ANÁLISIS

EH Bildu: sí en Pamplona, sí en Madrid, ¿no en Vitoria?

6 de noviembre de 2021 21:31 h

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Suelen repetir los dirigentes de EH Bildu que no encuentran en Vitoria la facilidad de alcanzar acuerdos que tienen en Madrid o en Pamplona. Y es una constatación numérica. En el Parlamento Vasco, la última noticia que ha trascendido es un enfrentamiento por una ley técnica, la de Administración Ambiental, mientras en el de Navarra los abertzales han firmado su tercer acuerdo presupuestario consecutivo en el elegante Café Iruña de la plaza del Castillo. La fotografía, eso sí, se la guardará como prueba en el móvil una de las seis personas firmantes del documento.

Esto es, a la izquierda abertzale le es más fácil pactar cuando quien lidera las instituciones son los socialistas, sea Pedro Sánchez o sea María Chivite, que cuando las encabeza otra formación nacionalista vasca como es el PNV. Se trata de una consecuencia de la pugna política por liderar ese sector entre la coalición de Arnaldo Otegi y el partido de Andoni Ortuzar. En Euskadi, sienten la necesidad de encabezar una alternativa al PNV y, en Navarra, en palabras de este viernes de Adolfo Araiz, participan ya en la segunda legislatura de sustitución del “régimen” anterior (en el que los anteriores líderes del PSN fueron decisivos para perpetuar a UPN). En España, ya ha dicho Otegi que quiere otra legislatura más de Pedro Sánchez porque la alternativa sería un Gobierno del PP apoyado por la ultraderecha de Vox.

En la pugna, se desconoce si los policías forales navarros verán adelantada su jubilación por la enmienda que lleva el PNV a los presupuestos generales del Estado o por el pacto entre el Gobierno de Chivite y EH Bildu para las cuentas navarras, que recoge también ese tema. En la pugna, el PNV arranca a Sánchez la transferencia del nuevo IMV a las comunidades de régimen foral y EH Bildu plantea que Navarra se valga de ello para subir las pensiones. Se establecen complementos hasta los 800 euros, que no llegan los 1.080 euros que constituyeron uno de los escollos en 2019, el único año en que la coalición abertzale negoció a fondo con el PNV la aprobación de unos presupuestos vascos. Aquel procesó saltó por los aires con acusaciones cruzadas. La ya totémica cuantía de los 1.080 también se mencionaba como objetivo deseable en el anterior pacto navarro.

En el acuerdo presupuestario navarro de 2022, que es algo más largo que el de 2021, EH Bildu ha evitado esta vez que la lista de ayudas a municipios coincidiera exactamente con los que ellos lideran en la comunidad foral, una técnica negociadora idéntica a la que usó el PP cuando apoyó dos años a Urkullu. Eso sí, son cuentas que miran mucho al norte navarro y al impulso del euskera. Y se cambia una crítica a la privada Navarra TV por un empujón a la llegada de ETB3 a Navarra, un canal de contenidos infantiles y juveniles en lengua vasca, ahora que se trabaja en una especie de Netflix público que ejerza de autonómica pública 'de facto'. La coalición busca también marcar un perfil verde, feminista y social. Un dato importante: parte de las propuestas de la izquierda abertzale ya venían incorporadas en el proyecto elaborado por el Gobierno.

En Madrid, la negociación está ahora en la fase de las enmiendas parciales. A diferencia de PNV y ERC, EH Bildu nunca amenazó con la de totalidad y se da por seguro que habrá conversaciones. En Vitoria, el 10 de noviembre el consejero de Economía y Hacienda de Urkullu, Pedro Azpiazu, se reunirá a las 12.30 con la coalición para hablar de números, aunque esa misma mañana habrá estado antes con PP+Cs y con Elkarrekin Podemos-IU.