A la vista del levantamiento del secreto sumarial en cuanto a las investigaciones sobre el patrimonio del alcalde de Murcia, he de confesar que lo primero que se me ha ocurrido pensar ha sido “mucha tela para tan poco trapo”.
Un año después de que el juez Castillejos a instancias del fiscal Lozano decidiera mantener ocultas las pesquisas en torno al regidor murciano, todo lo que parece haberse encontrado sospechoso de ser irregular, es la posible relación entre una empresa del que fuera jefe de planeamiento del ayuntamiento, Joaquín Peñalver (vinculación ésta que parece que tampoco ha quedado acreditada), y la compra de unos terrenos por parte de esta empresa en Baños y Mendigo, propiedad de familiares del alcalde -por ser más concretos, del padre de su mujer-, y que el dinero de esta operación de compraventa pudiera corresponderse con un incremento sustancial de los “ahorros” del matrimonio Cámara-Meroño, del que habría constancia por un importante ingreso en su cuenta corriente matrimonial.
Lo cierto es que en el auto del levantamiento del secreto, poco más puede apreciarse, excepción hecha de lo que pueda contener la caja fuerte del juzgado en la que según dice el juez, queda a recaudo más documentación encontrada en las investigaciones, que solo se hará pública si el interesado lo considera oportuno.
¿Interesado? En todo proceso judicial, todos los afectados por el mismo son parte interesada, y por tanto todas las partes tienen derecho a toda la información del caso, así que no se entiende muy bien cómo esta parte queda “secreta” una vez levantado el “secreto”. Visto lo visto, da la impresión de que no se ha encontrado “el maletín”, si es que existió alguna vez ese “maletín” con el alguien pagó favores y decisiones tomadas en los despachos municipales.
Muchas son las dudas que quedan sin despejarse después de tanto tiempo de búsqueda, y seguramente demasiadas las especulaciones hechas sobre el posible enriquecimiento ilícito del alcalde de Murcia a consecuencia de los convenios urbanísticos del Norte del Municipio.
Si así fue, y hubo beneficio para todos menos para los murcianos, que la justicia caiga sobre los responsables con todo el peso de la ley, especialmente sobre los cargos públicos cuya obligación es velar por los intereses generales por encima de los particulares, pero si de lo que se trata es de buscar una aguja en un pajar, cuidado con ésto, que alguien se puede pinchar. Por ejemplo, el globo de este caso que está a punto de explotar.
A la vista del levantamiento del secreto sumarial en cuanto a las investigaciones sobre el patrimonio del alcalde de Murcia, he de confesar que lo primero que se me ha ocurrido pensar ha sido “mucha tela para tan poco trapo”.
Un año después de que el juez Castillejos a instancias del fiscal Lozano decidiera mantener ocultas las pesquisas en torno al regidor murciano, todo lo que parece haberse encontrado sospechoso de ser irregular, es la posible relación entre una empresa del que fuera jefe de planeamiento del ayuntamiento, Joaquín Peñalver (vinculación ésta que parece que tampoco ha quedado acreditada), y la compra de unos terrenos por parte de esta empresa en Baños y Mendigo, propiedad de familiares del alcalde -por ser más concretos, del padre de su mujer-, y que el dinero de esta operación de compraventa pudiera corresponderse con un incremento sustancial de los “ahorros” del matrimonio Cámara-Meroño, del que habría constancia por un importante ingreso en su cuenta corriente matrimonial.