Cada ciudadano español debe 30.000€ en deuda pública nacional, añada los 7.467€ por habitante de la Región de Murcia y agregue su parte correspondiente de la deuda de su Ayuntamiento. Ahora, sume su hipoteca (si la tiene), préstamo del coche (si lo tiene), tarjetas... un montante de 43.000€ euros mínimo en deuda pública, más una media de 25.000€ de deuda privada, por tanto cada habitante de la Región de Murcia, de media, debe un mínimo 68.000€. En una casa con tres personas 204.000€ de deuda. Ahora reste una capacidad de compra del 9%, efecto inflación, y si tiene la suerte de ser asalariado con un convenio regulado en revisión sume la cantidad del 2% a su ingreso, mientras que si es autónomo siéntese con su asesor y saque cuentas de la repercusión de la subida los costes en su negocio y cuota de autónomo. Con este panorama comprenderán lo difícil que resulta levantar la persiana cada día.
Estos días estamos viendo cómo las diferentes administraciones riegan con dinero público el clamor de la calle. Transportistas, agricultores, ganaderos, taxistas...ahora gasolineras. No son más que parches en un sistema endeble, dependiente e insostenible. Cada día llegan a nuestras lonjas productos frescos de fuera de la UE con los que son imposibles de competir.
En tiempos de abundancia los consumidores miramos la etiqueta y valoramos la Q de calidad o la denominación de origen, ahora nos conformamos con consumir productos similares.
Acaso tienen nuestras empresas del sector primario los mismos costes que en países del Magreb. Nos conforman con hacer una ley de justiprecio o un brindis al sol que, para el caso, es lo mismo. ¿Dónde está el corredor mediterráneo que puede llevar productos frescos de la huerta al centro de Europa? Una vez más, con la Región de Murcia se está cometiendo la misma discriminación que tuvimos con proyectos como del trasvase del Ebro o el AVE por Cieza.
El gasto público debe ser garante de un estado de bienestar fundamentado en la sanidad, educación, pensiones, infraestructuras... El gasto público tiene dos vertientes, la reinversión mediante inyección de dinero en la economía y la capacidad de prestar bienes y servicios a la sociedad.
La deuda viva de la Región de Murcia creció de los 4.628M€ en 2012 a los 10.187M€ en 2020, lo que refleja un crecimiento del endeudamiento de 5.559M€ en ocho años. De los datos cabe esperar que la sociedad murciana hayamos incrementado los servicios públicos en casi el doble. Cada lector que haga su propia lectura sí desde el 2012 a la fecha percibe el doble de servicios públicos. Quizás no los perciba porque la administración regional ha invertido mucho dinero en la lucha contra el fracaso escolar, o debemos achacar este incremento de gasto a la ampliación de servicios en los hospitales de Cartagena, Caravaca o Yecla, o quizás haya ido a parar a la mejora de las carreteras regionales que estos días se han derrumbando por la lluvia... o quizás a la recuperación del Mar Menor.
Cada ciudadano español debe 30.000€ en deuda pública nacional, añada los 7.467€ por habitante de la Región de Murcia y agregue su parte correspondiente de la deuda de su Ayuntamiento. Ahora, sume su hipoteca (si la tiene), préstamo del coche (si lo tiene), tarjetas... un montante de 43.000€ euros mínimo en deuda pública, más una media de 25.000€ de deuda privada, por tanto cada habitante de la Región de Murcia, de media, debe un mínimo 68.000€. En una casa con tres personas 204.000€ de deuda. Ahora reste una capacidad de compra del 9%, efecto inflación, y si tiene la suerte de ser asalariado con un convenio regulado en revisión sume la cantidad del 2% a su ingreso, mientras que si es autónomo siéntese con su asesor y saque cuentas de la repercusión de la subida los costes en su negocio y cuota de autónomo. Con este panorama comprenderán lo difícil que resulta levantar la persiana cada día.
Estos días estamos viendo cómo las diferentes administraciones riegan con dinero público el clamor de la calle. Transportistas, agricultores, ganaderos, taxistas...ahora gasolineras. No son más que parches en un sistema endeble, dependiente e insostenible. Cada día llegan a nuestras lonjas productos frescos de fuera de la UE con los que son imposibles de competir.