La excoportavoz de Verdes Equo, María Antonia Gómez Navarro (1964, Murcia), ha fallecido en Murcia, a los 59 años.
Miembro del partido verde en España desde su creación y comprometida ecofeminista y animalista, Toñi Gómez fue también coportavoz de Verdes Equo en Murcia, coportavoz de la Red Verdes Equo LGTBIQA y coordinadora de la Red Verdes Equo Animales.
Diplomada en Administración y gestión y madre de dos hijos, su trayectoria laboral y en defensa de la justicia social y climática estuvo marcada por su paso por el INEM, la Consejería de Agricultura y la Oficina de Valoración de la Dependencia en Murcia, que le permitieron conocer de primera mano los problemas y necesidades de los colectivos más desfavorecidos.
“Toñi era una mujer sin miedo, sobre todo cuando se trataba de defender la voz y los derechos de los sin voz; animales no humanos o humanos silenciados o abandonados por instituciones. Luchó contra la cultura que da la espalda y cierra sus sentidos para no escuchar los aullidos y dolores de los perretes abandonados, de los toros sacrificados, de las personas maltratadas por ser mujeres, diversas o pobres”, afirman desde Verdes Equo Región de Murcia.
“Toñi nos enseñó cómo mirar de frente y con atención lo pequeño y hermoso de la vida. Tenía la valentía y el coraje de preguntar para aprender, si hacía falta, y de responder con claridad y honestidad cuando era necesario y ante quien fuera necesario. Sus huellas profundas abrieron con lenguajes emocionales, caminos de derechos y direcciones de futuro. Sufrió por ello represalias y decepciones pero, defendió sus valores siempre”, subrayan.
“La enorme empatía que trasmitía Toñi Gómez, -añaden desde el partido verde- nos ayudó a saber sentir y a sentir sabiendo lo que realmente importa. Su amistad personal y cívica nos guiarán siempre con la brújula del afecto y el sentido de la justicia”.
“España es verde y no lo sabe. Hay una cantidad de recursos naturales que, gestionados de una manera inteligente, podrían ser una fuente de riqueza brutal”, dijo en una entrevista a este periódico en junio de 2016.
En esa misma entrevista contó el motivo de por qué era una persona animalista: “Me crié al lado de mi abuela, que era una persona muy especial que me enseñó dos cosas básicas: que la libertad no tiene precio y que cada vida es única y especial. Le llevábamos todos los gorriones que se caían de los nidos y los sacaba a todos adelante, siempre llevaba algún bicho detrás”.