El 8M que nos deja la COVID-19: “La pandemia ha sido una excusa para obstaculizar y gestionar nuestro trabajo”

Elisa M. Almagro

8 de marzo de 2021 06:00 h

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Durante el 8M acostumbramos a ver mujeres cargadas de sororidad llenando las calles de morado. A causa de la COVID-19, este año será diferente. Solo pequeños grupos de un máximo de 100 personas podrán manifestarse en la Región de Murcia para reclamar, una vez más, los derechos de la mujer.

“No comprendo por qué en los eventos deportivos puede haber una ocupación máxima del 75% del aforo, pero que nosotras nos veamos tan limitadas a la hora de manifestarnos. Se le da más manga ancha a los espacios masculinizados”, denuncia Esperanza Martínez García, miembro de la Organización de mujeres de Intersindical.

Una observación compartida con la delegación del gobierno, que ha calificado de “extraña” la recomendación del consejero de Salud de suspender las concentraciones del 8M, estableciendo un máximo de 100 personas por concentración. Delegación recuerda que, a lo largo del estado de alarma, se han celebrado en la Región 419 manifestaciones y concentraciones, “algunas muy numerosas”.

Loola Pérez, presidenta de MUJOMUR, la Asociación de mujeres jóvenes en la Región de Murcia, denuncia que “la pandemia ha sido una excusa para obstaculizar y gestionar nuestro trabajo”. 

Los numerosos cursos de psicoafectividad que ofrecía su organización a los centros educativos a menudo han dejado de impartirse por decisión de los municipios: “Nos llama la atención que se use la excusa de la semipresencialidad para no continuar con estos programas. Sobre todo cuando hay una reacción muy potente de los grupos de ultraderecha. Tenemos centros educativos donde ese proyecto se estaba haciendo y querían retomarlo en formato semipresencial u online pero sus ayuntamientos han asegurado que la semipresencial es un problema.”. 

“Los chicos y las chicas están necesitando un apoyo psicosocial o socioeducativo que nosotras fomentamos en nuestros proyectos de prevención”, subraya. 

Pérez lamenta que “igual que nosotras fuimos una generación que se abandonó en cuestiones de educación afectivo sexual estamos viendo que esto se está repitiendo con la generación que viene detrás de nosotras”.

Vuelta forzosa al hogar

Para Martínez García, este día de la Mujer es “más relevante que nunca”: “En este contexto de pandemia, la mujer se ha visto devuelta al hogar y a las tareas domésticas”, observa. El total de parados en la Región es de 123.330: 74.269 mujeres frente a 49.061 hombres. La brecha salarial tampoco ha dado tregua, alcanzando el 21% según el INE.

“Hemos visto otra vez interrumpidos nuestros proyectos de emancipación tanto a nivel personal como laboral”, lamenta Loola Pérez.

“Somos una generación de mujeres que ya vivió la crisis del 2008. No habíamos podido desarrollarnos laboralmente ni en nuestros proyectos personales, como ser madres o comprar una vivienda y la crisis que ha marcado el coronavirus ha impactado de forma rotunda en nuestra generación”, abunda.

De acuerdo con la plataforma Colombine, a lo largo del confinamiento las horas que las mujeres dedicaron a las tareas del hogar ascendieron a nueve, mientras que las de los hombres solo aumentaron hasta una media de cinco horas y media. “La conciliación ha caído más en las madres. Muchas han tenido que coger excedencias, reducir jornadas y al final nos toca casi siempre a las mismas”, lamenta María Iturdide, portavoz de AMPAS Unidas.

Iturdide culpa a esto a la gestión de los centros escolares durante la pandemia, que califica como “desastrosa”: “Nos prometieron que habrían centros de conciliación para los días que los niños no iban al cole, que nos iban a dar ayudas. No han hecho nada de eso”.

“Esa conciliación ha caído más en las madres. Muchas han tenido que coger excedencias, reducir jornadas y al final nos toca casi siempre a las mismas”, denuncia