Las tres nuevas plantas descubiertas son musgos que forman parte del grupo de las briófitas, es decir, que no tienen vasos conductores por los que distribuir la savia por toda la planta y que tampoco poseen flores, frutos, ni raíces auténticas. “Se caracterizan por tener tallos específicos llamados caulidios y hojas de estructura muy simple o filidios. Suelen colonizar lugares húmedos y sombríos”, destaca Juan Guerra, investigador principal del grupo de investigación de Biología, Ecología y Evolución de Briófitos y Espermatófitos, del Departamento de Biología Vegetal de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia.
La primera de ellas es Fissidens eremicus, y en ella se ha descrito por primera vez un nuevo sistema reproductor de esta familia de musgos, en concreto posee estructuras masculinas y femeninas por separado, al contrario que el resto, donde se sitúan una misma unidad. Esta especie se encuentra en el sur de la Península Ibérica, Canarias y el norte de África. Ha sido publicada en Journal of Bryology, una revista botánica editada en Oxford desde 1972 que recoge ilustraciones y descripciones de vegetales.
La segunda especie, también difundida en Journal Of Bryology, es una planta andina, que prolifera en localidades del norte de Chile. Los Andes es una zona que los investigadores de este grupo conocen bien, ya que llevan explorando este territorio más de 25 años. Su nombre es Syntrichia splendida, y también han descrito cómo se reproduce a través de la creación de propágulos, o estructuras, que crecen en el extremo superior o punta de la hoja.
El último es Schistidium memnonium, un musgo que crece en rocas calizas expuestas en lugares con vegetación arbórea. Curiosamente, se encuentra en las zonas sur y central de España, pero también en una localidad alemana, “probablemente es un relicto de un proceso migratorio durante un periodo glacial”, explica el catedrático de Botánica Juan Guerra. Este descubrimiento ha sido divulgado en Plant Biosystems, una publicación botánica que se edita por la Società Botanica Italiana.
En materia botánica no está todo escrito. Aún existen especies que esperan a ser estudiadas, por eso cada cierto tiempo, se publica una recopilación de nuevas plantas descubiertas por los profesionales de esta rama de la biología por parte de la Sociedad Botánica Española (SEBOT). Esta organización agrupa a las principales sociedades científicas españolas en pos de la divulgación de la biodiversidad vegetal y la importancia de las mismas para el bienestar humano.
Hacer públicos estos descubrimientos científicos sirve para poner en valor el impacto que el mundo vegetal tiene para nuestra sociedad: “La flora de un territorio, la utilidad de las especies vegetales autóctonas, el aprovechamiento económico de las plantas silvestres, los usos medicinales de muchísimas plantas, su importancia en los ecosistemas como productores primarios y el bien cultural que supone el conocimiento de las especies vivas que nos acompañan en nuestro entorno, son cuestiones prioritarias.” afirma Guerra, quien añade que “la descripción de especies desconocidas para la ciencia, nunca descritas, es un aspecto relevante para engrosar el conocimiento de todos los aspectos anteriores”.