La Región de Murcia ha metido el acelerador para ganar puestos -a marchas forzadas- en el vacunómetro contra la COVID-19. La falta de información a la población sobre la campaña y la exclusión de la Atención Primaria en el proceso, unidas a las dudas sobre la vacuna de AstraZeneca, y la vía que ha utilizado Salud Pública para convocar a los candidatos a inmunizarse -vía SMS- han dado al traste con el ritmo de vacunaciones en las últimas semanas, situando a la comunidad en entre los últimos puestos en número de vacunados a nivel nacional.
La Región de Murcia ha luchado los últimos días por dejar de estar a la cola en la vacunación: los datos recogidos por el Ministerio de Sanidad hasta el jueves 22 de abril arrojan un 86,2 por ciento de dosis inyectadas sobre el total de vacunas entregadas al territorio, superando al País Vasco que se queda en último lugar con un 85,8 por ciento. Datos que contrastan con los de Andalucía, que va a la cabeza con un 96,4 por ciento. En Murcia 275.399 personas tienen ya la primera dosis, y 112.888 tienen la pauta completa.
“No ha habido una estrategia clara de vacunación”, explican desde la Asociación de Usuarios de la Sanidad Pública en la Región de Murcia. “No se ha explicado dónde se iba a vacunar, cómo se iba a hacer, por qué, cuáles eran los efectos secundarios; nada, se ha ido a salto de mata”, continúan. Desde la Asociación consideran que las vacunaciones tendrían que haber pasado por los centros de Atención Primaria, como sí que se hizo en un inicio de la campaña y que obtuvo “muy buenos” resultados en la franja de edad de mayores de 80 años.
“Hacíamos incluso dobles llamadas, para ofrecer la vacuna primero y poder despejar dudas, y una segunda para concertar la cita”, relata Paloma Castillo, enfermera de Atención Primaria desde hace más de tres décadas. “Nos organizamos en turnos de tarde, dos enfermeras, un administrativo y un médico y completamos todos los pacientes mayores de 80”. Cuando empezaron a citar a los de 79 años, “sin más, Salud Pública empezó a administrar las dosis en los llamados vacunódromos, comenzó la vacunación masiva, sin darnos más información”, se queja de esa interrupción del flujo de información entre el colectivo sanitario.
Una planificación, dice, que ha sido unilateral. “No sabemos ni qué criterios están siguiendo, ni por qué edades van, ni cuándo se vacuna a los pacientes de riesgo; si los profesionales no entendemos qué está pasando, no podemos explicarlo a la población, y acude mucha gente a preguntarnos”. Castillo se lamenta de que no se ha aprovechado la experiencia de la Atención Primaria en este sentido, “no nos han pedido ni nuestros listados, que por todo el trabajo de seguimiento que tuvimos que hacer durante la pandemia, están mucho más actualizados”.
“Cada vez hay menos gente que lee los SMS, y hubo quién pensó que era una broma”, inciden desde Usuarios. El martes de la semana pasada solo se presentaron 300 personas en el Palacio de los Deportes de las 2.000 que se habían citado. “No ha habido cercanía y eso ha generado desconfianza”. A lo que hay que sumar que muchas personas mayores viven solas, no tienen quién les acompañe o no disponen de medios para coger un taxi y desplazarse. En Santomera y Beniel -ejemplifican en Usuarios- la campaña se ha pilotado desde los centros de salud y ha funcionado muy bien. Se pusieron de acuerdo los centros, ayuntamientos y los hospitales de referencia.
En otras comunidades, como Asturias, “llegaban a llamar hasta cuatro veces”, en Castilla-La Mancha o Castilla y León distribuyeron carteles informativos y en Andalucía “se indicaba en el mensaje que las personas con fiebre, síntomas o en cuarentena no acudiesen a la convocatoria; aquí nada”. Algunas de las citas, además, se han hecho con solo 24 horas de antelación. “Ha sido un desastre”.
