La Fiscalía de la Región de Murcia ha abierto una investigación sobre la vacunación de la COVID-19 fuera de protocolo del obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y de otros miembros de la cúpula de esta Diócesis que se inscribieron como capellanes de la residencia de mayores Hogar de Betania de Murcia, según confirmaron a este periódico fuentes judiciales.
Si el pasado lunes el Obispado de Cartagena envió un comunicado a los medios de comunicación admitiendo que Lorca Planes se había vacunado, el miércoles la Diócesis publicó una carta del obispo en la que pedía perdón por haberse vacunado sin “calcular las consecuencias” y donde también reconocía la vacunación de otros miembros de la cúpula religiosa en la Región: el vicario de Murcia y párroco de San Pedro Apóstol, José Sánchez Fernández; el capellán de la residencia de ancianos, canónigo de la catedral de Murcia y antiguo secretario-canciller del Obispado, Tomás Cascales Cobacho; el secretario personal del Obispo, Maximiliano Caballero; y el que fuera arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín.
El fiscal jefe de la Región, José Luis Díaz Manzanera, añadió la carta anónima escrita por una presunta trabajadora de la residencia de ancianos en la que denuncia la vacunación de estos altos cargos eclesiásticos a las diligencias abiertas a raíz de las denuncias de PSOE y Podemos por las inyecciones de COVID-19 recibidas fuera de protocolo a los altos cargos de la Consejería murciana de Salud y del Servicio Murciano de Salud (SMS), motivo que condujo a la dimisión del antiguo consejero de Salud, Manuel Villegas.
Díaz Manzanera se encuentra investigando, a su vez, la vacunación fuera de protocolo del concejal de Salud y Deportes del Ayuntamiento de Murcia, Felipe Coello, y de la antigua alcaldesa de Molina de Segura, Esther Clavero.
“El daño sería más complicado”
“Manifesté que no me pondría la segunda dosis, pero se me ha recomendado que lo haga, porque se perdería la primera y el daño sería más complicado. Así que cuando me corresponda y se me diga, probablemente lo haré”, señaló Lorca Planes en la misiva publicada en la web de la Diócesis. Lorca Planes y sus colaboradores se vacunaron en la residencia de ancianos habiéndose inscrito todos como capellanes del centro. “Cada residencia tiene un capellán que en el caso del Hogar de Betania es Tomás Cascales Cobacho, el único, por tanto, a quien le hubiera correspondido vacunarse”, confirmó a este periódico una fuente religiosa.
Por su parte, el presidente del Patronato Hogar de Betania, Joaquín Martínez, publicó otra carta en la web del Obispado de Cartagena en la que afirma haber invitado al Obispo de Cartagena a “que se vacunara, como máximo responsable de la residencia, que depende directamente de la Diócesis de Cartagena, debido a que frecuenta con asiduidad sus instalaciones, para celebrar la Eucaristía y estar cercano a los residentes”.
La Consejería murciana de Salud anunció el pasado martes que investigará la vacunación contra la COVID-19 del obispo de la Diócesis de Cartagena. El portavoz técnico del Comité de Seguimiento de la COVID, Jaime Pérez, explicó -sin embargo- que la Consejería de Salud no es responsable de la decisión de vacunar al obispo en la residencia de mayores donde se le administró la vacuna, el Hogar de Betania.
“Todos ofician misa”
Alfonso Martín dirige el Hogar de Betania, la residencia privada donde se vacunó contra la COVID-19 fuera de protocolo el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, junto a otros miembros de la cúpula de la Iglesia en la Región de Murcia. “Me resulta muy triste que a pesar de todos los esfuerzos que hemos hecho para frenar los contagios en el centro, se nos conozca por este asunto”, se queja al otro lado del teléfono en conversación con elDiario.es Región de Murcia.
El director del Hogar insiste en que tanto el obispo como los demás sacerdotes que recibieron la vacuna en Betania “colaboran con el centro como capellanes, pero lo hacen de manera gratuita, no es una labor retribuida”, de esta manera explica que no apareciesen previamente a su inscripción en las listas de vacunaciones “al no figurar como personal trabajador”. Pero asegura que todos ellos ofician misas en el Hogar de Betania, y asisten a los enfermos. Según Martín, el obispo acude con frecuencia al Hogar de Betania, “desde hace años” pero no puede concretar cuántos, “porque llegó antes” de que él asumiera la tarea de dirección. “Se dividen en función de sus posibilidades porque tienen otras obligaciones”, añade al tiempo que aclara que “no disponen de un día fijo” para cumplir con sus labores sacerdotales en el asilo. “Ellos (el obispo y demás sacerdotes vacunados) tienen su trabajo y colaboran con nosotros, la residencia es de la diócesis, esto es suyo”, reflexiona Martín. “Son personal que está muy cerca de personas en situaciones críticas, y que cuando llega el momento tienen que subir a sus habitaciones para darles la extremaunción”.
En la residencia hay 54 usuarios y unos 40 trabajadores, “a los que hay que sumar personal de cocina y limpieza”. No todos se han vacunado, aunque “por circunstancias personales”.
Todos “son trabajadores excepcionales, los ancianos están muy bien cuidados y la prueba es que no ha habido ningún caso de COVID-19”, refiere el director, quien duda que alguno de sus empleados haya denunciado a través de una carta que habría hecho llegar al PSOE las vacunaciones del prelado y la cúpula eclesiástica.