Los aficionados al western recordamos la película protagonizada por Clint Eastwood de finales de los años sesenta titulada 'Cometieron dos errores', en la que algunos personajes se equivocan dos veces con el protagonista, primero al intentar matarlo, y posteriormente, al dejarlo con vida. Como se puede imaginar el lector al final el personaje interpretado por Eastwood culmina su venganza y acaba matando hasta al apuntador.
Patricia Fernández en su asalto fallido al liderato del PP regional ha cometido no dos errores, sino tres, de gran importancia, que le pueden costar su carrera política, o por lo menos, el ostracismo durante una temporada.
El primer error es presentarse como alternativa a López Miras, sin calcular los apoyos que tenía dentro del partido y confiando en el apoyo de la vieja guardia que se vio arrinconada en el PP regional por su apuesta por Soraya Saénz de Santamaría. Sin duda, estas personas no representaban la regeneración y el cambio generacional que quería liderar Patricia. Si se hubiera analizado las biografías de muchos de ellos, se podría haber previsto que sus lealtades iban a ser volubles, como finalmente ha ocurrido al abandonar a Patricia a última hora a cambio de recuperar un poco de la influencia pérdida. En política está todo inventado y no te puedes lanzar a una batalla interna sin tener el apoyo de la afiliación o, por lo menos, aparentar que tienes ese apoyo. El problema es que a Patricia se le vieron las costuras en las elecciones a compromisarios al Congreso nacional, en donde obtuvo un paupérrimo resultado.
En fechas cercanas al Congreso, fue público y notorio que Feijóo, con buen criterio, no quería un cónclave en el que hubiera dos candidaturas y, además, no iba a desautorizar al presidente de una Comunidad, por lo que era claro que iba a apoyar a López Miras. En ese momento a la archenera le quedaban dos posibilidades. O bien plantar cara a Madrid, presentarse al Congreso e intentar perder con un resultado digno, o bien aceptar la oferta de integración, plegar velas y esperar su oportunidad al cobijo de la estructura orgánica. Al final, no hizo ni una cosa ni otra, plegó velas, pero dio la espantada en el Congreso y no se presentó, y aquí cometió su segundo error, el cual está siendo aprovechado inteligentemente por López Miras, dejando su puesto vacante en la Ejecutiva y dando a entender a la opinión pública que no quiere incorporarse a la estructura orgánica del PP por una rabieta mal digerida, y que él tiene voluntad de integrarla.
Y el tercero fue publicar las conversaciones privadas en prensa con López Miras. Dejando al margen el reproche ético y jurídico que supone hacer público este tipo de comunicaciones, fue un error considerable porque con esta acción se ha enfrentado al aparato y no ha dejado en buen lugar a su partido. Y, como no podía ser de otra forma, los adversarios políticos de López Miras tardaron poco tiempo en atacarle por este tema. Es cuanto menos ingenuo pensar que con un apoyo minoritario le iban a permitir a Patricia nombrar la mitad de los miembros del Comité Ejecutivo, o decidir sobre la mitad de las listas electorales. Sería como entregar la totalidad del poder político del PP regional a cambio de nada.
Cualquier persona que haya estado en un partido sabe que si quiere prosperar en política nunca te puedes enfrentar al aparato porque éste siempre gana, y supone un desgate personal y político que no merece la pena. Aunque lo cierto es que en la historia reciente hemos tenidos dos casos en el que el aparato ha perdido. Primero Pedro Sánchez en su enfrentamiento con Susana Díaz, y el segundo Francisco Igea en las primarias regionales de Ciudadanos. No obstante, son cisnes negros complicados que difícilmente se vuelvan a repetir en el futuro.
En resumen, Patricia ha pasado de ser la “Ayuso murciana”, como la llamaban algunos medios de comunicación, a tener un futuro político incierto, incluso para repetir como candidata en Archena, ya que el aparato tiene memoria y no deja pasar los agravios sin respuesta.
Esta situación ha tenido una derivada que ha pasado desapercibida a la opinión pública. Se ha parado, por lo menos temporalmente, la operación ordenada por Feijóo de adelgazar de tránsfugas el Ejecutivo regional, la cual parecía que iba a ser inminente. A la vuelta del verano ya estaremos en los minutos de descuento de la legislatura, y el PP es consciente que la actual composición del Gobierno no es muy presentable, y que los tránsfugas ya han cumplido su papel. Conforme se acerquen las elecciones, la cercanía de los tránsfugas le va a incomodar mucho al PP, y más pronto que tarde, seguirán los dictados de Madrid y adecentarán el Ejecutivo regional, lo cual agradeceremos muchos ciudadanos de esta Región.
Los aficionados al western recordamos la película protagonizada por Clint Eastwood de finales de los años sesenta titulada 'Cometieron dos errores', en la que algunos personajes se equivocan dos veces con el protagonista, primero al intentar matarlo, y posteriormente, al dejarlo con vida. Como se puede imaginar el lector al final el personaje interpretado por Eastwood culmina su venganza y acaba matando hasta al apuntador.
Patricia Fernández en su asalto fallido al liderato del PP regional ha cometido no dos errores, sino tres, de gran importancia, que le pueden costar su carrera política, o por lo menos, el ostracismo durante una temporada.