Los servicios de limpieza de San Fermín han recogido, desde el 6 hasta el 12 de julio, un total de 954.880 kilos de residuos, de los cuales la mayor parte son vidrio. Comparando los datos facilitados con respecto a los de 2019, ha habido un incremento del 9,1%. La mayor parte corresponde a vidrio, donde se han registrado incrementos del 13,7%, seguida de la recogida en calle, donde ha aumentado un 7,3% y de contenedores, con un 3,8% más.
Durante las fiestas de San Fermín, se ha reforzado el servicio de limpieza tanto de la Mancomunidad como del propio Ayuntamiento. En concreto, Pamplona ha duplicado el personal del servicio de limpieza, pasando de 120 personas habituales durante el año a 285 efectivos. “La contratación de más personal es necesaria, si no, no se podría limpiar toda la ciudad”, explica Carlos Zudaire, jefe de limpieza del Ayuntamiento.
En San Fermín, el servicio de limpieza del Ayuntamiento de Pamplona incrementa el numero de maquinaria, con más de 50 equipos de maquinaria específica. Durante el año, dispone de siete 'bañadoras', cuando en San Fermín se incrementan hasta doce. Además, ocho barredoras grandes y catorce pequeñas, que limpian las calles en dos turnos durante el día, completan el equipo de limpieza del consistorio. “La maquinaria se doblega en San Fermín”, comenta Zudaire.
Las labores de limpieza de las calles de Pamplona se realizan en tres turnos diferentes. El primer servicio es el de madrugada, que se encarga, sobre todo, de limpiar el recorrido del encierro para dejar impolutas estas calles. Este turno, acaba a las 7:30 horas de la mañana, justo antes de que dé comienzo la carrera de mozos y toros. A continuación da comienzo el turno de mañana, que se ocupa de limpiar las calles de fiesta: Casco Antiguo y Primer Ensanche. A su vez, otro servicio de mañana pero con menos efectivos, se ocupa de limpiar las calles del resto de la ciudad. Finalmente, está el servicio de tarde, que limpia toda la suciedad acumulada después de los festejos mañaneros.
Muchos de los ciudadanos de Pamplona y los turistas han disfrutado de las fiestas. En cambio, otros han tenido que trabajar para mantener la ciudad limpia y presentable. “Ha sido un trabajo muy duro, sobre todo el fin de semana”, comenta un trabajador de limpieza mientras recoge un montón de plástico en la plaza del Castillo. Cree que la labor que hacen es “imprescindible” para que la gente pueda disfrutar de unas fiestas limpias.