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La división en el Gobierno navarro por la ley de Policía de EH Bildu pone el pacto en cuarentena

N. Elia

EH Bildu no está dispuesto a que se le arrogue el dudoso título de ser la primera formación política bajo cuyas directrices fracasa una ley impulsada por el Gobierno del cuatripartito. Junto con Geroa Bai, formación en la que milita la presidenta Barkos, ha convocado una reunión extraordinaria y urgente de la comisión de seguimiento del acuerdo programático que ambas formaciones firmaron junto con Podemos de IU. El motivo, intentar que estos dos últimos socios se retracten de su oposición global al proyecto de ley que ha impulsado la única consejera propuesta por EH Bildu, María José Beaumont, titular de Interior, y conseguir que la protestada ley de Policía consiga ser aprobada en el Parlamento tras sufrir modificaciones a través de enmiendas parciales. Barkos ha respaldado expresamente a Beaumont en esta crisis.

EH Bildu ha promovido la reunión de la comisión de seguimiento del cuatripartito después de exhibir su poderío en las instituciones municipales: A través de la Federación Navarra de Municipios y Concejos, presidida por EH Bildu, y del propio

alcalde de Pamplona, Joséba Asirón, también por las siglas de la coalición abertzale, se ha hecho un último llamamiento al cuatripartito antes de que se formalicen las enmiendas a la totalidad del texto anunciadas por Podemos e IU.

La convocatoria de la comisión de seguimiento del cuatripartito revela hasta qué punto Bildu considera importante que se apruebe el proyecto de ley auspiciado por la consejera que propuso para el Gobierno. Si la ley fracasa, no se tratará solo de la primera derrota del Gobierno por haberse roto la unidad de los cuatro socios, sino que será una derrota de ámbito local muy costosa para Bildu, que gobierna en numerosos ayuntamientos en los que se ha comprometido a regular el funcionamiento de las policías locales.

El ejemplo a seguir es el consistorio pamplonés, en el que la Policía Municipal ha cambiado incluso el color corporativo de su imagen para intentarse aparecer ante la sociedad como un servicio cercano antes que como un cuerpo policial. Pero si la ley de Policía que ha preparado Beaumont fracasa por la oposición de Podemos e IU, la coalición independentista tendrá muy difícil modificar las policías locales de los ayuntamientos en los que gobierna.

Y queda poca legislatura para intentar emprender un cambio de tanta envergadura. Así que la coalición soberanista ha desplegado todo su arsenal de herramientas para influir en los dos socios díscolos con la ley de Beaumont. En el pacto programático del cuatripartito se definen las funciones de la comisión de seguimiento, que se reúne, al menos en teoría, de forma periódica para velar regularmente por el cumplimiento de los asuntos pactados por las cuatro formaciones que sustentan el Gobierno.

Sin incumplimiento flagrante

No puede decirse que Podemos e IU hayan incurrido en un incumplimiento flagrante del pacto programático con su oposición a la ley de Beaumont, pero el acuerdo recoge una funcionalidad peculiar de la comisión de seguimiento: “Valorar, en su caso, las necesarias adaptaciones de lo acordado a los cambios externos o a circunstancias singulares relevantes que puedan producirse”.

Interior ya advirtió en un informe repartido a los socios del cuatripartito que, de seguir vigente la ley de 2015 por la que se regula la Policía Foral, este cuerpo tendría que sufrir un “repliegue” en sus funciones y delegar importantes servicios en otros cuerpos y fuerzas de seguridad que operan en Navarra, como Guardia y Civil y Policía Nacional. Una circunstancia lo suficientemente “singular y relevante”, a juicio de Bildu, como para llamar al orden a Podemos e IU para que reconsideren su oposición frontal a la ley de Policía Foral. En el mismo pacto, se apuesta por este cuerpo policial como una “Policía integral”, algo que no podría llegar a hacerse realidad si tienen que derivar servicios a otros cuerpos.

Olvidar la enmienda a la totalidad

EH Bildu quiere que Podemos e IU se olviden de la enmienda a la totalidad que ya han registrado contra la ley de Beaumont y se avengan a modificar algunos de los contenidos del texto a través de las enmiendas parciales que la coalición abertzale ya ha registrado en el Parlamento. Para allanar obstáculos, Bildu y Geroa Bai han

remitido sus 22 enmiendas parciales a los sindicatos con representación en la Policía foral, por si acaso pueden lograr aún su adhesión. Entre otras cuestiones, Bildu y Geroa Bai aceptan ahora una jornada laboral de 1.592 horas al año para los agentes de Policía Foral, algo que no había admitido Beaumont; o una serie de reivindicaciones sindicales a las que la consejera se había negado.

El próximo lunes, Podemos e IU tendrán que decidir si aceptan la llamada al orden de Bildu y retiran su enmienda a la totalidad, o si mantienen el pulso e impiden que la ley se apruebe. Bildu parece tener intención de seguir presionando por todos los medios a su alcance para que la ley resulte aprobada. “Que enmienden y modifiquen lo que proceda, aprobando finalmente una legislación que garantice que las policíaas

navarras sean exclusivas de la prestación del servicio público de seguridad en toda Navarra“. Es la petición hecha pública por la FNMC con los alcaldes de Tafalla, Villava, Sangüesa, Estella, Burlada, Zizur Mayor, Huarte, Berriozar, Ansoáin,

Valle de Egüés y Barañáin a la cabeza. Todos ellos rechazan que los “legítimos intereses sindicales y laborales” de los agentes de la Policía Foral “puedan evitar que el Legislativo tramite y apruebe una ley que regula una materia que afecta a toda la ciudadanía”. En su opinión, durante la negociación de la ley entre Interior y los sindicatos, se ha llegado a “confundir legislación con negociación colectiva”, una circunstancia que “puede dejarnos a las instituciones en una situación de enorme dificultad práctica para gestionar la seguridad de nuestros pueblos”, lamentan. El texto de Beaumont “satisface a los ayuntamientos navarros” en lo referente a la policía local, aseguran los alcaldes. En cambio, no entran a valorar el contenido de la ley relativo a la Policía Foral, “por ser algo que no nos compete”.

Prórroga hasta el 1-O

Por su parte, el primer edil de Pamplona, Joseba Asirón, ha querido hacer también un “llamamiento a la responsabilidad” del cuatripartito y ha manifestado su deseo de que la ley de la consejera Beaumont se apruebe “en el más breve plazo posible”. En su opinión, el texto “supone una mejora de las condiciones de seguridad de Pamplona y cuenta con el apoyo mayoritario de la masa sindical, de los cuadros y de la dirección”. Asirón no ha querido pronunciarse sobre el unánime rechazo hacia el texto de todos los sindicatos con representación en Policía Foral. “Es necesario desligar la negociación de la ley de otras cuestiones, como puede ser la negociación colectiva y los intereses laborales legítimos”, ha señalado.

A partir del 1 de octubre, una vez terminada la segunda prórroga que concedió el cuatripartito a Beaumont para negociar su proyecto de ley con los sindicatos de Policía foral, los grupos podrán formalizar sus enmiendas al texto. Podemos e Izquierda Unida han anunciado sendas enmiendas pidiendo la devolución del proyecto a la consejera por no haber logrado el más mínimo apoyo sindical hacia su texto. El rechazo de la mitad del cuatripartito a esta ley provocará que sea el primer proyecto del Gobierno de Barkos que no resulte aprobado por faltar la mayoría que suma el cuatripartito.