Santiago Abascal ha removido su agenda y se ha plantado en Murcia. Lo hace 24 horas después de que PSOE y Ciudadanos presentaran una moción de censura para desbancar al PP del Gobierno regional, y otra para quitarlos del Ayuntamiento, a donde llegaron con el apoyo de Vox. Los de Vox están enfadados y no lo esconden.
Incluso antes de la llegada del líder de Vox nacional el himno de España se puede escuchar en la plaza de Belluga, una de las más emblemáticas de la capital por albergar la catedral de Murcia. Los primeros “¡Viva España!” resuenan entre las centenares de personas que se han congregado en la puerta de la catedral, que al final serán más de mil, según datos recogidos por el propio partido. “Tienen mucha suerte de haber conseguido autorización en una noche, a mí tardan en darme un permiso para recoger firmas tres meses”, dice Ginés Ruiz Maciá, concejal de Podemos en el Ayuntamiento, que ha pasado por la plaza.
El secretario de Organización del PSRM-PSOE, Jordi Arce, ha denunciado el silencio del PP ante el “vergonzoso y peligroso acto de Vox en Murcia, que ni siquiera se había comunicado a la Delegación del Gobierno”. Arce ha señalado que las asociaciones feministas, que organizaron las concentraciones del 8M, actuaron “de manera ejemplar cumpliendo todas las medidas sanitarias”.
Mientras es aclamado con gritos de “presidente”, Santiago Abascal se dirige a los manifestantes apiñados en la plaza en este mediodía soleado: “No pensábamos que iba a ocurrir en esta plaza lo que ha ocurrido. En un síntoma del sentir de Murcia. Aunque, por favor, mantened seguridad y distancia física”, pide el portavoz de Vox.
Abascal recuerda que hoy es 11 de marzo, la fecha en la que se produjo el atentado de Atocha: “Detrás llegó el peor socialismo, el de ETA, y hoy está otra vez en el Gobierno. Queremos seguir sabiendo toda la verdad sobre el 11M”, a pesar de que la investigación clarificó hace ya mucho tiempo que el atentado fue llevado a cabo por grupos yihadistas. El dirigente acusa al PP de “saber lo que pasaba” y no de no tener la “generosidad ni el patriotismo” de convocar comicios para evitar que le “robaran la voz y el voto” a los murcianos. “Pedimos hace meses que adelantarán las elecciones a PP. El tiempo nos ha dado la razón”, remata. Durante la salida de Abascal del mitin por el lateral de la catedral, un grupo de diez jóvenes se ha colocado con una bandera arcoíris para reivindicar al colectivo LGTBI. Los asistentes al evento les han proferido insultos y gritos como “perroflautas”, “Viva España”, o “arriba el Caudillo”.
El aún presidente de la Comunidad, Fernando López Miras —PP—, supo la noche anterior que se presentaría la moción, y no convoco elecciones anticipadas por “responsabilidad”, como él mismo aseguró. La realidad es que, según la legislación autonómica, para dar el paso debía convocar un Consejo de Gobierno extraordinario con al menos 24 horas de antelación, y los tiempos ya no daban. No obstante, la Ley del Estatuto del Presidente le abría la posibilidad de fijar la reunión sin cumplir ese plazo de tiempo “por razones de urgencia”. Queda la duda legal de si la “urgencia” de López Miras habría estado justificada.
Con todo, si se hubieran llevado a cabo los comicios, Vox habría arrastrado una buena cantidad de votos, abriéndose la opción de gobernar en coalición con PP –tal y como puede suceder en la Comunidad de Madrid—. La extrema derecha mostró un insistente interés en conseguir el adelanto electoral, pero el presidente murciano ni siquiera lo intentó.
Según el último barómetro de invierno del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) la suma de los 14 escaños que obtendría el PSOE junto con los dos que obtendría Unidas Podemos, más los tres que le daban a Ciudadanos no darían la mayoría -23- para formar Gobierno en la Región. En cambio, los 19 que el estudio asignaba al PP más los 7 que obtendría Vox serían suficientes.
El fortín de votantes de la extrema derecha en Murcia es de los más importantes del país. En las elecciones autonómicas del 26 de mayo de 2019, irrumpieron con fuerza y se quedaron con un 9,39% de apoyos, y cuatro escaños. En la capital entraron al Ayuntamiento con el 10,12% de votos, y tres concejales. Meses después, en los comicios generales del 10 de noviembre, se coronaron como el partido más votado de la Comunidad, con el 27, 7 por ciento del total de sufragios emitidos y tres diputados.
Tras los comicios autonómicos, la extrema derecha se convirtió en pieza clave para que el ya fallecido gobierno en coalición de populares y naranjas sacara adelante sus propuestas parlamentarias. Los presupuestos regionales de 2020 se aprobaron gracias a Vox. A cambio, PP y Cs abrazaron el veto parental, que caería en desgracia tras un recurso del Ministerio de Educación y su consecuente suspensión.