Un 11 por ciento de los niños de la Región de Murcia sufre acoso escolar ('bullying') ocasional y un 2,8 por ciento lo sufre con carácter frecuente, los mayores porcentajes por comunidades autónomas, según una encuesta de la ONG Save the Children realizada a 21.487 estudiantes de todo el país entre 12 y 16 años de primero a cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) que asisten a centros públicos.
A nivel nacional, solo Andalucía presenta un porcentaje similar de niños que sufren un acoso escolar ocasional (11 por ciento), y las cifras de la Región de Murcia son muy superiores a los de la media de todo el país, que se sitúan en un 8,1 por ciento de niños que sufren 'bullying' ocasional y un 1,2 por ciento que sufre violencia escolar de forma frecuente, según el mismo informe 'Yo a eso no juego' al que ha tenido acceso Europa Press.
En este sentido, cabe señalar que Save the Children asume en el propio estudio un error muestral máximo de 5 por ciento, con un nivel de confianza del 95 por ciento. El proceso de realización de las encuestas se realizó online entre septiembre de 2014 y junio de 2015.
A este respecto, la ONG puntualiza que el acoso o 'bullying es un comportamiento realizado por un individuo o un grupo, que se repite en el tiempo para lastimar, acosar, amenazar, asustar o meterse con otra persona con la intención de causarle daño. Es diferente de otras conductas agresivas porque implica “un desequilibrio de poder que deja a la víctima indefensa”, según la ONG.
El insulto es la manifestación más recurrente del acoso: seis de cada diez estudiantes reconoce que alguien les ha insultado y más de dos de cada diez lo sufre frecuentemente. Además de sufrir insultos directos o indirectos, un acosado puede ser víctima de rumores, robo de sus pertenencias, amenazas, golpes o exclusión.
También a la cabeza en 'ciberacoso'
Por su parte, el ciberacoso o 'ciberbullying' es una forma de acoso que implica el uso de los teléfonos móviles (textos, llamadas, videoclips) o internet (email, redes sociales, mensajería instantánea, chat, páginas web) u otras tecnologías de la información y la comunicación para acosar, vejar, insultar, amenazar o intimidar deliberadamente a alguien.
En este sentido, un 6,1 por ciento de los niños de la Región de Murcia dice ser víctima de ciberacoso ocasional, el tercer mayor porcentaje por autonomías, solo inferior a los registrados por Andalucía (9,5 por ciento) y Melilla (7 por ciento), frente a la media nacional del 5,8 por ciento.
Además, un 1,1 por ciento de los alumnos de la Región encuestados sufre 'ciberbullying' de manera frecuente, el mismo porcentaje de la media nacional, y el séptimo mayor porcentaje por comunidades solo inferior a los datos registrados por Canarias (1,8 por ciento), Comunidad Valenciana, Cantabria, Asturias y Baleares (todas ellas con un 1,4 por ciento) y Cataluña (1,2 por ciento).
En definitiva, un 3,3 por ciento de los niños encuestados sufre ambos tipos de violencia, acoso y ciberacoso, el sexto mayor porcentaje por autonomías, solo inferior al registrado por Andalucía (6 por ciento), Melilla (4,3 por ciento), Baleares (4,1 por ciento), Comunidad Valenciana y Canarias (ambas con un 3,4 por ciento), frente a la media nacional que se eleva al 3,7 por ciento.
Cuando el acoso sucede en las redes, es también el insulto la forma de violencia más recurrente: en los últimos dos meses uno de cada tres niños y niñas ha sido insultado por internet o móvil. Entre las manifestaciones de acoso relacionadas con nuevas tecnologías y a modo de ejemplo, un 6,3% reconoce que alguien ha pirateado su cuenta en redes sociales y se ha hecho pasar por él o ella.
85% de ciberacoso lo sufre niñas
La encuesta también ofrece los datos de víctimas de ciberacoso por sexos, y en el caso de la Región de Murcia revelan que el porcentaje de niñas víctimas de esta modalidad de abusos es muy superior al de los chicos.
