Hoy os voy a hablar de baloncesto y de salud mental. No sé si sabíais que el baloncesto es una de mis grandes pasiones. Y Juan Carlos Navarro y Ricky Rubio, dos de mis debilidades. El primero ya está retirado, y el segundo se encuentra momentáneamente alejado de las canchas de basket.
El pasado mes de agosto anunció que abandonaba la concentración de la selección española, donde los de Scariolo estaban preparando el Mundial por un problema de salud mental. Para los aficionados al deporte de la canasta y, más para los que somos seguidores desde hace muchos años de Ricky, esto supuso un gran impacto. ¿Qué le pasa a Ricky?, ¿problemas de salud mental?, ¿eso qué es?
Es cierto que todos habíamos oido hablar de la salud mental y, más, después de la pandemia. De hecho, se llegó a decir que la salud mental iba a ser la nueva pandemia después de la pandemia. Y es verdad que los psicólogos y psiquiatras han visto aumentar exponencialmente su trabajo en los últimos tiempos.
Pero uno nunca imagina que un deportista de élite, guapo, rico y famoso pueda tener problemas de semejante índole. Estas cosas solo nos pasaban a los mortales, ¿o no?
Y es que, según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2019 casi mil millones de personas, incluidos un 14% de los adolescentes en el mundo, vivían con un trastorno mental. De hecho, el suicido representó más de una de cada cien muertes. A partir de 2020, estos datos se han disparado a raíz de la pandemia. Y si nos centramos en España en la actualidad cuatro de cada diez españoles aseguran no gozar de una buena salud mental y lo que aún es más preocupante, el 40% de las personas diagnosticadas con algún problema de salud mental, ha sentido en sus carnes el rechazo social por parte de sus entorno.
Y estos demoledores datos no conocen de clase social, raza o religión.
La realidad cada vez más palpable en nuestra sociedad es que cuando una persona, sea de la condición social que sea, tiene problemas de salud mental, se suele sentir aislada, frustrada y abrumada, y esto afecta a todas las facetas de su vida, incluso a su forma de pensar, de sentir y actuar. Pero esta situación no sobreviene de repente. El cuerpo poco a poco nos va dando señales de advertencia, y es importante reconocer estas señales. Según varios artículos sacados de revistas especializadas, los signos más comunes pueden ser: dejar de compartir con personas o abandonar actividades que antes solías disfrutar, padecer trastornos del sueño, tener los niveles de energía muy por debajo de lo norma, consumir en exceso drogas o alcohol, cambios de humor repentinos, tristeza…
Reconocer que alguien tiene problemas de salud mental es el primer paso para ponerles solución. Y, en este sentido, hay que poner en valor gestos de personajes ricos y famosos, que en algún momento pueden resultar referentes para muchas personas. Como es el caso de Ricky Rubio. O como los ejemplos de Bruce Sprintgsteen, Justin Bieber, Katy Perry, o Paula Badosa que han hablando abiertamente de sus problemas de salud mental.
Si ellos los tienen, los puede tener cualquiera. Y no, ya no es una cuestión para avergonzarse y, ni mucho menos, para arrinconar o dar de lado al que los padece.
Por eso, reconocerlos y buscar ayuda, o mostrar empatía para quien los sufre resultan hoy día importantes actos de valentía.
Hoy os voy a hablar de baloncesto y de salud mental. No sé si sabíais que el baloncesto es una de mis grandes pasiones. Y Juan Carlos Navarro y Ricky Rubio, dos de mis debilidades. El primero ya está retirado, y el segundo se encuentra momentáneamente alejado de las canchas de basket.
El pasado mes de agosto anunció que abandonaba la concentración de la selección española, donde los de Scariolo estaban preparando el Mundial por un problema de salud mental. Para los aficionados al deporte de la canasta y, más para los que somos seguidores desde hace muchos años de Ricky, esto supuso un gran impacto. ¿Qué le pasa a Ricky?, ¿problemas de salud mental?, ¿eso qué es?