La reducción de la movilidad y la actividad económica con motivo de las restricciones para contener la pandemia han traído consecuencias directas en la calidad del aire en Navarra por segundo año consecutivo. La presencia del principal contaminante, el ozono troposférico, experimentó una caída del 61% durante 2020 en la comunidad foral respecto a la media del periodo 2012-2019 y ha vuelto a descender en 2021 otro 57% respecto a esa referencia. Según recoge en su último informe Ecologistas en Acción, esto implica una reducción del número de días en el que un 39% de la población navarra ha respirado concentraciones de este contaminante por encima del umbral recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, en los últimos tres años, más de 258.000 habitantes de la zona de la Ribera y la Zona Media, las más afectada por este tipo de gas, han pasado de respirarlo en valores perjudiciales una media de 65 días en 2019, a un total de 31 días en 2020 y 30,5 en 2021. Su presencia sigue estando por encima, no obstante, de los 25 días fijados por la OMS.
Por un lado, el coordinador de este estudio, Miguel Ángel Ceballos, achaca a las restricciones a la movilidad esta mejora en la calidad del aire al reducirse “de forma importante las emisiones de contaminantes precursores del ozono sobre todos los dióxidos de nitrógeno, que son emitidos en primera instancia por el tráfico urbano e interurbano que circula por la por la Comunidad Foral de Navarra y también por las comunidades autónomas colindantes”. El segundo factor, señala, responde a un verano de 2021 “menos caluroso y más húmedo que los veranos de los últimos años. Y este contaminante está muy relacionado con la radiación solar”. Con todo, de los resultados de este estudio, fruto de los datos observados en nueve estaciones oficiales entre los meses de enero y octubre, se desprende que el 66% del territorio navarro ha estado expuesto a niveles altos del gas ozono que, además de contribuir al efecto invernadero, origina problemas respiratorios y perjudica la vegetación, los cultivos y los bosques.
Esta última es la conclusión si se tienen en cuenta los umbrales fijados por la OMS, puesto que según los valores establecidos por la legislación, más laxos, no habría población en Navarra afectada por el aire contaminado. En concreto, el valor octohorario recomendado por el Organización Mundial de la Salud es el de 110 ug/m3 frente a los 120 ug/m3 de la normativa estatal. En lo que respecta a la frecuencia de las superaciones de los estándares fijados por la OMS, esta ha estado muy por debajo de los años previos a la pandemia. Como puede apreciarse en el gráfico que acompaña a esta información, la caída oscila entre un 57% y 81% en relación al promedio de días con exceso de ozono entre 2012 y 2019.
Por estaciones, la mejoría ha sido más pronunciada en la Montaña y en la Comarca de Pamplona, con una caída de hasta el 70%. Por su parte, las estaciones de Olite y Sangüesa, en la Ribera, y la de la Iturrama en Pamplona han registrado una reducción de las superaciones del 90% en el período analizado. Eso sí, la mitad de las estaciones navarras correspondientes a Alsasua, Funes y las dos de Tudela han sido la que más superaciones han sumado en 2021 al ubicarse por encima de los 25 días. En concreto, la de Funes y Tudela son las que peores registros obtuvieron con 60 y 58 días en los que se superó el umbral de contaminación recomendado.
En la Ribera y la Zona Media, reconoce Ceballos que el exceso detectado es prácticamente la mitad de los días que, por ejemplo, se registraron en 2019. “Sí que hay una mejora sustancial de la situación de la zona sur de Navarra y de la comarca de la Ribera. Pero eso es una mejora insuficiente”, apunta, para considerar que “son necesarias medidas más decididas y sostenidas en el tiempo de reducción de la contaminación emitida fundamentalmente por el transporte”. En este sentido, señala no sólo el transporte urbano de la comarca de Pamplona o Tudela, “sino también el transporte interurbano por las autopistas y autovías que atraviesan la comunidad a lo largo del Valle del Ebro, comunicando pues Cataluña y Aragón con el País Vasco”. De hecho, según apunta la organización ambiental en su estudio, las zonas del mapa más afectadas por la presencia de este contaminante se centran en el valle del Ebro y también el norte de Navarra. En la franja del Ebro coincide con las centrales térmicas de ciclo combinado de Castejón y de Arrúbal (en La Rioja), con determinadas industrias en Tudela y también con los trazados de la AP-15, A-68 y AP-68. La zona norte coincide con otros centros industriales y empresas en La Sakana, Leitza, Zubiri, Sangüeza, Cáseda o el tráfico urbano en Pamplona. Estos focos son los responsables de extender la contaminación generada en el resto del territorio transformada en ozono.
Ecologistas en Acción advierte, con todo, de la imposibilidad de conocer los valores reales de la contaminación atmosférica en la Comarca de Pamplona, tras dejar de realizar mediciones su estación ubicada en el barrio de la Rochapea en 2018. “Actualmente la capital regional carece de una estación suburbana, tal y como exige la legislación”, señala el estudio. Esto último fue reconocido por el Gobierno foral en su informe ‘Análisis de episodios de contaminación por ozono y valoración de medidas de ámbito regional para disminución de niveles de ozono’. En concreto, los datos recopilados corresponden a nueve estaciones de control de la contaminación atmosférica, pertenecientes a las redes de vigilancia de la calidad del aire del Gobierno de Navarra y de las centrales termoeléctricas de Castejón y de biomasa de Sangüesa.
La organización ambiental ha denunciado en los tribunales la “negligencia administrativa” del Gobierno foral al no haber elaborado un plan de mejora de calidad del aire, como obliga la normativa estatal. Sobre esta cuestión se está la espera de que se pronuncie el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. No obstante, en febrero de este año el Gobierno de Navarra anunció el inicio de los trabajos para elaborar un Plan de Mejora de Calidad del Aire para la comunidad. A este respecto, Ceballos exige al Ejecutivo foral que “cumpla con la ley”. “El Gobierno de Navarra, como otras comunidades autónomas en España, sistemáticamente está omitiendo su obligación legal de elaborar un plan de mejora de la calidad del aire para la comarca de la Ribera”, sostiene.