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El Camino de Santiago avanza, paso a paso, hacia un peregrinaje “seguro y libre” para las mujeres

Corredoira arbolada en la etapa 30 del Camino de Santiago.

Alazne Aldayturriaga

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Peregrinos de todos los rincones de Europa recorren, desde tan antaño como el siglo IX, el trecho que los separa de la catedral de Santiago. Pero no fue hasta bien entrada la década de los 90 del siglo XX cuando este peregrinaje comenzó a ser verdaderamente turístico. Desde entonces, las cifras de personas que han llegado hasta la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, no han hecho más que subir año a año. Ese número crece aún más durante los años Jacobeos, cuando el 25 de julio, Día de Santiago Apostol, cae en domingo, como este 2021. De las más de 327.000 personas que emprendieron el camino en 2018, el 50,3% fueron mujeres, muchas de ellas solas. Sin embargo, la gran afluencia de mujeres no las exime de situaciones que solo viven ellas por el mero hecho de serlo. Por eso, el Ayuntamiento de Estella ha promovido el proyecto 'Camino de Santiago Amable, Seguro y Libre para las Mujeres'.

Esta iniciativa, promovida por la peregrina Kristina Montero y el Área de Igualdad del Ayuntamiento de Estella, tiene como objetivo que el Camino de Santiago, tan frecuentado por mujeres, “proporcione una mayor seguridad y libertad para quienes decidan hacerlo en soledad, mediante la puesta en marcha de diferentes recursos”. “El Camino de Santiago sí es seguro, uno de los más seguros que hay”, señala Montero haciendo referencia al Camino Francés, el más transitado. No obstante, defiende que “hay que visibilizar” las situaciones que viven las mujeres, como el asesinato de Denise Pikka Thiem en 2015.

La navarra ha trabajado también durante dos años como hospitalaria en varios albergues. En ese tiempo ha presenciado cómo mujeres, sobre todo extranjeras, que llegaban al hospedaje después de realizar una etapa para descansar lo han hecho tras sufrir en el camino una agresión sexual. “Van a por las extranjeras. No se defienden culturalmente y tienen otros códigos lingüísticos y ellos –los agresores– lo saben. No van a saber manejarse en los recursos, no sabrán dónde ir, qué decir ni qué hacer para pedir ayuda”, recalca Montero. Por esa razón, “es necesario que haya mejores recursos y que los hospitaleros sepan cómo actuar”. De hecho, son las mujeres extranjeras las que más habitúan a peregrinar solas. “A las españolas les cuesta más; lo suelen hacer en cuadrilla”, apunta.

Van a por las extranjeras. No se defienden culturalmente y tienen otros códigos lingüísticos y los agresores lo saben

Kristina Montero Peregrina y promotora de la iniciativa

Así lo cree también Teresa Saez, técnica de Igualdad del Ayuntamiento de Estella. “Se hace para que las peregrinas sientan que se está haciendo algo por facilitar su seguridad, facilitarles el camino cuando lo andan, pero también, sobre todo, ayudar a poner esas gafas a todas las personas que gestionan el Camino de Santiago para que ante cualquier situación puedan dar una respuesta buena”, subraya. Así, se ha preparado un protocolo para albergues, hostales y demás establecimientos a los que acuden las peregrinas en el que se explica qué pueden hacer para ayudarlas al presenciar una agresión. Además, este año Jacobeo, agentes de la Policía italiana, francesa y alemana se trasladarán hasta el Camino “para que si ocurre algo, la persona de esa nacionalidad pueda sentirse más cercana” y también se sienta segura durante el camino.

Entre otras cosas, el protocolo recomienda preguntar a la víctima si necesita ayuda y si quiere denunciar y, ante todo, respetar su decisión, sea cual sea. Asimismo, se pide a los hosteleros que insistan en que es importante que la víctima permanezca tal y como ha llegado hasta ellos, que no se lave hasta que llegue la Policía. Además, se proporcionan números de teléfono para que la mujer agredida pueda acceder a atención psicológica, jurídica y atención integral y asesoramiento técnico a mujeres víctimas de violencia de género.

Este protocolo ha sido trasladado a muchos de los albergues del camino, también fuera de Navarra, donde han recibido una formación. Estos establecimientos entran así en una lista que se ha volcado en la página web CaminodeSantiagoLibre.com. En ella, las peregrinas que hagan el camino solas podrán consultar qué albergues se han comprometido, porque “hay gente voluntaria, que la mayoría está para ayudar, pero hay de todo. También se han dado agresiones dentro del albergue”, indica Montero.

“Un antes y un después”

Si bien el Camino de Santiago se conoce por ser un peregrinaje religioso, muchas de las mujeres lo hacen guiadas por otra razón. “Ha sido una de las experiencias más hermosas de mi vida. De hecho, ha habido un antes y un después”, cuenta Montero. “Me ha dado mucha libertad, mucho empoderamiento y mucha fuerza. Para mí ha sido un camino maravilloso”, añade.

También hay mujeres que lo recorren para hacer un camino interior, para crecer, y muchas de ellas “espiritualmente están muy trabajadas”. Así, no esperan que les pueda ocurrir nada durante el camino y “los agresores se aprovechan de eso”. Cuenta Montero la experiencia de una víctima que al llegar al hotel donde iba a pasar la noche se encontró con que dos hombres habían reservado una habitación para tres esperando que ella la aceptara. “La mujer quería su habitación sola, no quería ir con ellos”, relata, y lamenta que haya mujeres que “por vergüenza” no se atrevan a decir nada y tengan que exponerse a ese peligro.

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