A principios de esta semana, el pasado 20 de julio, se empezaron a derribar los muros de la Cárcel Vieja de la capital murciana por las obras de rehabilitación de la Fase I. La prisión, situada en el centro de Murcia, ha estado cerrada a cal y canto durante 39 años, y fue un centro de represión y tortura durante la dictadura franquista. A los pocos días, el 23 de julio, el Ministerio de Cultura admitió a trámite la denuncia interpuesta por la Asociación para la Conservación de la Huerta y el Patrimonio de Murcia Huermur con el correspondiente expediente de expoliación, mediante el cual el Ayuntamiento de Murcia y la Comunidad Autónoma tendrán que dar las explicaciones pertinentes al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC).
Fuentes de Huermur exponen que la asociación ha tenido que interponer esta denuncia ante “la pasividad de la Consejería de Cultura y los desmanes del Ayuntamiento de Murcia, empeñado en destruir los muros y elementos más significativos del inmueble penitenciario” que se convertirá en “un espacio luminoso, abierto y participativo, respetuoso con el pasado y proyectándose hacia el futuro”, en palabras del alcalde, José Ballesta.
El edificio, que ostenta a día de hoy una protección provisional como BIC desde 1998, cuenta además con dos informes favorables de entidades consultivas, uno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y otro del ICOMOS. Además, está catalogado como Elemento Singular caracterizado por su disposición arquitectónica en planta de cruz, creando un conjunto de estancias separadas junto a patios ajardinados.
Sergio Pacheco, presidente de la asociación, explicó a elDiario.es que “Murcia no se merece perder ni un solo elemento más del patrimonio y de su Historia bajo la piqueta del Ayuntamiento”, y manifestó que Huermur espera que el Ministerio de Cultura llegue al “fondo del asunto”.
Por su parte, Diego Jiménez, presidente de la Asociación de Memoria Histórica de Murcia, señaló que, una vez derribados los muros, desde la asociación reivindican la dedicación de “un amplio espacio memorialista en el espectro de las obras previstas para la Fase II”.
“Punto de referencia del sistema penitenciario de origen franquista”
Desde la Asociación de Memoria Histórica se remarcó la importancia de dotar de contenido a ese que llaman “espacio para la memoria” y que deberá ocupar un lugar de relevancia dentro de las nuevas instalaciones de la Prisión Provincial ya que, tras el derribo y remodelación de ésta “resultará esencial para el público y las nuevas generaciones recordar y conocer que fue un lugar de represión y tortura, punto de referencia del sistema penitenciario de origen franquista”.
Así lo expone Teresa Franco, concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Murcia, que explica que “desde el grupo socialista estamos luchando para que se respete la función que cumple la Cárcel como edificio de recuerdo de memoria histórica y democrática, pero de momento debemos esperar a ver qué dictamina el Ministerio de Cultura”.
“Con esta demolición, retransmitida en directo por los canales oficiales del Ayuntamiento, se demuestra el nulo interés que tiene el alcalde por defender nuestro patrimonio. Es otro insulto más a la memoria de aquellos que padecieron en el franquismo por defender la libertad y la democracia”, recalca por otra parte Victor Peñalver, historiador e investigador murciano.
Por otra parte, desde el Área de Cultura y Patrimonio de IU-Verdes Murcia lamentan que haya tenido que ser el Ministerio de Cultura quien investigue el presunto expolio de la Cárcel Vieja e intente preservar el patrimonio del municipio. Manuela Écija, responsable del área, recuerda que IU apoya las medidas contra el derribo de los muros y apela al gobierno municipal a su musealización y reparación.
“Es lamentable que el Patrimonio de nuestro municipio tenga que ser intervenido porque las personas responsables de su recuperación y puesta en valor no son capaces de ver más allá de luces, macetas, cemento y gastrobares”, subraya la responsable de cultura, crítica con la política urbanística de la capital murciana.
“Emblema cultural de carácter polivalente”
La rehabilitación de la Cárcel Vieja de Murcia, cuyos orígenes se remontan a 1406, aunque como la actual prisión se inauguró en 1929, se está desarrollando en función de las directrices del proyecto ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento de Murcia.
Los trámites de reconstrucción comenzaron el pasado 1 de junio y tienen por objetivo la regeneración urbana de una zona histórica deteriorada, así como la recreación de un espacio público orientado a la memoria histórica y la cultura de la Región.
Mediante las obras a realizar, para las que el Ayuntamiento cuenta con un presupuesto de 1,9 millones y un plazo de tiempo de ejecución de 12 meses, se derribarán en total cinco muros del busto arquitectónico: el lateral, cuya orientación da al Hospital de La Vega y cuatro muretes interiores que dan a los patios de la Cárcel Vieja.
El nuevo plan de arquitectura 'Muros etéreos', llevado a cabo por la firma IH-Arquitectos, se centra en la construcción de una miscelánea cuya intención es la de preservar la memoria histórica de la Región al tiempo que integra el renovado centro carcelario en el corazón de la ciudad.
El proyecto ganador mantenía como propósito primario conservar lo máximo posible la estructura inicial de la Cárcel, ya que el planteamiento definitivo debía mantener una línea lo más proteccionista posible.
'Muros Etéreos', en cooperación paralela con el Ayuntamiento de Murcia, planifica una intervención que permitirá rehabilitar una superficie total de 1.321 metros cuadrados, distribuidos en 642 m2 de la planta baja y 679 m2 de la primera.
De este modo, tendrá lugar una reinterpretación del edificio de acceso principal, ubicado entre la Plaza Circular y Primo de Rivera, así como de los patios de su entorno, que serán incorporados al trazado urbano de la Región.
El plan de remodelación cuenta con el apoyo del Comité de Expertos en Materia Cultural, que define la Cárcel Vieja como “emblema cultural de carácter polivalente”, coincidiendo en que la estructura arquitectónica y espacial del edificio, su singularidad e historia, demandan la creación de un espacio de fusión de influencias y culturas, abierto y no especializado en ninguna doctrina.