Las formaciones del cuatripartito apoyan al Gobierno en el objetivo principal de cambiar la imagen del euskera. Quieren “superar la retórica antigua” sobre el euskera y que pase de ser una lengua “que separa, divide, se asocia al gasto, está vinculado al pasado o a la imposición” a ser visto como un idioma “que une, multiplica, que es una inversión de futuro y asociado al respeto de la libertad de elección de la ciudadanía”, en palabras de la consejera Ana Ollo.
El Plan Estratégico del Euskera, que el Gobierno aprobará este miércoles tras haber recibido el visto bueno del Consejo Navarro del Euskera, tendrá este año un presupuesto de 3,1 millones de euros. “Pero esta no será la cifra total que se destinará al plan, porque hay muchas políticas transversales que se aplicarán en los departamentos”, advierte Ollo.
De manera que el impulso al euskera “que une” costará este año más de tres millones de euros de las arcas públicas, invertidos en iniciativas para “que todos los ciudadanos puedan aprender y utilizar el euskera en toda Navarra”.
Basándose en la vigente ley foral del Vascuence y en la Carta Europea de las Lenguas Regionales Minoritarias, el Gobierno de Barkos entiende que “hay que hacer acciones a favor del euskera, algo que no se debe entender como discriminación hacia las personas que no saben euskera”.
Según los datos expuestos por Ollo, el número de personas bilingües en Navarra se ha incrementado del 9,5 al 12,9%. La consejera, no obstante, admite que no ha aumentado “el uso social” el euskera, y que sólo un 5% de la población lo utiliza habitualmente. Los datos sobre el uso del euskera en la Comunidad foral parecen chocar con los ambiciosos propósitos del plan del Gobierno para el fomento de esta lengua. Por ello, la consejera ha aclarado que la aplicación de dicho plan será “progresiva” y estará adecuada “a las diferentes realidades sociolingüísticas de Navarra”. Aunque su objetivo será el de “que se garanticen los derechos lingüísticos y se dote al euskera del prestigio que requiere”.
Ajeno a la realidad sociolingüística
La oposición no se ha cerrado en banda a criticar la iniciativa del Gobierno, de hecho UPN y PSN han encontrado en el plan algunos aspectos positivos, pero sí han coincidido en su diagnóstico: “El plan no tiene que ver con la realidad sociolingüística de Navarra”, sino que la supera y pretende transformarla.
El portavoz regionalista, Iñaki Iriarte, ha reclamado al cuatripartito un esfuerzo de consenso y diálogo con los partidos de la oposición y las fuerzas no nacionalistas. “No pensemos que no hablar euskera es un defecto, como si fuera una enfermedad que hay que curar. No podemos pensar que la situación sociolingüística de Ezkurra es buena y la de Buñuel es errónea. El objetivo no puede ser cambiar la realidad como si estuviera mal, porque el amor a un idioma no puede ser obligatorio”, ha advertido el regionalista.
La socialista Inma Jurío ha insistido en sus críticas al plan con similares argumentos: “El plan parte de una irrealidad, es muy propio de un Gobierno de corte nacionalista, pero no tiene en cuenta nuestra realidad ni se corresponde con la demanda que existe”. Más dura se ha mostrado la portavoz del PP, Ana Beltrán, para quien el plan adolece de “falta de libertad, porque el Gobierno no entiende qué es la libertad”.
Apoyo heterogéneo del cuatripartito
También las valoraciones del cuatripartito han sido diferentes, y aunque todas las formaciones que apoyan al Gobierno han mostrado su respaldo al plan, las diferencias radican en el grado de entusiasmo mostrado por unas y por otras. Así, el más expresivo en su apoyo ha sido Geroa Bai, a través de Koldo Martínez, que ha expresado su “alegría” porque el plan viene a “despolitizar” el euskera. “El euskera ha sido politizado por quienes lo rechazan, por quienes lo consideran inútil o pueblerino, y también por quienes lo han considerado un instrumento para la construcción nacional”, ha criticado el portavoz de Geroa Bai.
Tal vez recogiendo este último guante, el portavoz de Bildu, Dabid Anaut, ha señalado que la aprobación del plan es un primer paso hacia su objetivo: “Un idioma normalizado es el castellano en Navarra y esa aspiración es la que queremos para nosotros los euskaldunes”. Por parte de Podemos, han mostrado su extrañeza ante el hecho de que el Gobierno considere que el euskera es “motor económico”. “Cuesta un poco imaginárselo en las relaciones con los sectores tecnológicos o de la innovación”, ha planteado Rubén Velasco.
Por último, José Miguel Nuin, de IU, ha enmarcado su apoyo al plan dentro del acuerdo programático que firmó la coalición de izquierdas. “No es una posición neutral de que nos da igual lo que suceda. Nuestro objetivo es articular una serie de políticas públicas para aumentar el conocimiento y el uso del euskera”, ha dicho.