La Comunidad subvencionó con 104.642 euros en 2020 a Cruz Roja Murcia para desarrollar el programa ‘Vincula-T acompañamiento socioeducativo’, que atendió a 14 chicas y chicos extutelados el año pasado en los pisos de emancipación que se les procuran, una vez que finalizan las medidas de protección a la infancia que ofrece la Comunidad, facilitándoles el proceso de transición a la vida adulta.
De estas 14 plazas, 6 ya estaban activas en un piso desde 2017 y 8 fueron ampliadas el pasado mes de mayo a través de la firma de un contrato de emergencia entre la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social y la entidad, con el fin de evitar la situación de riesgo o exclusión social, especialmente ante la pandemia de la COVID-19.
“Tenemos que seguir trabajando en este proyecto para que los jóvenes tutelados y extutelados en Murcia puedan acceder al programa de vivienda de apoyo a la emancipación, para que la transición a la vida adulta para ellos sea lo más normalizada posible”, ha dicho la vicepresidenta y consejera, Isabel Franco, quien visitó el viernes el piso de emancipación para chicas que gestiona la entidad.
En este piso fueron atendidas 7 chicas el año pasado. Todas ellas han estado en el Sistema de Protección de la Infancia y disponen de escasas o nulas redes de apoyo familiar o social. Son chicas que acceden al programa con una historia de vida repleta de circunstancias difíciles en la infancia y/o adolescencia que han marcado la construcción de sus comportamientos o sus enfoques vitales, señalan desde la Consejería.
Por ello, desde Cruz Roja se trabaja con un acompañamiento individualizado que tiene en cuenta las características propias y personales de cada joven. Realizan cursos de diferentes niveles y modalidades como, formación profesional dual de grado medio, bachillerato y Educación Secundaria Obligatoria. Además, participan de forma activa en procesos de búsqueda de empleo en estrecha coordinación con diferentes recursos del entorno, y con el departamento de empleo de Cruz Roja.
Por otra parte, y en la mayoría de casos, reciben un acompañamiento emocional y psicológico por parte del equipo técnico del proyecto y de diferentes profesionales. En general, los retos más importantes a los que se enfrentan para la atención de estas jóvenes son la regularización de la situación administrativa de las jóvenes que proceden de diferentes procesos migratorios, o la inserción socio laboral, que se ve agravada por la COVID-19.
Fases del programa
El programa desarrollado por Cruz Roja se divide en dos fases. La primera ‘Vincula-T’ está operativa desde 2016 y ofrece un soporte de carácter psico-social y educativo a través de talleres y actividades que potencian el desarrollo integral de jóvenes que van a terminar las medidas de protección a la infancia al alcanzar la mayoría de edad y que prevén necesitar el recurso del piso de emancipación para conseguir su autonomía y afrontar la vida adulta.
Desde la segunda fase, el piso de emancipación, se orienta a los jóvenes acerca de las ayudas sociales y de los diferentes recursos de cara a su independencia. Este recurso residencial posibilita cubrir las necesidades básicas de alojamiento y manutención de aquellos/as jóvenes que han abandonado los centros de protección o no poseen una red familiar o social, poniendo a su disposición todos los medios necesarios para conseguir su autonomía y contribuir así al abandono de cualquier dependencia institucional y que adquieran progresivamente el grado idóneo de independencia y no asistencialismo.