La crisis sanitaria del coronavirus está desencadenando una recesión económica sin precedentes en España. Hasta ahora la tasa de paro en la Región se ha mantenido estable, con cifras que superan el 15%. Jóvenes murcianos rememoran su experiencia de la crisis de 2008 y los años posteriores, cuando la comunidad autónoma rozó tasas de paro del 30%, y cómo se enfrentan a la actual.
“Antes de la crisis estudiabas para tener un futuro mejor. El caso es que en esos momentos ya nada te garantizaba un trabajo. Yo iba a ser profesora”, lamenta Sacra Dólera, que se graduó en educación en 2013. “Apenas salían oposiciones, entonces tenías que quedarte en casa estudiando, esperando unas oposiciones que no sabías cuando iban a llegar e intentando buscar un trabajo de lo que fuera”, recuerda.
Pese a que Dólera jamás llegó a ejercer como docente, asegura que “tuvo suerte”: “Conseguí trabajar en un gimnasio, tenía que combinar el trabajo de recepcionista, de monitora y maestra de baile para poder tener un sueldo decente”.
Sacra Dólera tuvo que normalizar el hecho de que “nada te aseguraba que ibas a cobrar”: “Nunca me pagaban el día 1. Trabajaba octubre y a lo mejor cobraba a finales de noviembre. Se aprovechaban de todos”.
Muchos de los que no lograron trabajar en España se vieron obligados a emigrar. Solo en el segundo semestre de 2011, unas 8000 personas abandonaron la Región de Murcia. Patricia García, enfermera, fue una de ellas: “Tuve que estudiar inglés e irme a Inglaterra. Ahí siempre han necesitado muchísimos enfermeros. De hecho, había agencias que reclutaban personal en España para trabajar en hospitales británicos”.
Su pareja, Eric Pérez asegura que emigró al Reino Unido porque “no veía ninguna salida en España”: “Cuando vi que el Gobierno no hacía nada por los ciudadanos dejé de considerar a España mi país”, subraya. “Por como me trató y por verme forzado a irme por la puerta de atrás. Esa sensación fue terrible y aún la sigo teniendo, fue un momento muy duro. Dejé a mi familia y a mis amigos aquí”, lamenta.
Vuelta a empezar
Para Pérez, la crisis del coronavirus es un “abismo”: “Esto no es solo una crisis sanitaria, también económica. En el mundo moderno nunca hemos visto algo así”.
Patricia García ve como puede cambiar por completo sus planes: “Yo pensaba tener una estabilidad, volver a España. No quiero envejecer en Inglaterra”. Sin embargo, admite que desde que comenzó la epidemia “te obligas a replantearte las cosas. Con el sistema de puntuación que hay en la bolsa de enfermería de Murcia no tengo garantías de un trabajo estable. No puedo dejarme un trabajo que es fijo para aceptar los contratos de dos meses o una semana que me ofrecen aquí. Yo ya no tengo 20 años”, protesta.
Sacra Dólera estalla: “Mis pensamientos y perspectivas de futuro se están viendo alteradas por algo que se escapa a mi control. Quería formar una familia, y no la formo porque no tengo dinero”. Antes de la crisis, en 2006, había unos 13 nacidos por 1000 habitantes en la Región. En la actualidad, apenas llegan a los 10.
“Tengo 29 años”, continúa Dólera, “una carrera, dos especialidades, inglés. Ahora estoy estudiando educación infantil. Me estoy gastando todo el dinero que he ganado en formación pero nadie me asegura que pueda trabajar. Lo mismo cuando pueda ser maestra tengo cincuenta años y me da un ataque al corazón. Es muy frustrante”, lamenta.