Resulta evidente para cualquiera que pasee por la pedanía de Santiago y Zaraíche, que la misma está creciendo a un ritmo vertiginoso. Al norte de la avenida Príncipe de Asturias se suceden nuevos edificios, obras y grúas constantes, así como mudanzas y nuevas familias. Muchas de estas, las recién llegadas y las que llevan muchos años residiendo en la zona, tenemos niños y una clara preocupación. Nos irrita la escasez de servicios públicos. Se los enumero: no hay instituto, ni centro de salud, y sabemos que el magnífico ambulatorio de La Flota-Vistalegre, con o sin pandemia, atiende a muchos más ciudadanos de los que realmente debería. Por otra parte, los tres colegios públicos se encuentran saturados y muchas familias ya no pueden escolarizar a sus hijos en los centros educativos próximos, sino en otros de barrios de la capital, como El Ranero o Santa María de Gracia.
¿Hay suelo público para poner soluciones encima de la mesa? Lo hay, pero como ha denunciado el PSOE desde la Junta Municipal de Santiago y Zaraíche, lo que no existe es voluntad política ninguna. PP y Ciudadanos han decidido recientemente construir no uno, sino dos aparcamientos disuasorios en nuestras calles. Para mayor desconsuelo, uno de ellos, con su ruido y contaminación, junto al CEIP Nuestra Señora de Atocha.
Del PP se puede esperar cualquier cosa, pero al menos Ciudadanos debería tener mayor altura de miras. Si a día de hoy existen problemas para escolarizar a los alumnos en los centros educativos de Santiago y Zaraíche, ¿qué pasará en poco tiempo ante el evidente aumento de población de la pedanía? ¿No es de sentido común escolarizar a nuestros hijos cerca de su lugar de residencia? ¿Se conculcará nuestro derecho a elegir centro educativo público? ¿Tendremos las familias que manifestarnos por todo ello?
Resulta evidente para cualquiera que pasee por la pedanía de Santiago y Zaraíche, que la misma está creciendo a un ritmo vertiginoso. Al norte de la avenida Príncipe de Asturias se suceden nuevos edificios, obras y grúas constantes, así como mudanzas y nuevas familias. Muchas de estas, las recién llegadas y las que llevan muchos años residiendo en la zona, tenemos niños y una clara preocupación. Nos irrita la escasez de servicios públicos. Se los enumero: no hay instituto, ni centro de salud, y sabemos que el magnífico ambulatorio de La Flota-Vistalegre, con o sin pandemia, atiende a muchos más ciudadanos de los que realmente debería. Por otra parte, los tres colegios públicos se encuentran saturados y muchas familias ya no pueden escolarizar a sus hijos en los centros educativos próximos, sino en otros de barrios de la capital, como El Ranero o Santa María de Gracia.
¿Hay suelo público para poner soluciones encima de la mesa? Lo hay, pero como ha denunciado el PSOE desde la Junta Municipal de Santiago y Zaraíche, lo que no existe es voluntad política ninguna. PP y Ciudadanos han decidido recientemente construir no uno, sino dos aparcamientos disuasorios en nuestras calles. Para mayor desconsuelo, uno de ellos, con su ruido y contaminación, junto al CEIP Nuestra Señora de Atocha.