En concreto, del total de escolares murcianos que dicen ser víctimas de 'ciberbullying', un 84,6 por ciento son niñas y el 15,4 por ciento restante son niños. Respecto al total de alumnos de la Región que niegan haber sido víctimas, un 52,4 por ciento son chicos y el 47,6 por ciento restante son niñas.
A nivel nacional se observa una prevalencia superior de las chicas frente a los chicos como víctimas tanto de acoso tradicional como a través de ciberbullying. Así, la victimización alcanza el 10,6 por ciento de las chicas para las situaciones de acoso (el 8 por ciento entre los chicos), y el 8,3 por ciento para las de ciberacoso (el 5,3 por ciento entre los chicos).
El informe de Save the Children no ofrece datos desglosados por comunidades sobre el acoso tradicional, ya que las tablas resultantes son “muy extensas”, por lo que sólo señala aquellas autonomías estadísticamente significativas.
En el caso de las víctimas de acoso son dos: Andalucía y Madrid, en las que más chicas que chicos indicaron ser víctimas de esta conducta. De la misma manera, mientras que ser chica o chico no parece ser un factor determinante entre los y las que no han sido víctimas, sí hay una mayor prevalencia de ciberacoso entre ellas que entre ellos.
El nivel educativo, fundamental
En cuanto al ciclo educativo cursado por los encuestados, se encontraron diferencias significativas a nivel estatal entre el primer ciclo educativo y el segundo ciclo educativo de la ESO. Así, se da una clara prevalencia del acoso entre los estudiantes más jóvenes, de primero y segundo de la ESO (11,2%), frente a los estudiantesde tercero y cuarto (7,4%).
Al igual que para el acoso tradicional, aunque de manera menos pronunciada, los estudiantes de primer ciclo de la ESO (un 7,2%) consideran haber sufrido ciberacoso en mayor medida que los de segundo ciclo (un 6,7%).
“No son chiquilladas”
Save the Children ha elaborado este estudio para conocer más a fondo un problema que afecta cada año millones de niños y niñas en todo el mundo se convierten en víctimas de una violencia silenciada. “En cualquier país, cultura y estrato social, los niños y niñas se enfrentan a distintas formas de abuso, de abandono y de explotación”, añade la ONG.
Y es que esta forma de violencia “tiene importantes consecuencias para las personas y la sociedad en su conjunto”, tal y como advierte la ONG. Más allá de los riesgos físicos a veces padecidos por los niños y niñas, “sabemos que las consecuencias psicológicas pueden ser graves: depresión, abandono escolar, absentismo por miedo a acudir a la escuela; y, lo que es peor, pueden llegar hasta el suicidio”, asevera.
“Que sean niños y niñas no le quita importancia, no son chiquilladas”, apunta Save the Children. Se trata de una forma de violencia entre iguales que se caracteriza por ser intencionada y recurrente, y por dejar a la víctima indefensa ante un atacante que tiene más poder físico, psicológico o social. La “ley de silencio” que impera ante este fenómeno entre niños y niñas “agrava la situación y hace que sea más difícil identificar el acoso y el ciberacoso.
En este sentido, puntualiza que en cuanto a los niños y niñas que acosan, un 5,4% de los encuestados reconoce haber acosado a alguien y un 3,3% reconoce ser responsable de ciberacoso. Aplicando estos porcentajes al total de los estudiantes de ESO de institutos públicos, 64.000 y 39.000 alumnos se reconocen como acosadores y ciberacosadores respectivamente.
Para evitar este tipo de conductas, Save the Children explica que resulta determinante reforzar la educación emocional y la adquisición de habilidades sociales y valores de convivencia. Los resultados del estudio dicen que el predominio de algunos rasgos de personalidad y la escasez o ausencia de otros son importantes para detectar, prevenir y actuar contra los problemas de violencia a los que nos enfrentamos.