Lo que quiere Ciudadanos, o sea Cs, para de ahora en adelante y siempre y cuando no cambie de idea es perpetuar al menos otros cuatro años el lamentable estado en que la Región está gracias a casi un cuarto de siglo, que se dice pronto, de gobiernos 'populares'. Encabezados mayormente por Ramón Luis Valcárcel ––ese que ahora parece decir que la cosa no va con él––, su sucesor designado ––el tres veces procesado Pedro Antonio Sánchez–– y el heredero impuesto por el sucesor, Fernando López Miras ––culmen de la inanidad encarnada en político––.
Si no cambia de idea, insisto, Cs pretende que siga no solo el partido podrido gobernando sino también las prebendas a tutiplén; las muchas decenas de enchufados a la sopa boba en la administración local y regional; las redes clientelares confesadas inadvertidamente por el hábil concejal que no quería ser marrano; el favoritismo financiero oficial hacia la enseñanza privada y mayormente católica; las escuelas públicas convertidas en cuasi guetos; los hospitales en estado lamentable con los pacientes desesperados; la sanidad privada haciendo negocios inconfesables gracias al deterioro de la pública… en fin, y el Mar Menor a punto de entrar, otra vez, en coma merced a las políticas agroambientales tan acertadas de este aún ejecutivo regional.
Este panorama es el que seguirá siendo el de esta parte del Estado, pues nadie se cree que Cs, por mucho que se empeñe, vaya a ser capaz de condicionar con seis diputados las 'nuevas' políticas del partido cuyas líneas de actuación han devenido en los resultados que prolijamente ya he descrito en el párrafo anterior y que tiene 16 escaños, que serán indudablemente apoyados por los cuatro que consiguió la voz neofranquista.
La catastrófica situación, porque lo es, que he descrito se puede demostrar estadísticamente recurriendo al INE o a Eurostat, entre otros muchos resultados estadísticos de solvencia. Pero a propósito del Día Mundial del Medio Ambiente se puede recordar un perfil estadístico de las regiones del Estado en el que, además de constatar una vez más la penosa situación de los murcianos, es posible comparar fehacientemente el nivel en el que nos encontramos en relación a otras zonas españolas.
Se trata del Informe SOS 17x17 sobre el grado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las 17 Comunidades Autónomas fijados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. La autoría del informe corresponde al Observatorio de la Sostenibilidad, AIS Group y Fundación Ciudadanía.
Fue presentado hace tres semanas, el 17 de mayo, y no tuvo mucho eco entre nosotros. Lo que no quiere decir que no sea valioso, sobre todo porque su evaluación se hace con los criterios internacionales que fijó la ONU para su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la Asamblea General el 25 de septiembre de 2015.
Basta un vistazo, guiándose por los colores, para caer en la cuenta del nivel en el que nos encontramos en el rincón sureste. No somos los únicos, cierto, en el Estado que nos mantenemos en situación penosa, pero el estudio es bastante revelador con respecto a lo que tenemos en comparación con las otras regiones españolas.
Como la imagen es suficientemente explicativa, no creo que sea necesario añadir más comentarios sobre el informe. Lo que sí se debe preguntar, muy pertinentemente, es si ese partido supuestamente regeneracionista de la vida pública que es Cs prefiere que sigamos gobernados por los mismos que nos han llevado a ese lugar donde estamos. Y si cree, dado el caso, sus seis diputados serán suficientes para torcer la mano a los 16 del Partido podrido apoyados por los cuatro de la extrema derecha vocinglera. ¿O será el extremo centro? ¿Es eso lo que quiere Ciudadanos, si no cambia de idea? Vale.
Lo que quiere Ciudadanos, o sea Cs, para de ahora en adelante y siempre y cuando no cambie de idea es perpetuar al menos otros cuatro años el lamentable estado en que la Región está gracias a casi un cuarto de siglo, que se dice pronto, de gobiernos 'populares'. Encabezados mayormente por Ramón Luis Valcárcel ––ese que ahora parece decir que la cosa no va con él––, su sucesor designado ––el tres veces procesado Pedro Antonio Sánchez–– y el heredero impuesto por el sucesor, Fernando López Miras ––culmen de la inanidad encarnada en político––.
Si no cambia de idea, insisto, Cs pretende que siga no solo el partido podrido gobernando sino también las prebendas a tutiplén; las muchas decenas de enchufados a la sopa boba en la administración local y regional; las redes clientelares confesadas inadvertidamente por el hábil concejal que no quería ser marrano; el favoritismo financiero oficial hacia la enseñanza privada y mayormente católica; las escuelas públicas convertidas en cuasi guetos; los hospitales en estado lamentable con los pacientes desesperados; la sanidad privada haciendo negocios inconfesables gracias al deterioro de la pública… en fin, y el Mar Menor a punto de entrar, otra vez, en coma merced a las políticas agroambientales tan acertadas de este aún ejecutivo regional.