Escuchando a algunos responsables de Vox que alardean de ser un partido de inspiración cristiana, e incluso al cabeza de lista al Parlamento de Andalucía, Francisco Serrano, utilizando las figuras de Jesús de Nazaret y de Francisco de Asís, quiero aportar mi reflexión personal porque veo en las propuestas de este partido unos valores, unas actitudes y un espíritu que van en contra del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia.
Lo primero que quiero plantear es por qué gente racista, xenófoba y que anhela el nacionalcatolicismo se siente, no solo identificada con Vox, sino que también ve alimentados su racismo y xenofobia, su desprecio y su odio a otras personas y colectivos.
Lo segundo que hay que afirmar es que no hay partidos de inspiración cristiana ni siquiera como declaración. Cada creyente debe votar en conciencia. Se puede votar a la derecha, al centro o a la izquierda, según uno crea oportuno, valorando los pros y los contras.
Defendéis la caza, que no es otra cosa que matar por deporte, matar disfrutando como hobby. Esto entra en contradicción con el respeto y el cuidado a toda creación. Hay que alimentarse para vivir, sin más pretensión. Además, la caza genera una mentalidad de matar animales para sentirse bien que rehusamos desde la fe. Hay que recordar lo que dice el pasaje de Isaías 11,6-7: “Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey, comerá paja”.
Vuestra postura sobre la violencia machista llama tristemente la atención porque frente a los datos que proceden del poder judicial y de la propia realidad, culpáis a las mujeres de maldad, cuando están sufriendo una violencia que las asesina.
Me imagino que los católicos conservadores tendrán la mentalidad de que la mujer es inferior al hombre y es pecadora por naturaleza, siguiendo la interpretación, ya superada, del episodio de Eva y Adán. No veo otra explicación porque negar esta realidad se explica desde esta irracionalidad y decir que las mujeres son malas y que utilizan la ley para favorecerse sin escrúpulos choca con la antropología cristiana, con la dignidad de la mujer y con el pensamiento social de la Iglesia. Me imagino que os sentaría muy mal cuando el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, dijo que “María iría a la manifestación del 8 de marzo”, una afirmación con la que coincido plenamente. Os recuerdo el pasaje de Jesús y la samaritana.
Otra actitud que me parece hiriente, desde la fe y el pensamiento social de la Iglesia junto con los derechos humanos, es vuestro planteamiento acerca de los inmigrantes y refugiados. La Iglesia habla de acogida y de hospitalidad y vosotros habláis de expulsión. La Iglesia habla de personas y vosotros habláis de ilegales. Hay que recordar el pasaje de San Mateo 25, 41-46: “Entonces dirá a los de su izquierda: Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también estos contestarán: Señor ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos? Él le replicará: En verdad os digo: lo que no os hicisteis con uno de estos, los más pequeños, también lo hicisteis conmigo”. Y, estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna“.
Me ha llamado poderosamente la atención que en determinadas zonas donde se ha votado mayoritariamente a Vox hay muchas personas inmigrantes. Zonas que se han enriquecido gracias a los inmigrantes sin papeles. Creo que son lugares donde se quiere a los inmigrantes sin papeles, y lo que no se quiere son los “sobrantes”. A los inmigrantes sin papeles se les explota fácilmente.
Estoy seguro de que Jesús de Nazaret sería hoy en día un refugiado o un inmigrante.
No debemos exaltar figuras que supongan dolor, destrucción y muerte como es la figura de Francisco Franco. Es como si un católico exaltara la figura de Stalin. ¿Dónde queda la paz y el amor? El descontento social no se debe canalizar hacia las dictaduras, sino hacia la democracia basada en la justicia social. La Iglesia defiende la democracia en su doctrina social y rechaza las dictaduras y los golpes de Estado.
Como dice el Papa Francisco, que no os gustará absolutamente nada como Papa: “La política es una de las formas más altas de la caridad, del amor”. No se puede hacer política como católicos desde el odio y el rechazo. Hay que actuar desde el diálogo, el encuentro, el respeto y el cariño. Como dice el Evangelio de Lucas 6, 27-38: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian”. Hay que amar a los catalanes independentistas, lo mismo que hay que amar a los de Podemos y amar a los de Vox. La política del odio genera odio y hace que tengamos los ojos cerrados ante nuestro propio odio.
En la política podemos ser Caín o Abel. ¿Dónde está tu hermano refugiado o inmigrante? ¿Dónde está tu hermano que sufre la injustica social y la falta de libertad? ¿Dónde está tu hermana que sufre la violencia machista? ¿Dónde están tus hermanos que tienen la misma orientación sexual? ¿Dónde están tus hermanos que piensan distinto a ti?