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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El último inquisidor de la historia tiene su propia calle en Murcia

  • El Arzobispo Simón López creó en 1824 la Junta de Fe, que sustituía a la Inquisición y que ejecutó en la horca, en Valencia, al librepensador Ruzafa Cayetano Ripoll, considerada la última víctima mortal de esta institución eclesiástica

La Región de Murcia tiene cuentas pendientes con la memoria histórica. Recientemente, se quitaba en Cartagena el nombre del general franquista López Pinto de una de sus plazas. Asimismo, en el municipio murciano, la oposición conseguía retirar la Medalla de Oro de la ciudad concedida al dictador Franco en 1946, con la abstención del Gobierno local del PP.

Pese a ello, aún quedan varios reductos, como el de San Javier, que rememoran y homenajean a oscuros personajes del franquismo, o incluso anteriores a la dictadura. Un ejemplo es la calle murciana que tiene por nombre Arzobispo Simón López (1744-1831), el último inquisidor de la historia.

Anteriormente, esta calle se denominaba Bodegones. Tal y como describe una placa instalada, el origen del antiguo nombre se debe a que en ella existían varios establecimientos de comidas muy populares, y era el pueblo quien nombraba las calles muchas veces en base a los gremios que se establecían en ellas, como Jabonerías, Trapería o Platería.

En 1914, por empeño del párroco de Santa Catalina, se le cambió el nombre tradicional por el de Arzobispo Simón López, generando cierta polémica.

El grupo municipal Cambiemos Murcia ha pedido al Ayuntamiento que esta calle recupere lo antes posible su histórica denominación. De hecho, la asociación Cullera Laica denunció en 2016 esta situación, considerando “impropio de un municipio comprometido con los valores éticos” el homenaje a personajes como el referido arzobispo. Ante la falta de respuesta por parte del Ayuntamiento de Murcia, Cullera Laica presentó en noviembre de 2017 una queja al Defensor del Pueblo que fue admitida a trámite.

Desde Cambiemos Murcia se le ha pedido al Consistorio explicaciones por esta inacción, y exige que de respuesta al escrito de la asociación y abra el trámite para el cambio de nombre de la calle, ya que la petición “está más que justificada”.

El último inquisidor

Nacido en 1744 en Nerpio (Albacete), el Arzobispo Simón López se reveló antiliberal y cerril en la defensa de los derechos de la Iglesia. Se negó a acatar la Constitución de 1812, y rechazó el decreto del 12 de abril de 1820 que mandaba explicar la Constitución en las iglesias, siendo desterrado de la península, y volviendo unos años más tarde.

Reprimió con mano de hierro los excesos y contestaciones y cualquier brote de heterodoxia que pudiera haber. En 1824 creó la Junta de Fe, que sustituía a la extinguida Inquisición y que ejecutó en la horca bajo su presidencia, en Valencia, al librepensador de Ruzafa Cayetano Ripoll, considerada última víctima mortal de esta institución eclesiástica, por no quitarse el sombrero ante el Viático.

La Asociación Valenciana de Ateos y librepensadores (AVALL) editó un vídeo-documental que narra las relación de Cayetano Ripoll con la iglesia valenciana, que terminaría por ejecutarlo bajo el mandato del Arzobispo Simón López.