Fallos en las citas con pacientes de riesgo
La falta de información ha perjudicado especialmente a los pacientes de enfermedades crónicas. Lo explica Catiana Martínez, presidenta de la Asociación AMIGA Murcia para la ayuda a mujeres con cáncer de mama. “Hemos recibido muchísimas consultas de nuestras socias y sabemos que los servicios de oncología están saturados con las peticiones para resolver dudas; la vacuna es adecuada para los enfermos oncológicos, incluso que están recibiendo quimioterapia pero no se ha difundido esa información”. Tanto el hospital Morales Meseguer como La Arrixaca han elaborado ya sus listados y los han remitido a Salud Pública para que empiecen a recibir la vacuna los pacientes con cáncer “pero no sabemos dónde ni cuándo les citarán”. Catiana critica el “descontrol” en las vacunaciones en la Región y considera que “los pacientes de riesgo tendrían que haber sido vacunados antes, no sabemos cuántos habrán perdido ya la vida por contagiarse de la COVID-19”.
Para María José Campillo, portavoz del sindicato médico CESM (Confederación Estatal de Sindicatos Médicos), la “única” incidencia que ha habido ha sido la forma de convocar a los candidatos a ponerse la vacuna: “Se hizo a través de SMS, muchas eran citas para personas mayores que bien no miran el móvil o quizás ya no lo tenían activo; por eso han modificado la forma de comunicarse y han empezado a llamar”. Pero, dice, “no está habiendo más quejas”.
Catiana Martínez maneja otra perspectiva. Su padre, de 76 años, invidente, diabético y con insuficiencia renal fue citado hace dos semanas para inmunizarse en el pabellón de la Nueva Condomina, en el otro extremo de la ciudad. “No entendía que a los de 80 le hubiesen vacunado en el centro de salud y a él le hicieran desplazarse hasta allí”. Por su discapacidad, “pidió que le vacunasen en su centro pero la respuesta que obtuvo de Salud Pública fue sacarle de la lista; le dijeron que ya le llamarían en el siguiente proceso de recaptación”. Tras una gincana de gestiones administrativas, y gracias al cambio de estrategia de la Consejería que permitirá a partir de ahora que se vacune en los centros a las personas con dificultades, “por fin nos han dicho que acceden a atenderle en su centro de salud, pero no sabemos en qué plazo, cuánto tardarán”, señala con estupor por la rigidez que ha mostrado la administración con casos como el de su padre.
Otro ejemplo es el de Longinos, una persona con un trasplante al que citaron el 16 de abril en un pabellón aplicando el criterio de la edad. “Cuando llegué y vi que estaban vacunando con AstraZeneca les comenté que era trasplantado” comenta Longinos, que pertenece a un grupo de riesgo que solo se vacuna con Moderna o Pfizer. Le dijeron que debía contactar con su médico especialista para que lo incluyeran en una lista de pacientes de alto riego. Tres días después volvieron a llamarlo para el mismo pabellón. “Hablé con mi médico pero sigo sin saber ni quién, ni cuándo me vacunarán”.
Pablo Fernández, vicesecretario del sindicato de enfermeros SATSE, señala que otro de los fallos que se ha visto en las últimas semanas ha sido la falta de suministro de vacunas: “Se han programado citas pero luego no había suficientes dosis”. Fernández sostiene que, a día de hoy, no es un problema asistencial: “Los enfermeros estamos dispuestos tanto en las grandes instalaciones como en los centros de salud. Es una cuestión de planificación”. No obstante, el sindicalista reconoce que la mejora de plantilla con respecto al comienzo de la pandemia es real pero endeble: “Un personal eventual sin perspectivas de futuro, como el que se ha implementado en los últimos meses, se terminarán yendo a otras comunidades autónomas”. Desde SATSE insisten en la necesidad de estabilizar las plantillas.
Cien mil llamadas telefónicas en una semana
Para subsanar el “descontrol” de las vacunas, el consejero de Salud murciano, Juan José Pedreño, adelantó este martes en sede parlamentaria tras la comisión de Sanidad de la Asamblea Regional que ha puesto en marcha una central de llamadas que estará capacitada para realizar hasta cien mil citaciones a la semana en un cambio de rumbo de la Consejería. Esta semana, de hecho, tenían previsto inyectar a 70.000 personas para alcanzar la cifra de las 400.000 dosis suministradas. “Está bien que modifiquen su estrategia, es lo adecuado, pero lo hacen con la boca pequeña y sin reconocer que se han cometido errores”, señalan fuentes médicas, las mismas que señalan que el 'vacunagate' y sus consecuencias le ha jugado una mala jugada a la campaña de vacunación en la Región. “No era el momento de cambiar de arriba a abajo el organigrama de la Consejería de Salud, estábamos en un momento muy delicado y la salida del consejero Villegas y su equipo del área ha tenido un impacto negativo en la gestión de la inmunización”.