El desarrollo de la Policía Foral, en manos del cuatripartito

N. Elia

Aunque la consejera ha insistido en que su proyecto de ley de Policía Foral no es “la ley Beaumont”, lo cierto es que el texto puede terminar asociado permanentemente al apellido de la titular de Interior porque ha conseguido varios récord: el de poner a todos los sindicatos del cuerpo policial autonómico en su contra, el de que toda la cúpula policial presentase su dimisión de forma simbólica, o el de ser el texto legal que más prórrogas ha conseguido en su trámite parlamentario en lo que va de legislatura. Lamentablemente para María José Beaumont, la única consejera del Gobierno que preside Uxue Barkos cuyo nombre fue propuesto por EH Bildu, su ley de Policía Foral también lleva camino de hacerse con otro triste récord, el de ser la primera ley del cuatripartito que fracase en el Parlamento por no sumar, ni siquiera, los votos de todos los socios que sustentan el Gobierno de Barkos.

En el departamento que dirige Beaumont aún no han tirado la toalla, y queman su penúltimo cartucho antes del día 31 de septiembre, fecha en la que el texto seguirá con su suspendido trámite parlamentario. En un texto que ha hecho llegar a los cuatro socios del Gobierno, Interior considera que, si la ley de su consejera resulta rechazada y Policía Foral sigue regulándose por la normativa vigente, el desarrollo del cuerpo policial autonómico tendría que enfrentarse a serias dificultades. Entre otras advertencias, Interior señala que podría ser necesario derivar ciertos servicios que ahora presta Policía Foral a otros cuerpos policiales que también operan en Navarra, como Policía Nacional o Guardia Civil.

Concretamente, y de mantenerse vigente la actual ley, Interior vaticina importantes problemas para que Policía Foral pueda seguir asumiendo investigaciones por delitos graves o pueda seguir haciéndose cargo del servicio de asistencia a las víctimas de la violencia de género.

La razón que ve Interior para estas dificultades que anuncia radica en la actual ley de Policía vigente en Navarra, aprobada hace tan solo dos años con los votos a favor de PSN, Bildu, Aralar e Izquierda Unida, establece para los agentes de la Policía Foral la misma jornada laboral que la que rige para el resto de funcionarios públicos. Esta circunstancia no tiene en cuenta establecer una jornada laboral específica para determinadas unidades policiales, recuerda Interior, lo que se traduce en la práctica en un notable incremento de las horas extraordinarias que se trabajan en determinadas unidades policiales. La mayoría de estas horas extra no se cobran, sino que los agentes disfrutan de tiempo libre a cambio de esa jornada extra, con lo que se resta operatividad al cuerpo, concluye Interior.

Antes de conocer este informe, Izquierda Unida anunció que no apoyará el proyecto de ley de Beaumont mientras la norma no consiga el respaldo sindical. Algo que está muy lejos de suceder, después de meses de fallidas negociaciones, concentraciones y manifestaciones de policías forales exigiendo a la consejera Beaumont mayor capacidad de diálogo o los comunicados con los que se anunció el fin de las negociaciones, en los que todos los sindicatos coincidieron en criticar los “malos modos” de la titular de Interior.

También Podemos debe decidir este fin de semana el sentido de su voto. Su parlamentario Carlos Couso anunció hace meses que la formación morada apoyaría la enmienda a la totalidad del texto que ha presentado el PSN si Beaumont no acordaba el contenido de la ley con los sindicatos policiales. Está por ver si el cambio en la dirección interna de Podemos supone también variar esta postura que anunció Couso. En cualquier caso, se apruebe o no su ley, Beaumont ya ha dejado claro a sus socios que será necesario modificar la jornada laboral de los policías forales si no quieren que otros cuerpos policiales terminen haciendo su trabajo en Navarra.