Eusko Alkartasuna (EA) se ha visto forzada por una sentencia de la Audiencia Provincial de Álava a anular la suspensión de militancia de los cinco dirigentes críticos a los que se había expulsado del partido por ir en contra de la dirección de Eva Blanco. El partido integrado en EH Bildu ha informado en una nota de prensa que acata la sentencia, pero recuerda a su vez a los miembros de este sector liderado por el exparlamentario navarro Maiorga Ramírez que deben “respetar” a la dirección del partido, en manos de Blanco.
Además de Maiorga Ramírez, también han recuperado la afiliación en EA Iratxe López de Aberásturi, excoordinadora en Álava, Mikel Goenaga, exlíder en Gipuzkoa, Miren Aranoa, también exresponsable del partido en Navarra y Esther Korres. Ellos lideran un sector que está apoyado por el primer lehendakari y fundador del partido, Carlos Garaikoetxea, entre otros históricos de la política vasca, que considera que la dirección de Blanco aboca al partido a su disolución en EH Bildu.
El partido detalla que “pese a no compartir el contenido de la sentencia y recordar que los tribunales en ningún momento han negado las graves faltas disciplinarias por las que fueron sancionados”, la dirección del partido ha decidido acatar el fallo y readmitir en el partido a los afines a Ramírez para “dar por zanjado este asunto”, ha explicado el secretario de régimen jurídico de EA, Iker Ruiz de Egino.
Desde la dirección de Eva Blanco insisten a su vez que esa misma sentencia que ordena la readmisión de los miembros suspendidos de militancia, “confirma la legalidad de las decisiones adoptadas en el congreso, como el nombramiento de Eva Blanco y del resto de miembros de la dirección nacional, así como de los estatutos de la formación en los que se eliminaban las primarias”. Así, exigen a los cinco dirigentes cumplir con “los derechos y obligaciones” que tienen todos los afiliados, y entre los que se incluyen “asumir el resultado del congreso nacional, con una dirección nacional dirigida por Eva Blanco y unos estatutos y ponencia política que deben cumplir y respetar”.
El origen de la pugna, aunque muchas de las diferencias son ya de índole personal, reside en que los críticos defienden un mayor peso de EA dentro de EH Bildu. Acusan a Sortu de homogeneizar toda la coalición y reclaman “independencia” dentro de la confluencia, así como más portavocías y más peso, hasta el punto de plantear que la alianza se limite a elecciones “concretas” y no se vaya al modelo de cada vez mayor integración casi hasta el punto de hacer de EH Bildu un partido como tal. Blanco (miembro de la Mesa del Parlamento Vasco), por el contrario, entiende que más importante que los cargos son las políticas y que la actual izquierda abertzale se parece mucho más a la EA de siempre que a lo que era HB.