lo hice sin tener el más mínimo complejo de sentirme como inquilino del purgatorio, pues era la tercera vez en mi vida laboral que pasaba por ese trance. Será que yo, el aceite de ricino, lo dejo para otros, esos de los que desconozco cómo llamarán a lo ocurrido en 2012.

A comienzos de septiembre de 2012, un viernes, el entonces director de informativos de TVE, Julio Somoano, me llamó por teléfono a primera hora de la tarde. Tras saludarme, indicando que sentía hacerlo “en esas circunstancias”, pues llevaba en el cargo desde julio –sustituyó a un fulminado Fran Llorente– y no habíamos intercambiado en ese periodo palabra alguna, me comunicó mi cese como director territorial de TVE en Murcia, cargo que venía desempeñando desde mediados de 2007.