Navarra Opinión y blogs

Sobre este blog

La fe en los tiempos de la pandemia

Sostiene el ministro israelí de Sanidad, Yaakov Litzman, que el Covid-19 es “un castigo divino por la homosexualidad”. El pasado 10 de abril Litzman dio positivo en el test del virus, así que quizás ha cambiado de opinión. Dios es un instrumento que el ser humano emplea ante fenómenos que tiene dificultades para entender, como el origen del universo, de la vida o la muerte. Para la gran mayoría de creyentes, la fe religiosa es un bálsamo psicológico para quien la tiene. Rezar es una actividad que ocupa la mente de quien lo hace y no perjudica a quien no lo hace.

Entre el rezo como linimento del alma y la ira de Dios encontramos un fenómeno que reverdece en tiempos de pandemia: la religión como, o en vez de, la medicina. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, anima a combatir la COVID-19 con estampitas del sagrado corazón de Jesús y otros santos. El 19 de marzo nos reveló su arma clave, un trébol de seis hojas bendecido a la par que rechazaba usar el gel hidroalcóholico que le ofrecía una de sus colaboradoras.

Sin irnos a México, a través de whatsapp me llegó hace unos días un artículo de la web carifilii.es en la que se anima a usar el 'Detente' como protección ante el coronavirus. Se trata de una especie de amuleto al que el artículo atribuye propiedades milagrosas y que, aunque lo cita de pasada, también llevaban en el pecho los requetés carlistas en el golpe de 1936 contra la II República. “Detente bala, el Sagrado Corazón me acompaña”, amenazaba el escapulario. Con dudosa eficacia ya que 6.000 de ellos murieron con bala y amuleto. Por esa red también me llegó un audio con las supuestas revelaciones de la virgen María sobre el virus que habría hecho en su aparición mensual en la localidad bosnia de Medjugorje a la vidente Mirjana Dragicevic. Con estampas de Medjugorje acudieron los diputados de Vox a la sesión constituyente de las Corts de Valencia. El propio papa Bergoglio alberga sus dudas sobre estos mensajes. “Prefiero a la virgen madre y no a la virgen jefe de oficina de telégrafos que cada día envía un mensaje”, respondió en 2017 el pontífice sobre las apariciones bosnias.

Soluciones mágicas que cobran vigencia en los días de Semana Santa. En Pamplona, cada Jueves Santo la corporación municipal acude a la iglesia de San Agustín, con el protocolo de mayor solemnidad, para cumplir con el agradecimiento anual a las cinco llagas de Cristo por librar, presuntamente, a la ciudad de la peste en 1599. El rito se ha cumplido todos los años por parte de la representación política de la ciudad, de distintos signos, durante más de 400 hasta que este año la pandemia ha aconsejado evitar la ceremonia. “La función de las Cinco Llagas se debe celebrar”, sentencia en un artículo en Diario de Navarra el exconsejero y senador del PP, José Ignacio Palacios. El propio alcalde, Enrique Maya, se encontraba esos días hospitalizado por coronavirus, pero Palacios afirma que si no se celebra ese acto “no hemos aprendido nada de esta difícil prueba ante la que nos encontramos”. Su preocupación no debe ser la única ya que navarra.com anuncia la fundación de una cofradía con esa advocación para “frenar el avance de la pandemia” mediante la “contemplación de las Cinco Llagas”.

En Tafalla, mientras, se atribuye el fin de esa misma peste a una bobina de cera que cada año se saca en procesión al inicio de la Cuaresma. La bobina ha sido colocada en el centro de la iglesia de Santa María desde el inicio del estado de alarma confiando en que 400 años después mantenga sus propiedades mágicas.

A expensas de que la OMS avale la contemplación de una estampa o un cilindro de cera como tratamientos contra el Covid19, otro texto que ha circulado mucho por las redes sociales ha sido el cántico de los corredores del encierro cada mañana de Sanfermines. “A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición”, entonan frente a una reproducción de la imagen más conocida del santo, la que se exhibe en la parroquia de San Lorenzo de Pamplona. Su titular, Javier Leoz, maneja hábilmente el tirón que las fiestas de la ciudad y su patrón tienen para atraer tanto visitantes a la iglesia como seguidores en las redes sociales. La cuenta en Twitter de Leoz es una vía diaria de crítica hacia el Gobierno desde el inicio de la crisis sanitaria. Exige que Pedro Sánchez felicite la Pascua o la Cuaresma elogiando a Donald Trump. Contrapone las ruedas de prensa del presidente español con el presidente polaco postrado ante la virgen de Czestokowa pidiendo ayuda divina, llama “deleznable” a Alberto Garzón porque le parezca divertida 'La vida de Brian' y se suma a la idea de Vox de izar banderas a media asta por las víctimas del coronavirus. Lanza dardos también contra los criterios médicos de ingresos en cuidados intensivos. “¿Negar un respirador a un anciano de 89 años? Falta humanidad, decencia y ética”, escribió el 2 de abril. Quizás si la diócesis pagara la contribución urbana de todo el patrimonio que se ha inscrito a su nombre o el tenderete de estampas y souvenirs que su parroquia tiene en la entrada pagara impuestos quizás habría más recursos para poner UCIs a esos abuelos.

La realidad nos está demostrando que hay muchas cosas que se han podido hacer mucho mejor en la gestión pública de la pandemia. Hay quien tiene la tentación de decirnos que si él gobernase habría muerto menos gente. Habrá que pensar si preferimos dirigentes parapetados en la ciencia, como afirma Casado de Sánchez, o aquellos que confían en que de esto nos saquen estampas, cilindros de cera o vírgenes telégrafas.

Sostiene el ministro israelí de Sanidad, Yaakov Litzman, que el Covid-19 es “un castigo divino por la homosexualidad”. El pasado 10 de abril Litzman dio positivo en el test del virus, así que quizás ha cambiado de opinión. Dios es un instrumento que el ser humano emplea ante fenómenos que tiene dificultades para entender, como el origen del universo, de la vida o la muerte. Para la gran mayoría de creyentes, la fe religiosa es un bálsamo psicológico para quien la tiene. Rezar es una actividad que ocupa la mente de quien lo hace y no perjudica a quien no lo hace.

Entre el rezo como linimento del alma y la ira de Dios encontramos un fenómeno que reverdece en tiempos de pandemia: la religión como, o en vez de, la medicina. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, anima a combatir la COVID-19 con estampitas del sagrado corazón de Jesús y otros santos. El 19 de marzo nos reveló su arma clave, un trébol de seis hojas bendecido a la par que rechazaba usar el gel hidroalcóholico que le ofrecía una de sus colaboradoras.