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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Simplemente mamá

Raquel Abeledo

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Cuando una lee: Creemos en la capacidad de las mujeres de la Región de Murcia. Todas por igual, y especialmente las que decidieron salir del mercado de trabajo para formar una familia y cuidar de sus hijos durante sus primeros años de vida”, le saltan, quizá por alusiones, todas las alarmas del cerebro. Como muchas, soy mujer, trabajadora (del mercado de trabajo) y madre. Tal vez esa triple interpelación fuese el origen de lo que vino después. Lo primero que hago es ajustarme las gafas, pero no las moradas. Las primeras que me ajusto son esas que llevo hace unos años para la presbicia, maniobra tras la cual dirijo apresuradamente mi vista a un aparato electrónico que me permita comprobar la fecha del día que estoy viviendo. Prueba superada. Estamos en 2018, en pleno siglo XXI que sigue su curso al compás de los tuits que unos y otras van publicando. Un momento, ¿El siglo XXI sigue su curso? Llegó la hora de ajustarse bien las gafas moradas.

Procedo a comprobar la autoría de la frase. Quien la ha pronunciado es, ni más ni menos, que el señor López Miras, para más señas actual presidente de la Región de Murcia. Busco con cierta urgencia el escenario de esta invocación a la familia tradicional católica con el objetivo de contextualizar y poder restar importancia a la frase, gesto imposible al comprobar que el señor presidente ha pronunciado estas palabras en la Asamblea Regional, en el marco del Debate sobre el Estado de la Región, y sí, me repito a mí misma tozudamente, del año 2018.

Rebusco una explicación que me permita apagar las alarmas que continúan encendidas en mi cerebro. Búsqueda fallida. Resulta que el señor presidente de la Región de Murcia ha lanzado esta perla para anunciar un programa en materia de empleo con el que se pretende fomentar el acceso de las mujeres al mercado laboral, y especialmente para reinsertar a aquellas madres que “abandonaron sus carreras”.

Es entonces cuando decido tumbarme sobre el diván con la actitud con la que lo hacía Maruja Torres cada fin de semana para deleitarnos con unas acertadas líneas, y empezar a diseccionar este tuit. El tuit se publica desde la cuenta de twitter del Gobierno Regional. Quiero bien pensar que esta cuenta será manejada por un experto o experta en comunicación. Este punto de partida es el que me lleva a pensar que esto no ha sido una simple patinada del señor presidente, ya que de ser así no hubiese sido publicada en un tuit. Al menos no textualmente, porque “todas por igual” está reñido con “especialmente”. Si todas las mujeres de la Región de Murcia somos igual de capaces y válidas para el señor presidente no vienen a cuento menciones especiales.

En este momento mis reflexiones tienden un puente hasta un recuerdo, el de un día no muy lejano en el que miembros del Foro de la Familia abarrotaron un pleno en la Asamblea Regional sin otra intención que mostrar su apoyo a otro miembro del gobierno popular. En aquella ocasión la protagonista fue la Consejera de Educación, Juventud y Deportes, la señora Adela Martínez-Cacha, sometida a reprobación por su tratamiento a las charlas en educación afectivo-sexual en las aulas de la región tras las quejas de unas familias llamando a la “¿libertad?” (sí, en interrogante, no es un error). Rescaté imágenes de abrazos repartidos entre representantes del Foro de la Familia y el gobierno. Compruebo con desazón que los mismos que no quieren adoctrinamientos a los niños y niñas murcianos consiguen colar en el gobierno de todas y todos su discurso ideológico de familia tradicional, en el que la mujer queda relegada a un papel secundario, de mujer que elige “abandonar” su carrera para “dedicarse” en cuerpo y alma a los cuidados de su familia, que al parecer no son trabajo, y por eso no están en el “mercado”.

Cuando una lee: Creemos en la capacidad de las mujeres de la Región de Murcia. Todas por igual, y especialmente las que decidieron salir del mercado de trabajo para formar una familia y cuidar de sus hijos durante sus primeros años de vida”, le saltan, quizá por alusiones, todas las alarmas del cerebro. Como muchas, soy mujer, trabajadora (del mercado de trabajo) y madre. Tal vez esa triple interpelación fuese el origen de lo que vino después. Lo primero que hago es ajustarme las gafas, pero no las moradas. Las primeras que me ajusto son esas que llevo hace unos años para la presbicia, maniobra tras la cual dirijo apresuradamente mi vista a un aparato electrónico que me permita comprobar la fecha del día que estoy viviendo. Prueba superada. Estamos en 2018, en pleno siglo XXI que sigue su curso al compás de los tuits que unos y otras van publicando. Un momento, ¿El siglo XXI sigue su curso? Llegó la hora de ajustarse bien las gafas moradas.

Procedo a comprobar la autoría de la frase. Quien la ha pronunciado es, ni más ni menos, que el señor López Miras, para más señas actual presidente de la Región de Murcia. Busco con cierta urgencia el escenario de esta invocación a la familia tradicional católica con el objetivo de contextualizar y poder restar importancia a la frase, gesto imposible al comprobar que el señor presidente ha pronunciado estas palabras en la Asamblea Regional, en el marco del Debate sobre el Estado de la Región, y sí, me repito a mí misma tozudamente, del año 2018.