El envejecimiento de la población y la consiguiente despoblación de las zonas rurales son una realidad en Navarra, como reflejan los datos del INE publicados la semana pasada, que reflejan que en 2018 el crecimiento natural de población fue negativo en 421 personas. La caída de población fue especialmente pronunciada en las zonas rurales, sobre todo en el Pirineo navarro y en la zona del Prepirineo, que desde hace años arrastran un problema de decrecimiento demográfico. Estas dos zonas están muy por debajo de los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, que es la densidad de población que marca la Unión Europea como riesgo de despoblación. Además, hay otras tres que se acercan a dicho umbral: Arga Valles, Sangüesa y Larraun. Y es que en Navarra prácticamente solo gana población natural la zona de Pamplona y su comarca, que según datos del Observatorio de la Realidad Social de Navarra concentra a más del 60% del total de la población de la Comunidad foral.
Ante esta situación el Gobierno de Navarra ha creado una Comisión interdepartamental de lucha contra la despoblación, que este martes ha tenido su primera reunión. En ella se han puesto sobre la mesa los principales objetivos de la Comisión, entre los que destaca la elaboración de un Documento de Referencia, que se publicará a principios del mes de enero, según ha indicado el Consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza, que “nos dirá por dónde tenemos que ir y que tenemos que hacer para fijar población”, ha explicado el consejero. A partir de ahí se definirán los principales ejes de actuación estratégicos en relación con el reto demográfico y la despoblación.
En esta primera sesión interdepartamental que ha estado encabezada por María Chivite y Bernardo Ciriza y a la que han asistido también 18 directoras y directores generales del Gobierno de Navarra y representantes de la Federación Navarra de Municipios y Concejos, se han puesto sobre la mesa tres proyectos de emprendimiento que irán dirigidos a 45 personas desempleadas de los municipios de Allo, Sangüesa y Valtierra, que presentan pérdidas de población natural de 0,56%, 0,16 y 0,59% anual desde 1996 respectivamente. El objetivo es detectar emprendedores en fase temprana, formarlos e incentivar la creación de empresas o nuevas líneas de negocio en estos municipios rurales que contribuyan al incremento de la calidad de vida de su población y a la revitalización de los municipios que lo integran. Los programas tendrán una duración de entre tres y cuatro meses.
Desde el Gobierno foral han destacado que tanto Allo como Sangüesa son territorios con “una cierta decadencia demográfica que exigen de proyectos de potenciación de la economía de base local para evitar que esa situación se cronifique y lleve a despoblamientos más graves”. En cuanto a Valtierra, ésta comparte “algunos de los riesgos que asolan las zonas despobladas: una creciente masculinización de la población, fuerte envejecimiento y pérdida de población juvenil formada”.
Además, en la reunión se ha acordado que los 18 directores generales del Gobierno y representantes de la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) presenten en un plazo de “dos o tres meses”, propuestas relacionadas con sus campos de actuación para luchar contra el riesgo de despoblamiento.